La oportunidad de oro de Messi
El delantero, pies y voz de Argentina, tiene el reto de conquistar el Mundial para discutirle definitivamente el trono a Maradona
Una buena se?al de inicio ser¨ªa que, adem¨¢s de ganar, Lionel Messi anote en el debut contra Bosnia-Herzegovina, el 15 de junio en Maracan¨¢. Suena sencillo para un jugador que hace goles como quien toma agua, pero que lleva casi ocho a?os de ins¨®lita sequ¨ªa mundialista. Su primer gol fue en el debut, el 16 de junio de 2006 en Gelsenkirchen, en la brillante goleada 6-0 de Argentina ante Serbia y Montenegro, primera fase del Mundial de Alemania. Fue el primero y tambi¨¦n el ¨²ltimo. La asistencia se la dio Carlos T¨¦vez, que viene de cumplir una temporada formidable con el Juventus, pero que, por aparentes razones de convivencia, ya no tiene lugar en el plantel. Porque si Messi fue un suplente fastidiado en Alemania 2006, ahora, en cambio, es un l¨ªder indiscutido. En la cancha y en el vestuario. Y su irregular cierre de temporada con el Barcelona, lejos de preocupar, ha sido interpretado como una necesidad de reservar energ¨ªas. Porque en Brasil 2014, m¨¢s all¨¢ de un gol en el estreno, la fecha objetivo de Leo es el 13 de julio: ganarle la final a Brasil en Maracan¨¢. Imagen perfecta para reemplazar, de una vez por todas, el gol de Diego Maradona a Inglaterra en M¨¦xico 86 que la tele nos repite desde hace ya 28 a?os. Messi sabe que Brasil es su oportunidad de oro para compartir el trono de Diego. Y, adem¨¢s, dejar su marca definitiva en el Olimpo del f¨²tbol mundial.
¡°Oooooo, ooooo, ooooo¡¡±. El himno argentino tiene letra. ¡°O juremos con gloria morir¡±, dice su estrofa m¨¢s cantada, escrita por Vicente L¨®pez y Planes, hijo de un espa?ol. Pero la moda mundialista es cantar solo con la letra O. Lo hacen hoy los beb¨¦s en los comerciales de la televisi¨®n. Y tambi¨¦n los periodistas. El ¡°ooooo¡¡± se puso de moda en el Mundial 2006, del que Messi, despu¨¦s de aquel prometedor gol del debut, se despidi¨® sin jugar en la derrota de los cuartos de final contra la anfitriona Alemania. El t¨¦cnico Jos¨¦ P¨¦kerman, que fue clave para su llegada primero a la selecci¨®n juvenil y luego a la mayor, percibi¨® tal vez que algunas veteranas estrellas del plantel ve¨ªan con recelo la agresiva campa?a de patrocinadores que casi impon¨ªan como titular al crack juvenil. Argentina ganaba 1-0 y faltaban apenas 11 minutos para el boleto de la semifinal. P¨¦kerman intuy¨® que Alemania, arrinconada, recurrir¨ªa a la pelota a¨¦rea y, en el ¨²ltimo cambio que le quedaba, eligi¨® a Julio Cruz (1,90 metros) por Hern¨¢n Crespo. Alemania empat¨® con dos cabezazos en el ¨¢rea. En el alargue ¡ªcon Messi en el banco, mascando chicle y con gesto de ausencia¡ª no hubo goles. Y en los penaltis gan¨® el local.
Feliz porque en Brasil jugar¨¢ con sus ¡°amigos¡±, como precis¨® al llegar a Buenos Aires, los inicios de Messi con la selecci¨®n albiceleste no fueron f¨¢ciles. La nota oficial de la primera convocatoria dec¨ªa ¡°Lionel Mecci¡± y el t¨¦cnico Francisco Ferraro lo mand¨® al banco en el debut en el Mundial Sub 20 de Holanda 2005, amargo 0-1 contra Estados Unidos. ?Derecho de principiante para el pibe que hab¨ªa elegido irse a los 13 a?os de nuestras canchas y llegaba desde afuera a equipos ya armados? Ferraro recibi¨® la orden telef¨®nica de Julio Grondona, patr¨®n eterno de la Asociaci¨®n de F¨²tbol Argentino (AFA). Y la Sub 20, con Messi titular y figura, fue campeona. Lo fue tambi¨¦n en los Juegos Ol¨ªmpicos de Pek¨ªn 2008, el otro t¨ªtulo de Leo con Argentina. Con la absoluta, en cambio, tras la ca¨ªda en Alemania 2006, Messi, con el entrenador Alfio Basile, qued¨® subcampe¨®n en la Copa Am¨¦rica de Venezuela 2007 (derrota de 3-0 en la final contra Brasil). Fue peor cuatro a?os despu¨¦s y de local, en la Copa de Argentina 2011, eliminado por penaltis ante Uruguay en los cuartos de final. Un a?o antes, con Maradona en el banquillo, Leo jug¨® una buena primera fase en el Mundial 2010. Pero lo ech¨® otra vez Alemania en cuartos. En esta ocasi¨®n fue titular, claro, pero ni siquiera dispar¨® al arco. Leo jug¨® todo el Mundial, lanz¨® 30 tiros a porter¨ªa y hasta debut¨® como capit¨¢n. Pero se fue de Sud¨¢frica sin poder anotar en 450 minutos. Demasiado para un crack que vive del gol.
