Colombia tiene un purasangre

El paladar de Pacho Maturana, ap¨®stol del toque y de la zona que gui¨® a la selecci¨®n de Colombia a dos mundiales en los a?os noventa, saboreaba el triunfo cafetero ante Costa de Marfil frente a las c¨¢maras del canal Teleantioqu¨ªa. Celebraba el juego del equipo de Pekerman y su esp¨ªritu grupal, y tambi¨¦n quiso destacar la magn¨ªfica actuaci¨®n de James Rodriguez, Juan Fernando Quintero, y Juan Guillermo Cuadrado. "El que m¨¢s panorama tiene es Quintero. Veo que James puede ser muy importante como volante externo. Pero al que veo una condici¨®n natural por todos los lados es a Juan Guillermo. Cuadrado es fantas¨ªa, para pagar la entrada e ir a verlo".

Frente a Grecia, partiendo de la posici¨®n de falso extremo diestro, Cuadrado mezcl¨® bien con los volantes tirando paredes en corto que dilataban el circuito de toque sin dejar de atacar los espacios para estirar el campo. Se sacrific¨® para auxiliar en defensa, y con el bal¨®n desequilibr¨® ante los zagueros helenos con verticalidad, potencia, un destacable repertorio de regates, y buen pie para servir dos pases de gol: el primero, a los cinco minutos, ganando la l¨ªnea de fondo, quebrando la cintura del lateral con una finta hacia dentro y asistiendo con la zurda a Armero. Y ya en el minuto 93, cuando todos ten¨ªan el dep¨®sito en reserva, Cuadrado se desmelen¨® con una poderosa arrancada en velocidad para iniciar la bell¨ªsima acci¨®n colectiva que ¨¦l mismo prolong¨® con una asistencia de tac¨®n a James Rodriguez. El mismo hombre que salt¨® por encima de Drogba para conectar un inmaculado cabezazo ganador ante Costa de Marfil tras un preciso corner botado por Cuadrado, que al igual que una leyenda del f¨²tbol colombiano, como fue el "Tino" Asprilla, porta el n¨²mero once en la selecci¨®n. Lleva tres asistencias en Brasil. Carlos "el Pibe" Valderrama, el gran maestro del pase sutil, necesit¨® tres mundiales para firmar el mismo registro. Contra Jap¨®n, Cuadrado marc¨® de penalti.

Cuadrado no es un gigante acorazado. Mide 1'76 y es delgado como un palo. Pero su fibroso armaz¨®n le ha dotado de una explosividad que le convierte en una mina ambulante

Existe una reputada raza de caballos criollos colombianos denominada "Paso Fino". Sus ejemplares se caracterizan por una peculiar sincron¨ªa de movimientos, apoyos y cadencia de batidas en el trote y el galope. Una bella especie que rebosa elegancia en su vigorosa puesta en escena. Algo de eso hay en el biotipo y en el juego de Juan Guillermo Cuadrado. Y el seleccionador Jos¨¦ Pekerman, que sabe apuntalar virtudes y fomentar la audacia, valora mucho la combinaci¨®n de armon¨ªa, despliegue y capacidad desequilibrante de su n¨²mero once: "Es un jugador en crecimiento permanente. Se ha ido superando tanto en su club como en la selecci¨®n. No tengo dudas de que est¨¢ preparado para ir a un club grande y no necesita del Mundial para probar nada".

Cuadrado no es un gigante acorazado. Mide 1'76 y es delgado como un palo. Pero su fibroso armaz¨®n le ha dotado de una explosividad que le convierte en una mina ambulante. Una amenaza para el rival desde cualquier punto del campo. De ni?o generaba muchas dudas. Su t¨¦cnica y habilidad educadas en la playa eran notables, pero con 13 a?os apenas med¨ªa 1'35 y hab¨ªa sufrido dos graves accidentes: la rueda de una carreta le seccion¨® el tend¨®n de Aquiles. En otra peligrosa travesura se encaram¨® a una alt¨ªsima guayaba y acab¨® cayendo como un gato, a cuatro patas. Se le rompieron todas las u?as de pies y manos. Pero ese no fue ni de lejos el peor episodio de su infancia.

