Ricciardo da la raz¨®n a Red Bull
El australiano estrena su casillero de victorias beneficiado por los problemas en el motor el¨¦ctrico de los dos Mercedes Fernando Alonso termina el sexto
Despu¨¦s de que los comisarios le arrebataran el podio en Melbourne nada m¨¢s bajarse de ¨¦l y delante de sus paisanos, Daniel Ricciardo sigui¨® demostrando por qu¨¦ fue el elegido por Red Bull para acompa?ar a Sebastian Vettel consolid¨¢ndose en la tabla de puntos por delante del tetracampe¨®n. En Canad¨¢, en su s¨¦ptima carrera subido a un coche de la escuder¨ªa energ¨¦tica, este australiano nacido en Perth hace 24 a?os dio la raz¨®n a sus jefes y estren¨® su casillero de victorias en la F-1 en el primer gran premio que se le escapa a Mercedes; una prueba vertiginosa e imprevisible, una verdadera bendici¨®n en una de las temporadas m¨¢s mon¨®tonas de los ¨²ltimos tiempos. Esta vez, las calamidades se acumularon en el taller del constructor de Stuttgart y Ricciardo supo aprovechar la oportunidad que se le present¨® a partir de jugar sus armas divinamente. Detr¨¢s de ¨¦l cruz¨® la meta Nico Rosberg, que lo hizo por delante de Vettel. La sexta plaza que finalmente ocup¨® Fernando Alonso es el indicativo m¨¢s adecuado para hacerse una idea de la competitividad del F14T, m¨¢s a¨²n si atendemos a que el asturiano sac¨® tajada del tremendo accidente entre Felipe Massa y Checo P¨¦rez que les llev¨® a los dos al hospital.
En un arranque de Mundial absolutamente plano y pr¨¢cticamente decidido a favor de Mercedes, el relato m¨¢s interesante lo encontramos fuera de las pantallas de tiempo y lo protagoniza la pareja que conduce las flechas de plata. Hamilton y Rosberg se conocen desde hace m¨¢s de una d¨¦cada, cuando compart¨ªan equipo de karting y viajaban juntos por Europa en busca de cert¨¢menes en los que foguearse, pulir su talento y alimentar esa ambici¨®n que finalmente les puso entre las manos el volante de un monoplaza de F-1. En 2007, McLaren hizo debutar a Hamilton de la misma forma que Williams lo hab¨ªa hecho el curso anterior con Rosberg. Los dos colegas compartieron parrilla hasta el a?o pasado, cuando la estructura alemana los volvi¨® a juntar, aunque las cosas nunca volvieron a ser lo mismo. Los primeros roces quedaron en nada porque la superioridad de Red Bull impidi¨® que la cosa pasara a mayores, aunque la tormenta nunca lleg¨® a escampar, m¨¢s bien se tom¨® un respiro antes de descargar este 2014 con m¨¢s fuerza que nunca.
Fue una prueba trepidantemente loca e imprevisible, electrizante, la primera que se le escapa a Mercedes en lo que llevamos de a?o
Si las primeras paradas del calendario fueron m¨¢s o menos pl¨¢cidas, la tensi¨®n se dispar¨® en M¨®naco hace dos semanas como consecuencia de una controvertida maniobra del corredor de Wiesbaden con tal de asegurarse la pole ¨Caparc¨® en una escapatoria¨C. Unos d¨ªas m¨¢s tarde, el chico de Tewin dijo haber arreglado las cosas con su vecino, pero veremos c¨®mo evoluciona la relaci¨®n entre ambos despu¨¦s del rosco del brit¨¢nico en Canad¨¢, su segundo abandono para ¨¦l tras el de Australia. Los sopapos de Mercedes a la competencia pod¨ªan llevar a pensar que la tropa de Brackley (Gran Breta?a) hab¨ªa dado con el prototipo perfecto; un b¨®lido capaz de ganarlo todo (19 citas), imbatible tanto por su velocidad como por su robustez. Sin embargo, el circuito Gilles Villeneuve dej¨® bien claro que el W05 tambi¨¦n presenta alguna grieta.
Tras comandar el pelot¨®n durante m¨¢s de media carrera y de haber realizado las dos paradas programadas, a los dos coches plateados se les fundieron los plomos por una aver¨ªa en el sistema de recuperaci¨®n de energ¨ªa (ERS) que les dej¨® a ambos sin motor el¨¦ctrico y casi sin frenos. Tantas calamidades llevaron a Hamilton a retirarse (48? giro), mientras Rosberg aguant¨® como pudo, apretando los dientes y todo lo dem¨¢s hasta el ¨²ltimo resuello, cuando apareci¨® Ricciardo para justificar toda la confianza que Red Bull ha puesto siempre en ¨¦l, coloc¨¢ndose el tercero en las estad¨ªsticas por detr¨¢s de los dos grandes dominadores del momento y convirti¨¦ndose en el cuarto australiano que consigue ganar en la F-1 despu¨¦s de Sir Jack Brabham, Alan Jones y Mark Webber.
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