El desquite del ¡®gallo¡¯ Pinto
El seleccionador de Costa Rica se reafirma al frente del equipo revelaci¨®n pese a ser criticado por defensivo
Era una tarde normal del pasado septiembre en un programa deportivo en la emisora ADN de Costa Rica. La selecci¨®n se hab¨ªa clasificado la noche anterior para el Mundial de Brasil y un aficionado a¨²n criticaba en antena el estilo de juego del entrenador Jorge Luis Pinto; dec¨ªa que era sin¨®nimo de sufrimiento, que su sistema era demasiado defensivo y que su f¨²tbol era inconstante.
Nueve meses despu¨¦s Costa Rica se ha convertido en la mayor sorpresa del inicio del Mundial tras acabar l¨ªder de un grupo en el que se encontraban campeonas del mundo como Italia e Inglaterra. Pero nadie pod¨ªa preverlo aquella tarde de septiembre en la que, de repente, entr¨® otra llamada en vivo. Era el propio Pinto, que escuchaba el programa y se alter¨® tanto que entr¨® al trapo contra el aficionado. Estaba furioso. ¡°Usted no conoce, es como si yo hablase de medicina o de qu¨ªmica sin conocer nada. Usted no tiene la menor idea de qu¨¦ es consistencia en el f¨²tbol, desde el punto de vista t¨¢ctico¡± y mil frases m¨¢s. No dejaba de replicar al ¡°atrevido¡± hasta que cort¨® la llamada. Unos minutos despu¨¦s volvi¨® a llamar y se quej¨® del periodismo y de quienes hablan sin saber. ¡°Son unos desagradecidos con los jugadores¡±. El hombre que hac¨ªa menos de 24 horas lloraba de la emoci¨®n por la clasificaci¨®n estaba fuera de s¨ª del enojo.
Aunque con excesos, Pinto se retrataba. El t¨¦cnico colombiano valora demasiado el conocimiento del f¨²tbol, el estudio y el m¨¦todo. Tanto, que no alcanza a comprender las opiniones livianas de los aficionados o los periodistas a la ligera. Su concepto del f¨²tbol ¡°profesional¡± lo compara con la medicina o la qu¨ªmica y no tolera f¨¢cilmente las cr¨ªticas de quienes pagan por entrar a los estadios a aplaudir o abuchear. Entre los tuiteros costarricenses se hizo famosa la etiqueta #fueraPinto.
Pero lo suyo no es atender a las gradas; es hacer lo que cree correcto a ultranza y solo el paso de los a?os le ha hecho transigir una pizca, admite el periodista Arnoldo Rivera, que lo sigue desde 2002, cuando el colombiano (Santander, 1952) lleg¨® a Costa Rica para dirigir al Alajuelense, uno de los dos grandes de la liga local. Desde el principio se dej¨® ver como un profesional radical que ve al f¨²tbol como una ciencia. ¡°Ten¨ªa una mesa especial para los jugadores pasados de peso en la que estaba prohibida la mantequilla y otras cosas. Se met¨ªa en la cocina del club, los buses, los hoteles, todo quer¨ªa controlarlo y medirlo¡±, recuerda el exjugador alajuelense Javier Delgado, ahora entrenador en la liga tica.
El t¨¦cnico colombiano valora demasiado el conocimiento del f¨²tbol, el estudio y el m¨¦todo
¡°Tambi¨¦n llamaba a las casas de los jugadores para controlar que no anduvieran tarde en la calle. Ese estilo al principio choc¨® en nuestro entorno, pero los jugadores, al ver los resultados, se van convenciendo y rinden, como creo que pas¨® en este grupo que est¨¢ en Brasil. Ahora la gente lo tiene por las nubes¡±, a?ade Delgado.
Pinto es fr¨ªo para analizar una jugada o excluir a un jugador que considera inconveniente, pero fogoso para defender lo suyo. Lo fue para rebatir al aficionado en la radio y tambi¨¦n, durante el partido contra Italia (1-0), para reclamar como una fiera al cuarto ¨¢rbitro que el colegiado chileno Enrique Osses no pitase penalti tras una entrada al atacante Joel Campbell. Tambi¨¦n para defender su oficina de 7.000 metros cuadrados: en una ocasi¨®n sac¨® del campo al alcalde de San Pedro Sula (Honduras) dici¨¦ndole: ¡°Yo no me voy a meter a su oficina, no venga usted a meterse a la m¨ªa cuando estoy trabajando¡±.
