Un Mundial con buena onda
La tendencia es hacia un juego atrevido y de buena t¨¦cnica colectiva, eso se traduce en un buen n¨²mero de goles y en partidos interesantes. El calor, que anunciaba juegos tediosos, no ha condicionado la calidad de partidos tan esperados como el Holanda-Espa?a, el Italia-Inglaterra o el Alemania-Portugal, todos atractivos a su manera.
Salvo Cristiano, las figuras a las que se esperaba ya se subieron al escenario del Mundial. A Neymar, Van Persie, Benzema y M¨¹ller no les alcanz¨® con un gol y en cuanto a Messi, fue una leyenda dentro de otra leyenda, la del Maracan¨¢, y su gol fue digno de ese encuentro mitol¨®gico.
Es por lo menos curioso que la sorprendente goleada de Holanda a la campeona del mundo se haya incubado a partir de una cautela t¨¢ctica que no parec¨ªa digna de una selecci¨®n siempre atrevida. A Espa?a empezaron trat¨¢ndola de usted, despu¨¦s pasaron al t¨² y en el segundo tiempo le faltaron al respeto. El primer tratamiento fue premeditado porque se decidi¨® en la preparaci¨®n del partido, a la falta de respeto se lleg¨® de un modo espont¨¢neo porque hay ocasiones en las que el f¨²tbol decide vuelcos an¨ªmicos, f¨ªsicos y futbol¨ªsticos inesperados con consecuencias terribles. Puedo entender que un cambio tan espectacular modifique un partido, incluso que ponga en peligro el futuro deportivo de un equipo en la competici¨®n. Pero es incomprensible que un hecho de esas caracter¨ªsticas modifique el pasado, la visi¨®n hist¨®rica de un equipo de esta dimensi¨®n. No me extra?a. Este Mundial, supongo que por influencia de las corrientes de opini¨®n que saltan de las redes sociales y por el car¨¢cter emocional del f¨²tbol, tiene vicios fatales para el an¨¢lisis. Consagra la autoridad del presente hasta el punto de que un jugador vale tanto como la ¨²ltima jugada que realiza; acorta las miras hasta convertir el siguiente partido, sea el que sea, en una final; entroniza al individuo muy por encima del equipo; convierte a los aficionados en protagonistas que gritan con la alegr¨ªa de un gol cuando descubren su imagen en el marcador simult¨¢neo del estadio¡ El foco le gan¨® la batalla a la perspectiva y ya que el an¨¢lisis dej¨® de existir, tambi¨¦n desaparecieron las conclusiones, de modo que no dir¨¦ si me parece bien o mal.
A Neymar, Van Persie, Muller y Benzema no les alcanz¨® con un gol y Messi fue una leyenda en Maracan¨¢
Italia e Inglaterra jugaron un partido limpio, t¨¦cnicamente pulcro y que se jug¨® al ritmo que quiso el calor y Pirlo. Inglaterra no protagoniz¨® un concurso de pelotazos ni Italia levant¨® su barricada. Jugaron. Y en muchos pasajes muy bien. Pirlo, que en un ejercicio de coherencia termina su carrera con cara de sabio, mueve a Italia como un director de orquesta. Pero cada vez que toca la pelota lo que suena est¨¢ m¨¢s cerca de un vals que de una tarantella. Claro que en la ¨²ltima media hora apareci¨® el instinto conservador, pero se le agradece a Prandelli su esfuerzo por refrescar a esta Italia. Inglaterra tiene a j¨®venes que se atreven a encarar con la gracia de una serpentina y la convicci¨®n de un martillo, pero por alguna raz¨®n su f¨²tbol viaja mal y siempre tiene razones para perder.
Portugal y Alemania enfrentaba al individuo contra el equipo. Gan¨® el equipo porque, por razones desconocidas para m¨ª, el individuo tuvo una actuaci¨®n muy p¨¢lida y Portugal no hizo nada por rescatarlo. La sensaci¨®n es que un Mundial es una de las pocas cosas que est¨¢ a la altura de la ambici¨®n de Cristiano y por eso sorprende la falta de su habitual exuberancia futbol¨ªstica. Alemania tampoco le ayud¨®. Un buen Lahm, un participativo Kroll y un inspirado ?zil se adue?aron del juego y M¨¹ller, al que los mundiales parecen sentarle bien, apareci¨® como falso delantero para marcar tres goles muy reales. Alemania no cambia, agrega. Mostr¨® la insistencia y fiabilidad de siempre, pero movi¨® la pelota como nunca. Imposible no verlos como candidatos.
Se le agradece a Prandelli su esfuerzo por refrescar a Italia. Inglaterra tiene a j¨®venes atrevidos, pero su f¨²tbol viaja mal y siempre tiene razones para perder
Un discreto Brasil le gan¨® a los nervios de la presentaci¨®n, al gol en contra de Marcelo y a la frialdad de la gente de S?o Paulo para ganar con ese rey del pop futbol¨ªstico que es Neymar, talentoso, atrevido y sustancial cuando los partidos se hacen agrios. Oscar le ayud¨® a agitar el partido de presentaci¨®n. Pero creo que los dos son demasiado j¨®venes para liderar a un aspirante a campe¨®n.
Tambi¨¦n Francia entr¨® pisando fuerte con un Valbuena inspirado, un Griezmann din¨¢mico y un Benzema que decidi¨® desafiar a los que ven como un defecto su falta de ego¨ªsmo, rematando todo lo que le lleg¨® con la potencia o la clase que le ped¨ªa la jugada. Que tengan cuidado los cr¨ªticos de Benzema porque los gatos no son animales confiables.
Argentina fue dos equipos en uno: el del primer tiempo, espeso y de tracci¨®n trasera con cinco defensas y poca movilidad; y el del segundo, con Gago en la distribuci¨®n e Higua¨ªn atacando los espacios, donde el equipo pareci¨® m¨¢s entonado y Messi m¨¢s c¨®modo. En una ocasi¨®n Menotti reuni¨® a los jugadores de la selecci¨®n argentina para hacerles una pregunta: ¡°?Ustedes cu¨¢ntas pelotas creen que hay que darle a Maradona en un partido?¡± No tuvo paciencia para esperar la respuesta y contest¨® ¨¦l mismo: ¡°Todas¡±. Eso es lo que entendi¨® Gago con respecto a Messi. Se las da todas en la confianza de que le saldr¨¢ una. Frente a Bosnia funcion¨®.
Termina la primera ronda y estas primeras impresiones provisionales. Porque la aventura de un Mundial es muy larga y abrupta como para creer que todo ser¨¢ como parece. Nos quedan sorpresas, fatalidades, genialidades, paradojas y todas esas cosas con las que el f¨²tbol se entretiene mientras los fr¨¢giles seres humanos nos ilusionamos y sufrimos.
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