God¨ªn jubila a Pirlo
Un gol del central con la espalda clasifica a Uruguay y elimina a una Italia a medio camino
![Ramon Besa](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F042b42c5-ca63-411a-883d-cb74d8d0d911.jpg?auth=3ea973647cbe92600acf20aba2329a6d83143025ecc0001b5b83e4d6be68bb1e&width=100&height=100&smart=true)
![Godín celebra su gol frente a Italia.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/6DRC3BYMLMIAF6WPSK53YE3ZIE.jpg?auth=5c8863e23ed72d09fae97e96ff4b3561673bc693f1e97bc0da222cb15ecd1501&width=414)
Italia so?ar¨¢ con la chepa de God¨ªn como Brasil no duerme desde el gol de Ghiggia a Barbosa. Uruguay es un gigante en el pa¨ªs de Pel¨¦. Un gol del central del Atl¨¦tico, el mismo que decidi¨® la Liga en el Camp Nou, clasific¨® a la selecci¨®n charr¨²a para los octavos de final del Mundial a costa de Italia, cuatro veces campeona (1934, 1938, 1982, 2006), eliminada de nuevo nada m¨¢s empezar, como ya pas¨® en Sud¨¢frica. No ha dado con la tecla Prandelli.
No se sabe qu¨¦ es ni quiere ser Italia, perdida a mitad de camino, incapaz de decidir entre el juego y el resultado, sin f¨²tbol ni patriotismo, castigada tambi¨¦n por los poderes f¨¢cticos que domin¨® durante tanto tiempo, tambi¨¦n los colegiados, impasibles ante Buffon y Pirlo, dos s¨ªmbolos del calcio que ayer claudicaron seguramente para siempre en La Azzurra. No perdi¨® Italia por el ¨¢rbitro sino que se conden¨® sola despu¨¦s de entregarse a un partido incierto contra un rival igual de experto precisamente en las situaciones extremas, hoy m¨¢s equipo. Uruguay fue siempre Uruguay. No fue casualidad que el partido fuera resuelto por God¨ªn. Apenas hubo ocasiones en un duelo protagonizado por defensas tremendos como el central del Atl¨¦tico.
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A Italia siempre le encant¨® manejar los partidos desde la t¨¢ctica y el marcador, consciente de que le val¨ªa el empate contra Uruguay. Prandelli afront¨® el partido m¨¢s importante de su carrera con tres centrales, el tr¨ªo de la Juventus, y dos delanteros, Immobile y Balotelli, al tiempo que arropaba con dos laterales y dos volantes a Pirlo. Tab¨¢rez respondi¨® con el mismo equipo que despach¨® a Inglaterra. La disposici¨®n en la cancha, sin embargo, fue diferente, parecida a la italiana, porque C¨¢ceres abandon¨® el lateral para juntarse con God¨ªn y Gim¨¦nez.
Aunque el f¨²tbol nunca fue una cuesti¨®n de sistema para Uruguay sino de car¨¢cter, simbolizado en la carta que el capit¨¢n Lugano, lesionado, envi¨® a la hinchada ¡ª¡°Nuestro horizonte han sido y ser¨¢n el esfuerzo y los milagros y nuestra pasi¨®n fueron, son y ser¨¢n los desaf¨ªos¡±¡ª, los charr¨²a se corrigieron en defensa para encimar a los dos puntas italianos y se entregaron en ataque a la garra de Cavani y la pegada de Luis Su¨¢rez. El gatillo de El Pistolero siempre fue m¨¢s efectivo que la imprevisible bota de Balotelli, sustituido en el descanso por Prandelli.
Am¨¦rica no tiene piedad de Europa y los charr¨²a podr¨¢n apelar al Maracanazo
Qued¨® parado as¨ª un partido de pierna fuerte, trabado y peleado, hasta cierto punto ¨¢spero y desagradable, pendiente de un error o de un acierto, de una jugada epis¨®dica. No entraba en juego Pirlo, Italia no alcanzaba el ¨¢rea de Muslera y los uruguayos se venc¨ªan ante los pu?os de Buffon. El encuentro pertenec¨ªa exclusivamente a Verrati. ?nicamente los pacientes hinchas uruguayos, que ti?eron de celeste el estadio Das Dunas de Natal, no se contagiaron de la tensi¨®n dram¨¢tica de la cancha, a gusto de dos colectivos que disfrutan del sufrimiento.
La Azzurra fue condenada por la discutible expulsi¨®n de Marchisio en el minuto 59 del encuetro
El campo parec¨ªa un tablero de ajedrez en que Italia jugaba con blancas y las negras eran para Uruguay. Movi¨® ficha Prandelli con la entrada de un medio como Parolo por Balotelli y replic¨® Tab¨¢rez con Maxi Pereira por el inocuo Lodeiro. El cambio de piezas desencaden¨® progresivamente la ca¨ªda italiana y el auge de Uruguay, m¨¢s necesitado y ambicioso, mejor que Italia, condenada despu¨¦s por la discutible expulsi¨®n de Marchisio en una patada que no pareci¨® menos grave que el mordisco de Su¨¢rez a Chiellini ni el bloqueo de Bonuci a Cavani.
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Uruguay conquist¨® el partido desde el cuerpo a cuerpo, a partir de la disputa de cada jugada, ganando el campo metro a metro a Italia. La mayor¨ªa de ocasiones fueron suyas. Fall¨® una f¨¢cil definici¨®n Cebolla Rodr¨ªguez y Luis Su¨¢rez no atin¨® ante Buffon mientras los italianos se desvencijaban por el esfuerzo. Se cosumi¨® Immovile y se parti¨® Verrati. Italia qued¨® a merced de Uruguay, ya llena de delanteros, fuerte tambi¨¦n a bal¨®n parado, como se vio en el c¨®rner botado por Ram¨ªrez y empujado a la red por el hombro de God¨ªn. Italia ha dejado de ser una maestra en el arte de jugar en inferioridad num¨¦rica y Uruguay ha aprendido a castigar al rival cuando dispone de superioridad en la cancha.
Abatido Buffon, Uruguay se cerr¨® hasta firmar la despedida de Italia, que sigue el mismo camino de Inglaterra en el grupo de la muerte ganado por Costa Rica. Am¨¦rica no tiene piedad de Europa y Uruguay siempre podr¨¢ apelar en los momentos de mayor drama al inolvidable Maracanazo.
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