Seferovic deprime a Ecuador

Suiza y Ecuador son dos selecciones similares, con miedos y complejos parecidos, y con los defectos calcados. Por eso el empate parec¨ªa algo preestablecido, mecanizado. Tanto, que se mantuvo durante 92 minutos. En el 93, sin embargo, desapareci¨®. Seferovic decidi¨® que tanta igualdad no era beneficiosa para su equipo, aspirante a la segunda plaza del Grupo E, y le dio la victoria a Suiza cuando restaban segundos para el final del encuentro con un remate potente desde dentro del ¨¢rea. Hasta entonces el marcador se?alaba el 1-1, que se hab¨ªa producido a partir de la misma circunstancia. Ambos equipos hab¨ªan encajado el mismo gol en su porter¨ªa. Con int¨¦rpretes diferentes, pero manteniendo el mismo papel. Dom¨ªnguez y Benaglio, los porteros, no salieron a tapar un bal¨®n a¨¦reo de esos que justifican que puedan utilizar las manos dentro del ¨¢rea, y la pelota qued¨® a merced de la cabeza de turno, primero la de Enner Valencia y despu¨¦s la de Mehmedi.

La inocencia tambi¨¦n se la repartieron a partes iguales durante 92 minutos. Circunstancia entendida, eso s¨ª, como la falta de voluntad para tratar de asustar al rival. Ecuador se mov¨ªa t¨ªmido sobre el c¨¦sped, como si tuviera miedo a desatar a Montero y a Valencia, sus dos mejores armas, no fueran a gastarse antes de tiempo. Se conformaba con tapar sus agujeros y mantenerse ordenada. Cero riesgos. En Suiza, algo m¨¢s liberada de la coraza, la estampa le colocaba con la cabeza alta, pero la mirada corta. Se fiaba al pase cercano, lento, sin peligro. Solo Shaqiri parec¨ªa decidido a salirse de esa v¨ªa para veh¨ªculos lentos que adornaba la carretera. En realidad, lo hac¨ªa porque en el esquema de Hitzfeld solo ¨¦l cuenta con libertad para jugar sin intermitentes.

No puso en demasiados apuros a Ecuador, que defend¨ªa bien hermanada en defensa, sin alardes, despejando el bal¨®n cuando a la escena se le iba la luz, hasta que no se vio con el marcador en contra. No juega el grupo de Reinaldo Rueda con un estilo que se sustente en varios movimientos automatizados. A pesar de contar con dos buenos extremos como Montero y Valencia, y un delantero potente como Caicedo, no se genera el juego necesariamente a partir de los tres. Y eso que Suiza trataba de ahogar la salida del bal¨®n m¨¢s por presencia que por exigencia f¨ªsica.

En una entrada de Montero por la banda izquierda en el minuto 20, Lichtsteiner no tuvo m¨¢s remedio que derribar al jugador del Morelia. La falta la sac¨® con efecto Ayov¨ª y la cabeza de Enner Valencia envi¨® el bal¨®n al fondo de la porter¨ªa de Benaglio. En la jugada participaron por ausencia, los centrales suizos, especialmente Djourou, que se olvid¨® de su marca, y el portero del Wolfsburgo, que decidi¨® defender la falta sobre la l¨ªnea de porter¨ªa.

El gol pareci¨® acelerar el pulso de los suizos, que empezaron a tratar de combinar con mayor velocidad, siempre a partir de Shaqiri. Dispararon a menudo desde larga distancia. Ricardo Rodr¨ªguez oblig¨® a Dom¨ªnguez a agacharse, algo dif¨ªcil de ver en un portero demasiado confiado en el c¨¢lculo de las distancias. El meta ecuatoriano demostr¨® que sus 196 cent¨ªmetros de envergadura no eran una garant¨ªa en el juego a¨¦reo cuando en el comienzo de la segunda mitad, Mehmedi, 13 cent¨ªmetros m¨¢s bajo, cabece¨® un saque de esquina a la altura de los hombros del guardameta, incapaz de reaccionar.

A partir del gol, Suiza pareci¨® encontrar la velocidad necesaria para acercarse con peligro al ¨¢rea ecuatoriana. Mehmedi acompa?aba con peligro las jugadas que iniciaba casi siempre el medio del Bayern de M¨²nich. Pero todos los remates se escapaban del marco de Dom¨ªnguez. El cansancio hizo mella en Ecuador, que se guard¨® las piernas para alg¨²n contragolpe, y que poco a poco pareci¨® c¨®modo resguard¨¢ndose en su terreno. Pudo adelantarse Suiza por medio de Drmic, que recibi¨® un buen pase interior de Rodr¨ªguez, pero el ¨¢rbitro invalid¨® la jugada por fuera de juego a pesar de que el bal¨®n hab¨ªa sido rechazado por la defensa ecuatoriana.

Con el paso de los minutos gan¨® en posesi¨®n el equipo de Hitzfield en el tramo final de la segunda parte. El t¨¦cnico alem¨¢n meti¨® a Seferovic en ataque para tratar de darle un final m¨¢s acertado a la mayor¨ªa de las ocasiones, y eso es lo que ocurri¨®. El delantero de la Real Sociedad culmin¨® una gran jugada por la banda izquierda de Ricardo Rodr¨ªguez cuando a Ecuador ya no le daban las piernas. De ah¨ª que ni la igualada prefabricada sirva en el f¨²tbol como argumento para la previsi¨®n. Seferovic, se encarg¨® de demostrarlo una vez m¨¢s, y en el ¨²ltimo minuto.