La soledad an¨ªmica del entrenador
Me imagino a Del Bosque y su noche despu¨¦s del fiasco holand¨¦s: no hay consuelo ni soluci¨®n inmediata
EL BUCLE
As¨ª es como llamo al insomnio despu¨¦s de un partido perdido siendo el entrenador. Intentas pasar la noche revolcado en esa rutina que comienza y termina en el mismo lugar y con una simple pregunta: ?D¨®nde me he equivocado? La preparaci¨®n, la manera de mover a tus jugadores, la alineaci¨®n, los cambios y cualquier variante que no has visto durante el juego. Una tortura inevitable excepto en la victoria. Es una soledad an¨ªmica, que no f¨ªsica, porque aunque est¨¦s rodeado de personas que aportan lo suyo, t¨² deambulas por tu nube. Me imagino a Del Bosque y su noche despu¨¦s del fiasco holand¨¦s; una penumbra que segu¨ªa siendo la de un d¨ªa interminable. No hay consuelo, ni soluci¨®n inmediata. Un entrenador se acostumbra a vivir en alerta, pero con derrotas as¨ª, 24 horas no son suficientes. Rumiar esa amargura te regenera el vigor. Eso es el entrenador a solas y nadie es excepci¨®n.
CAMPBELL
Centro Deportivo de Rendi en el Pireo, Atenas. Cada ma?ana los jugadores de Olympiacos tienen la obligaci¨®n de pasar a desayunar antes del entrenamiento. Joel es uno de ellos. Siempre igual, con sus chanclas o sus zapatillas pisadas por el tal¨®n. Tiene un aire entre caribe?o, desgarbado y zumb¨®n mientras se encamina a pedir educadamente a Dina o Elvira las tostadas y su zumo. Esconde algo misterioso y osado. Es una referencia del chascarrillo y de hacer equipo. En los ¨²ltimos tres meses y cada d¨ªa de ellos, Campbell respond¨ªa a la bromas del sorteo mundialista ¡ªa lo que nos sum¨¢bamos los entrenadores¡ª y la inferioridad de sus ticos ante la potencia de tres campeones mundiales. ¡°Voy a meter un gol por selecci¨®n y de ah¨ª a un grande¡¡±. Luego en los entrenamientos pele¨¢bamos con ¨¦l por el disparo y sus superficies de contacto a utilizar. Le encanta el interior y la rosca para chutar ¡ªas¨ª le marc¨® al United en Champions¡ª pero le mostr¨¢bamos los beneficios del empeine. Ante Uruguay lo intent¨® en todas sus versiones, porque de todo tiene; hasta bondad. Deseo que vuelva de visita ya, a desayunar con su beb¨¦ en brazos y nos pueda decir con su vacile: ¡°?Que os dije?, un gol a cada campe¨®n del mundo¡±. Ya tienes uno.
INTERIOR CANDREVA
Me gusta llamar interior al jugador que partiendo del extremo, interpreta el f¨²tbol como un centrocampista por su calidad e inteligencia. Una especie en extinci¨®n. Es el caso de Candreva. Su versatilidad le permite vivir en diferentes posiciones. Capaz de servir el centro medido con cualquier perfil y el disparo de media distancia, mezclarlo con la ayuda defensiva al lateral o un movimiento interior que crea espacio para que sea aprovechado en la profundidad. Un tipo que entiende el juego y su posici¨®n. Llevo sigui¨¦ndole mucho tiempo y aunque I?aki ¡ªamigo de mis hijos y narrador de partidos¡ª diga que es intermitente, sigo manteniendo que ah¨ª hay algo que hace mucho que no veo: un centrocampista que llegue y juegue por la banda, sin ser s¨®lo extremo. Las portadas ser¨¢n para Balotelli, las p¨¢ginas interiores para Pirlo y Candreva, sospechosos de la derrota inglesa.
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