El entrenador es amante del caf¨¦ y del vallenato, obsesionado con el trabajo, seguidor de la pol¨ªtica, admirador de Fidel Castro y defensor de la pena de muerte a violadores y evasores de impuestos, como dijo en una entrevista en el diario La Naci¨®n en 2002, cuando los costarricenses apenas le conoc¨ªan. Tambi¨¦n cont¨® despu¨¦s que cree de mala suerte ver dos zapatos tirados; necesita tenerlos emparejados, juntitos, alineados, como ha mostrado en Brasil su equipo.
Costa Rica qued¨® primera de un grupo en el que hab¨ªa tres excampeones mundiales, despu¨¦s de recibir solo un gol y de penalti. Anot¨® cuatro tantos y jug¨® con una soltura que no se le conoc¨ªa. Los aficionados y los entendidos se rinden ahora ante la selecci¨®n de Pinto, pero no ha sido f¨¢cil. Como el aficionado de la radio, muchos seguidores y comentaristas eran esc¨¦pticos. Lo criticaban por conservador y por aferrarse a jugadores que ¨¦l defiende a capa y espada, como el caso del lateral Junior D¨ªaz (del Mainz, alem¨¢n) o el delantero Randall Brenes (del Cartagin¨¦s, tico). Tampoco cambia su esquema con l¨ªnea de cinco, producto de cientos de horas de revisi¨®n, prueba y error.
De momento, Pinto y su equipo ya rompieron las expectativas al pasar a octavos de final con un juego al que nada se le puede objetar
Pinto niega que sea defensivo. Insiste en que su objetivo es siempre un equipo equilibrado y los resultados en Brasil le sirven para demostrarlo. Al fin y al cabo su formaci¨®n es una suma de los rigores del futbol alem¨¢n y los instintos del brasile?o, aunque se declara admirador del modelo italiano. Es un entrenador globalizado, de car¨¢cter met¨®dico, tozudo y estricto. Su segundo apellido es Afanador, pero podr¨ªa ser su alias. El periodista Rivera a¨²n cuenta con asombro la vez en que Pinto hizo entrenar al Alajuelense un domingo a las nueve de la ma?ana despu¨¦s de jugar un partido la noche anterior en una final del campeonato local y tras un viaje de tres horas en autob¨²s.
Sus m¨¦todos son similares ahora con la selecci¨®n tica, a la que volvi¨® en 2011, seis a?os despu¨¦s de haber sido cesado de ese mismo puesto por razones que nadie alcanz¨® a explicar bien. Lleg¨® ya sin su bigote, que lo perdi¨® en una apuesta cuando entrenaba en Venezuela, al quedar campe¨®n con el T¨¢chira. Entre tanto dirigi¨® tambi¨¦n en clubes colombianos y de Ecuador y al combinado de su pa¨ªs, donde tampoco falt¨® la hostilidad en la opini¨®n p¨²blica. Ahora, despu¨¦s de tres a?os al mando de Costa Rica, muestra los frutos de esas palabras que en ¨¦l son una muletilla: ¡°Proceso y trabajo¡±. Javier Delgado destaca que la Federaci¨®n supo tener paciencia. Acumula tres a?os de labores, de pelea para defender eso que cuesta comprenderle. El logo de su p¨¢gina en Internet es un gallo porque quiere dejar claro que es un peleador. Para el gallo Pinto ¡ªmismo nombre que el desayuno m¨¢s popular de los ticos (arroz revuelto con frijoles) alg¨²n diputado hasta ha pedido que le nombren ciudadano de honor del pa¨ªs.
En una ocasi¨®n, en febrero de 2013, se enfrent¨® a Pilar Cisneros, entonces directora del principal noticiario televisivo del pa¨ªs, en una entrevista que m¨¢s parec¨ªa un debate. Ella, ajena a la cobertura deportiva y frecuente representante de causas populares, lo retaba a superar lo que hizo Costa Rica en Italia 90; es decir, a pasar a cuartos de final. Apost¨® un billete de avi¨®n a Brasil si lo lograba. De momento, Pinto y su equipo ya rompieron las expectativas al pasar a octavos de final con un juego al que nada se le puede objetar. El rival de este domingo ser¨¢ Grecia y en Costa Rica muchos sue?an con la siguiente fase. Nadie lo pensaba hace dos semanas. ¡°Es un regalo inesperado¡±, admiti¨® el presidente de la Rep¨²blica, Luis Guillermo Sol¨ªs.
Ahora la periodista Cisneros dice que encantada pagar¨ªa la apuesta. ¡°Nunca he estado tan contenta de estar tan equivocada (¡) Yo no daba un cinco por la sele¡±, reconoci¨® este martes despu¨¦s del 0-0 con los ingleses. Es como si con su voz lo dijeran miles de aficionados. Pinto est¨¢ redimido.
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