Seamos claros: Messi, en realidad, ya es el segundo goleador hist¨®rico de Argentina. Lleva 37 goles en 84 partidos. Super¨® a Crespo (35 en 64) y al propio Maradona (34 en 91). Y alg¨²n d¨ªa pasar¨¢ tambi¨¦n a Gabriel Batistuta (56 en 78; 10 en 12 encuentros de Mundiales). En Brasil, Leo atacar¨¢ con el Kun Ag¨¹ero, su socio principal en el juego corto, y con Pipita Higua¨ªn, acompa?ante para el juego largo. Con ?ngel Di Mar¨ªa, aire para la medular, ¡°Los cuatro fant¨¢sticos¡±, como los llama la prensa, tienen presencia casi segura en el debut porque Leo avis¨® que quiere atacar acompa?ado. Argentina ven¨ªa en 2011 de sendos resultados in¨¦ditos en su historial: derrota contra Venezuela y empate con silbidos contra Bolivia en el Monumental. Ese d¨ªa, perd¨ªa 1-0 contra Colombia. Entr¨® el Kun en el segundo tiempo y Leo marc¨® el empate. Acaso conforme con el 1-1 y fiel a su esp¨ªritu algo m¨¢s conservador, el nuevo t¨¦cnico, Alejandro Sabella, se aprestaba a sacar a Higua¨ªn y poner a Fernando Gago. Pero Pipita, en su ¨²ltima acci¨®n, tir¨® al arco, Kun marc¨® en el rebote y Argentina se puso 2-1. Naci¨® la selecci¨®n de Sabella. Y naci¨® tambi¨¦n el Messi-l¨ªder. El que avis¨® que quer¨ªa atacar acompa?ado. Y no como en tiempos de Maradona, ¡°Todos atr¨¢s y dios de 9¡±, como canta el rockero Iv¨¢n Noble.
El Mundial de Brasil es su ocasi¨®n de dejar su marca definitiva en el Olimpo del f¨²tbol
Leo-Kun-Pipita-Fideo ¡°son tan an¨¢rquicos y tan directos¡± que, con ellos, explica Javier Mascherano, ¡°quiz¨¢s la selecci¨®n no necesita la posesi¨®n¡±. M¨¢s c¨®moda con el contragolpe, la Argentina de Sabella prefiere no exponer a su por ahora fr¨¢gil defensa. El Jefecito, acompa?ado por un Fernando Gago de nivel incierto, puede quedar muy solo en el medio. Jugar¨¢ cerca de Federico Fern¨¢ndez y Ezequiel Garay, zagueros afirmados estos ¨²ltimos meses en Napoli y Benfica, respectivamente. Pablo Zabaleta, lateral derecho del campe¨®n ingl¨¦s Manchester City, es m¨¢s s¨®lido y tiene mejor proyecci¨®n que Marcos Rojo (Sporting de Portugal), irregular en el lateral izquierdo. El arquero Sergio Romero, otra incertidumbre, es suplente en el M¨®naco. Sin T¨¦vez, no hay en el banco nombres que puedan romper esquemas, como pod¨ªa hacerlo Messi en 2006. En aquel Mundial alem¨¢n, Leo ya era claro aviso de crack en el Barcelona, pero era un pibe sin voz ni voto entre los caciques de la albiceleste. Y, discutido por muchos porque en plena ejecuci¨®n del himno se fue r¨¢pido a Espa?a, ni siquiera segu¨ªa el ¡°Oooooo¡± de la hinchada. Son tiempos superados, pero que hoy exigen confirmaci¨®n. Por ahora, para bien o para mal, y a su modo silencioso, Leo es el cacique. Un libro reciente lo llama desde el t¨ªtulo: ¡°Leo Messi, el Patriota¡±.
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