Tres magn¨ªficos y un marciano
M¨¢rquez gana en Montmel¨® su s¨¦ptima carrera consecutiva en una prueba ¨¦pica, repleta de adelantamientos y toques entre los cuatro mejores pilotos del momento
Los hubo de mil maneras y colores, tantos fueron sus protagonistas. Los hubo por todas partes: a final de recta, en plena chicane, en la quinta curva, en la d¨¦cima... Pero uno fue el ganador: el adelantamiento vencedor fue el que le hizo M¨¢rquez a Pedrosa en la ¨²ltima vuelta. Un cambio de direcci¨®n delicioso, un pim-pam y te gano la posici¨®n. Y el joven campe¨®n, la ambici¨®n brutal, el atrevimiento intacto, suma la s¨¦ptima victoria consecutiva de la temporada, desde la primera carrera del a?o, en Qatar, hasta esta ¨²ltima, en Catalu?a, la tierra que le vio nacer y convertirse en el gran ¨ªdolo del momento del motociclismo mundial.
CLASIFICACI?N DE LA CARRERA
1. MARC M?RQUEZ (ESP/Honda) 42'56.914.
2. Valentino Rossi (ITA/Yamaha) a 0.512.
3. DANI PEDROSA (ESP/Honda) 1.834.
4. JORGE LORENZO (ESP/Yamaha) 4.540.
5. Stefan Bradl (ALE/Honda) 11.148.
6. ALEIX ESPARGAR? (ESP/F. Yamaha) 14.213.
7. POL ESPARGAR? (ESP/Yamaha) 16.127.
8. Andrea Dovizioso (ITA/Ducati) 16.175.
9. Andrea Iannone (ITA/Ducati) 18.040.
10. Bradley Smith (GBR/Yamaha) 24.781.
Y el joven campe¨®n, la sonrisa siempre a punto, ampl¨ªa el muestrario: gana en soledad, como perseguidor y como perseguido, gana los duelos, y tambi¨¦n las batallas cuando los rivales se multiplican, como este domingo en Montmel¨®, donde volvieron los llamados cuatro magn¨ªficos. Ya no est¨¢ Stoner, pero s¨ª un M¨¢rquez que todo lo puede. Un piloto capaz de cambiar su estilo seg¨²n le siente el circuito al que se enfrenta. En el catal¨¢n atac¨® las curvas de forma diferente: en lugar de derrapar a la entrada como est¨¢ haciendo esta temporada, opt¨® por entrar r¨¢pido y pasarse el ¨¢pice de la curva para aprovechar la aceleraci¨®n en la salida. Es m¨¢s arriesgado. Y los errores se notan m¨¢s, como se vio. Pero le molestaban los pianos altos de Montmel¨® y como iban a seguir en el mismo sitio decidi¨® ser ¨¦l quien se adaptara a la pista pasando menos tiempo inclinado. Es solo un detalle, pero define su habilidad.
En cuanto se apag¨® el sem¨¢foro, mordi¨® Lorenzo: excelso en la salida, el primero en tomar la primera curva; le sigui¨® Rossi, otro ob¨²s que sali¨® disparado y que ofreci¨® el primer adelantamiento de la tarde: a Pedrosa. Tras las dos Yamaha, las dos Honda. La carrera promet¨ªa. Y prometi¨®. Bajo un cielo cerrado, gris oscuro, que aguant¨® la tormenta en vistas del espect¨¢culo que estaba por venir. Para suerte del p¨²blico (cuantioso el despliegue de rossistas) fue Valentino el que atac¨® primero: interior a Lorenzo, que tambi¨¦n ser¨ªa rebasado por M¨¢rquez, igualmente jaleado. Era solo la cuarta vuelta. En la sexta se decidi¨® Lorenzo: en la primera frenada adelant¨® al de Honda, que le respondi¨® (agresivo) en la quinta curva, y ya no pelear¨ªa m¨¢s el mallorqu¨ªn, solo una pizca m¨¢s lento que sus rivales ¡ªafectado, seg¨²n explic¨®, por la peor aceleraci¨®n de su M1 y por la poca confianza con los neum¨¢ticos¡ª, lo suficiente para no poder entrar en la lucha de las ¨²ltimas vueltas; le adelantar¨ªa al siguiente giro Pedrosa y el de Yamaha empez¨® a ceder d¨¦cimas vuelta a vuelta.
Tras diez giros, a casi un segundo de Pedrosa, Lorenzo qued¨® eliminado de aquel enfrentamiento ya a tres bandas. Todav¨ªa pasar¨ªan muchas cosas: bastantes errores de M¨¢rquez, a final de recta ¡ªel m¨¢s escandaloso, termin¨® salt¨¢ndose la chicane¡ª o en la d¨¦cima curva, aquella (largu¨ªsima) en la que a menudo se iba largo; una bandera amarilla que sembr¨® la duda entre los propios pilotos ¡ªni M¨¢rquez ni Rossi la vieron, Pedrosa s¨ª; pero vio M¨¢rquez a un piloto en la grava y, por si las moscas, decidi¨® devolver la posici¨®n ganada poco antes en un adelantamiento al italiano, que no entend¨ªa nada¡ª; m¨¢s adelantamientos, como el de M¨¢rquez a Rossi en plena chicane o el de Pedrosa, tambi¨¦n al italiano, a final de recta.
Y as¨ª llegaron los tres, con solo dos d¨¦cimas de separaci¨®n entre moto y moto, a la ¨²ltima vuelta. Y entonces sac¨® Pedrosa los dientes, agresivo como pocas veces se le ve ¡ª¡°No es f¨¢cil luchar en las ¨²ltimas vueltas con M¨¢rquez y Rossi¡±, concedi¨®¡ª, en forma, por fin, y con un brazo que ya le responde hasta el ¨²ltimo giro. Ofreci¨® un interior espectacular a final de recta. Pero M¨¢rquez se lo devolvi¨® entre la primera y la segunda curva: un cambio de direcci¨®n y listos. Ni as¨ª se dio por vencido el de Castellar. Y volvi¨® a probar, a la entrada del estadio. Y se acerc¨® tanto que toc¨® con su rueda delantera la trasera de M¨¢rquez y se sali¨® de la trayectoria. Fue un intento fallido que le honra. ¡°Cuando est¨¢s tan cerca no sabes d¨®nde acaba tu rueda y d¨®nde empieza la suya¡±, dijo. Termin¨® en el tercer escal¨®n del podio, pues a Rossi, maravilloso el desgaste, admirables las ganas y la capacidad a sus 34 a?os, aquel error le vino de perlas para recuperar una posici¨®n. Error que a M¨¢rquez le molest¨® poco: ¡°As¨ª son los finales de carrera. Esas ¨²ltimas vueltas han sido lo m¨¢s divertido: les adelantaba y ellos volv¨ªan a adelantarme a m¨ª. He hecho toda la carrera al ataque, pero las ¨²ltimas vueltas eran a todo o nada¡±, explic¨®.
Peleaba con tres magn¨ªficos. Tres magn¨ªficos y un marciano. Se llama Marc M¨¢rquez. Y ha ganado todas las carreras de este 2014, siete hasta la fecha, tantas como logr¨® Rossi en el 2002. Siete pruebas distintas con id¨¦ntico final.
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