?Y si gana Ghana?
No ser¨ªa la primera vez que una boca, delante de un micr¨®fono, insin¨²a, sugiere, afirma con unos asomos de rotundidad que tarde o temprano la selecci¨®n de f¨²tbol de un pa¨ªs africano dar¨¢ la campanada en una Copa Mundial. Y, sin embargo, a la hora de las apuestas y los pron¨®sticos, la opini¨®n general contin¨²a favoreciendo las opciones de ciertos equipos europeos y sudamericanos.
Ya en el Mundial de 2010, la selecci¨®n de Ghana estuvo a dos dedos de convertirse en el primer equipo africano que se clasifica para una semifinal. Aquel bal¨®n repelido delante de la porter¨ªa con las manos, en el ¨²ltimo minuto de la pr¨®rroga, por el uruguayo Su¨¢rez y una infortunada tanda de penaltis lo impidieron.
De entonces ac¨¢, la Asociaci¨®n Ghanesa de F¨²tbol no ha cesado de atender a los aspectos organizativos de su selecci¨®n, la cual re¨²ne en la actualidad una plantilla de jugadores en su mayor parte avezados a competir en ligas europeas de alto nivel, con excepci¨®n de la espa?ola. En pocas palabras, los llamados Black Stars son m¨¢s fuertes y, por tanto, m¨¢s peligrosos (deportivamente hablando) que hace cuatro a?os. De ah¨ª a ganar un Mundial a¨²n dista un trecho no se sabe si largo o corto, lo que no obsta para reconocer que el rumbo elegido sea el adecuado. De momento, Ghana ocupa una modesta posici¨®n (la 37?) en la clasificaci¨®n de la FIFA.
Dicen, cuentan, que sus jugadores han estado adiestr¨¢ndose en la cultura de la disciplina colectiva. Fuera del campo, seg¨²n declaraba no hace mucho el delantero Jordan Ayew, les sigue gustando la diversi¨®n, la m¨²sica, el baile. Lo llevan en los genes. ¡°Sobre el terreno de juego somos m¨¢quinas¡±, concluy¨® el jugador, para quien la ¨²nica posibilidad de prevalecer en el dif¨ªcil grupo que les ha tocado (Alemania, Portugal, Estados Unidos) pasa por la aplicaci¨®n consecuente del sistema de juego que tienen ensayado y por el funcionamiento del equipo como una unidad.
El convencimiento de que nunca antes hubo en Ghana una generaci¨®n de futbolistas como la actual ha suscitado la consiguiente euforia en el pa¨ªs africano
Sabido es que el actual entrenador, James Kwesi Appiah, se form¨® durante largo tiempo estudiando los entrenamientos del Manchester City. Es ghan¨¦s, lo que allana dificultades de comunicaci¨®n derivadas del desconocimiento del idioma local, obst¨¢culo al que todav¨ªa han de enfrentarse algunas selecciones africanas. A Appiah se debe el afortunado encauzamiento de las innegables aptitudes deportivas de sus jugadores en una direcci¨®n t¨¢ctica unitaria. De este modo se pone coto sobre el terreno de juego a las conductas insolidarias y a la tentaci¨®n del lucimiento personal.
El sistema de Ghana se cimienta, por un lado, en la conjunci¨®n del esfuerzo de centrocampistas de calidad, hombres de complexi¨®n atl¨¦tica, buenos distribuidores del bal¨®n, como Essien, Muntari o Asamoah, todos ellos con contrato vigente en equipos europeos; y, por otro, en la efectividad rematadora de una delantera temible, con Boateng (que volver¨¢ a jugar contra su hermano, defensa en la selecci¨®n alemana), Ayew y el goleador Gyan. El punto d¨¦bil (dicen, cuentan) de Ghana habr¨ªa que buscarlo en la defensa. Es razonable pensar que se adaptar¨¢n mejor que otros al calor de Brasil.
El convencimiento de que nunca antes hubo en Ghana una generaci¨®n de futbolistas como la actual ha suscitado la consiguiente euforia en el pa¨ªs africano. Hay ambici¨®n y hay expectativas de hacer un buen papel en este Mundial. Y no porque lo digan los esp¨ªritus del bosque ni porque el equipo haya hecho acopio abundante de talismanes, sino por una combinaci¨®n oportuna de fortaleza deportiva y de profesionalizaci¨®n en los asuntos log¨ªsticos y organizativos, a diferencia de lo sucedido hace cuatro a?os, con ocasi¨®n de la Copa Mundial de Sud¨¢frica.
En su nuevo alojamiento los jugadores apenas pudieron descansar debido a la m¨²sica y el ruido de los hu¨¦spedes de un casino instalado en el vest¨ªbulo del hotel
Entonces los jugadores amenazaron con no salir a jugar como protesta por las condiciones lamentables de su alojamiento. Durante dos d¨ªas se negaron a entrenarse. Los futbolistas llegaron a encargar por su cuenta alimentos y bebida a una empresa de catering. La Asociaci¨®n Ghanesa de F¨²tbol lleg¨® a un acuerdo y propici¨® el cambio de hotel. As¨ª y todo, en su nuevo alojamiento los jugadores apenas pudieron descansar debido a la m¨²sica y el ruido de los hu¨¦spedes de un casino nocturno instalado en el vest¨ªbulo del referido hotel.
Esta vez se han hecho las cosas de acuerdo con un plan de trabajo. El equipo se concentr¨® a finales de mayo en Holanda para llevar a cabo una preparaci¨®n espec¨ªfica con vistas al Mundial. Algunos de los jugadores ghaneses con madera de l¨ªderes (Ayew, Boateng) han expresado p¨²blicamente su satisfacci¨®n tanto por la eficiencia de la estructura profesional de que ha sido dotada su selecci¨®n como por el buen clima de camarader¨ªa que reina en el equipo. No volver¨¢n, pues, a repetirse episodios como el de hace cuatro a?os, cuando el centrocampista Sulley Muntari, deseoso de fardar de coche, se desplazaba en su flamante Ferrari por Sud¨¢frica detr¨¢s del autob¨²s del equipo.
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