Cuadrado naci¨® en Necocl¨ª, un municipio playero del departamento de Antioqu¨ªa situado en la regi¨®n de Urab¨¢. Una zona rica en pesca, ganader¨ªa y cultivo del banano, y hoy tambi¨¦n conocida por el incipiente agroturismo. Pero a comienzos de los a?os 90 ese enclave era considerado como uno de los m¨¢s peligrosos del mundo. Porque Urab¨¢ tambi¨¦n es el punto de origen de la mort¨ªfera maquinaria paramilitar que en esos a?os se cebaba a sangre y fuego con los campesinos (y con especial violencia contra ind¨ªgenas y afrocolombianos) para despojarles de sus tierras con la excusa de combatir a la guerrilla. Una zona que adem¨¢s representaba la salida al Caribe de las rutas del narcotr¨¢fico que financiaban directamente las acciones criminales del paramilitarismo y sus c¨®mplices pol¨ªticos. Juan Guillermo Cuadrado ten¨ªa cuatro a?os cuando en ese polvor¨ªn de 1992 escuch¨® el inconfundible sonido de un tableteo de disparos. Aleccionado por sus padres para esos casos que ning¨²n ni?o deber¨ªa vivir, se escondi¨® bajo su cama. Cuando ces¨® el eco de los tiros, la siniestra banda sonora de esa ¨¦poca en muchas zonas de Colombia, el chiquillo sali¨® de su refugio. Su padre, Guillermo, un humilde conductor de un cami¨®n de gaseosas, hab¨ªa muerto v¨ªctima de la balacera.

Hoy todav¨ªa quedan muchas heridas abiertas en el Urab¨¢ y en todo el pa¨ªs. Cuadrado intent¨® suturar las suyas con el amor y la abnegaci¨®n de su madre, Marcela, que lavaba y empacaba racimos de bananos en una plantaci¨®n. Y tambi¨¦n con el f¨²tbol. Desde muy joven inici¨® un peregrinaje por modestos clubes locales en los que no lograba quedarse mucho tiempo: Su desarrollo ¨®seo sufr¨ªa retardos y nadie confiaba en su evoluci¨®n. Hasta que se le apareci¨® un ¨¢ngel de la guarda: el entrenador Nelson Gallego, uno de los m¨¢s prestigiosos formadores colombianos que primero lo reclut¨® para las categor¨ªas inferiores del Deportivo Cali acogi¨¦ndole en su propia casa.

"M¨¢s que delantero era un mediapunta, pero yo lo hac¨ªa jugar de volante de primera l¨ªnea para evitar que se volviera un jugador de esos vagos", recuerda Gallego

"Me hab¨ªan dicho que ese pelaito parec¨ªa brasile?o. Hizo un record de goles en un torneo juvenil. M¨¢s que delantero era un mediapunta, pero yo lo hac¨ªa jugar de volante de primera l¨ªnea para evitar que se volviera un jugador de esos vagos", recuerda Gallego. La aventura en Cali no sali¨® bien. Volvi¨® a probar fortuna en otros clubes, e incluso fue rechazado en equipos argentinos. Hasta que de nuevo Nelson Gallego se cruz¨® en su vida. El t¨¦cnico hab¨ªa cambiado de club, y en el Independiente de Medell¨ªn comenz¨® a esculpir el f¨ªsico de Cuadrado. El esp¨ªritu de sacrificio, la destreza t¨¦cnica y una audacia casi irreverente para encarar rivales ya estaban ah¨ª. Cuadrado debut¨® en el primer equipo como lateral derecho en 2008. Un a?o despu¨¦s los atentos observadores del Udinese ya lo estaban embarcando hacia Italia previo pago de 50.000 euros al club colombiano.

En Friuli Cuadrado jug¨® poco. Demasiado fr¨ªo para su cintura tropical. Fue cedido al Lecce, y la brisa mediterr¨¢nea le sent¨® mejor. Tanto que fue el jugador de la serie A italiana con m¨¢s regates efectivos en el curso 2011/2012. La Fiorentina, que arrancaba un ambicioso proyecto, acab¨® comprando la mitad de sus derechos. Y en la Toscana, en el equipo m¨¢s divertido y atractivo del calcio, se convirti¨® en el favorito de la grada, mezclando perfectamente con centrocampistas de alt¨ªsimo nivel t¨¦cnico: David Pizarro, Aquilani, Borja Valero, Joaqu¨ªn... Todos aprovechan la extraordinaria generosidad para el esfuerzo que Cuadrado no deja de combinar con el divertimento de sentar rivales a toda mecha. Esta temporada ha marcado once goles para el cuadro viola, arrancando desde cualquiera de las bandas o incluso de punta, con arrebatadora confianza.

"Adem¨¢s de divertirse incluso parece que descansa jugando. Su irracionalidad, la imprevisibilidad de su f¨²tbol, es su fuerza. Si quiere convertirse en un jugador grande a nivel mental debe ser un poco m¨¢s disciplinado t¨¢cticamente. Pero siempre tiene la voluntad de mejorar". Es el juicio de Vincenzo Montella, el sensible y valiente entrenador de la Fiorentina, que acaba de pagar al Udinese 15 millones de euros para tener la completa propiedad de un jugador de 26 a?os que a¨²n no parece haber tocado techo y al que no piensan vender barato. En el vestuario de la Fiorentina quiz¨¢s no saben de caballos criollos. Pero a Cuadrado le llaman "la Vespa". No es un mal apodo para el osado motor de una selecci¨®n colombiana que en Brasil quiere seguir estimulando su atrevimiento.