Lampe caza un t¨ªtulo demencial

En los confines de los nervios, de la tensi¨®n y en un final ag¨®nico a m¨¢s no poder, el Barcelona se alz¨® con el t¨ªtulo de Liga ante un Real Madrid ind¨®mito, conmovedor en su esfuerzo terminal, a punto de sobreponerse a todo, a la inercia negativa de su juego en las ¨²ltimas estribaciones de la campa?a, a la presi¨®n ambiental de un Palau explosivo, a los achaques y lesiones que se cobraron otra v¨ªctima en la persona de Mejri y a su inestabilidad an¨ªmica, por considerarse v¨ªctima de un arbitraje muy discutido desde todos los puntos de vista. Pablo Laso no quiso saber nada m¨¢s y, cuando apenas transcurr¨ªa el minuto 24, explot¨® y fue expulsado.

Ni por esas afloj¨® el Madrid. Todo lo contrario. Dio la sensaci¨®n de que la desaparici¨®n de escena de Laso sirvi¨® de revulsivo para sus jugadores. Con las t¨¦cnicas al entrenador del Madrid, el Barcelona volvi¨® a ponerse en ¨®rbita (61-49), como hab¨ªa sucedido ocho minutos antes (45-33). El partido estaba a punto de reventar. Como en el tercer encuentro, los triples dispararon al equipo de Xavi Pascual.

Los triples, pero tambi¨¦n el dinamismo de su juego, la finura con la que comparecieron a la cita, a los cuatro partidos con los que se resolvi¨® el asunto, una serie de jugadores en entredicho muchos meses. Navarro, al que se le hab¨ªan visto los primeros flecos de un declive por sus lesiones, por una serie de malas actuaciones y porque ya ha cumplido 34 a?os, compareci¨® en su m¨¢ximo esplendor, hasta el punto de que fue elegido el MVP de la final. Nachbar, en el ojo del hurac¨¢n, emergi¨® en el momento preciso. Y as¨ª, y con menci¨®n especial para Tomic, casi todas las piezas de un Barcelona que se hab¨ªa ganado a pulso, y no hace mucho, dudas sobre su potencial, con derrotas bochornosas, ante el Nanterre, Obradoiro, el Mil¨¢n, la pen¨²ltima ante el propio Madrid, en la semifinal de la Euroliga en la que cay¨® por 38 puntos, sin olvidar la ¨²ltima, su segunda derrota ante el Valencia en la semifinal a la que el p¨²blico del Palau respondi¨® con flamear de pa?uelos y una bronca monumental. Jug¨® tan mal ese d¨ªa el Barcelona que su propia afici¨®n dio por hecho que en Valencia iba a despedirse del sue?o. Sin embargo, otro buen partido en La Fonteta y una canasta providencial de Marcelinho, le dieron cita con el Madrid.

Lampe, que se pas¨® media temporada convaleciente, que varias veces ni siquiera cont¨® para Pascual o al menos fue el descarte en su plantilla de 14 jugadores y no estuvo entre los utilizables en aquella semifinal de la Euroliga, acab¨® siendo el jugador que dio el tiro de gracia al Madrid. Su triple, su ¨²nica canasta en el partido, a falta de 21 segundos, puso un 79-76 en el marcador que dej¨® al Madrid ya a la desesperada. Poco antes Llull hab¨ªa fallado un tiro y poco despu¨¦s, Sergio Rodr¨ªguez err¨® un triple en una excelente posici¨®n, tras una acci¨®n muy bien trazada por un bloqueo de Bourousis a Sada.

Para entonces Rudy Fern¨¢ndez ya hab¨ªa sido eliminado por faltas, como Dorsey, Mejri ya estaba en el banquillo, lesionado, y Laso deb¨ªa rumiar la acci¨®n por la que fue expulsado, en aquel minuto 24. Se puso hecho un basilisco. Desde la silla de ruedas, convaleciente de su operaci¨®n del tend¨®n de Aquiles, vocifer¨® a uno de los ¨¢rbitros. Hierrezuelo intentaba aclarar una de sus decisiones al segundo entrenador, Hugo L¨®pez. No estuvo de acuerdo Laso. Lleg¨® a ponerse de pie. Fue expulsado. Tuvo que volver a su silla de ruedas y cruzar la cancha para enfilar camino del vestuario.

El Barcelona, en definitiva, gan¨® su 18? t¨ªtulo de Liga propulsado por la exuberancia del juego, plet¨®rico y caudaloso que sac¨® a relucir en el momento m¨¢s cr¨ªtico de la temporada. En un partido disputado en los confines de la tensi¨®n, la controversia arbitral y unos vaivenes emocionales taquic¨¢rdicos, a menudo reflejados en los picos de m¨¢ximas y m¨ªnimas diferencias que alumbr¨® el marcador, el Barcelona dio cuenta del equipo que hab¨ªa roto su hegemon¨ªa hace ya un par de a?os y que le dej¨® hecho unos zorros aquel 16 de mayo en la Euroliga. El mismo Madrid que dos d¨ªas despu¨¦s se llev¨® un chasco en la final ante el Maccabi y que, desde entonces, se ha desinflado, exhausto, desestabilizado emocionalmente, inferior al Barcelona.