West vuelve a ganar 11 a?os despu¨¦s
El australiano vence en agua y se reivindica tras ser sancionado por un positivo en 2012 Vi?ales y Kallio suben al podio mientras un conservador Rabat es octavo
Es lo que tiene correr en Holanda. Que te cae un chaparr¨®n cuando menos te lo esperas. Sales de tu garaje, se abre el pit lane, te metes en la pista y a la que asomas por una curva te vas al suelo. ?Ah! ?Pero, que est¨¢ lloviendo?, debi¨® pensar Tito Rabat cuando rodaba por el asfalto del m¨ªtico circuito de Assen. Por suerte la carrera no hab¨ªa siquiera empezado, pero fue un aviso de lo que vendr¨ªa despu¨¦s. Un aguacero, temibles truenos, y cuando se volv¨ªa a formar la parrilla de salida: el sol. Claro que, para entonces ya hab¨ªa llovido lo suficiente como para pensar que lo menos arriesgado ser¨ªa regresar a la pista con los neum¨¢ticos de lluvia. Y as¨ª hizo Rabat, que tuvo que recomponerse r¨¢pido del susto y se dedic¨® durante toda la carrera, sencillamente (y no era tarea f¨¢cil), a no volverse a caer.
Salv¨® el d¨ªa con un octavo puesto. Pero sus rivales por el t¨ªtulo no se duermen. No lo hizo Maverick Vi?ales, segundo tras una carrera inteligente, paciente, agresivo solo cuando la pista se lo permiti¨®, no fuera que acabara como su compa?ero Salom (u otros tantos, pues los accidentes se contaron por decenas); no lo hizo tampoco Mika Kallio, tercero, igualmente pausado, m¨¢s acostumbrado al fr¨ªo y la lluvia, que entendi¨® que perseguir al espa?ol, con calma, era la mejor opci¨®n. Y no fall¨®. Se fue descolgando Rabat a medida que avanzaba la prueba y el pelot¨®n iba descontando pilotos. Fue conservador, el t¨ªtulo se lo exige. Y sobre todo despu¨¦s de c¨®mo empez¨® la prueba.
Era la vuelta de reconocimiento: Rabat, l¨ªder de la categor¨ªa, asom¨® a una de las curvas del circuito de Assen y sali¨® volando sin explic¨¢rselo. Hab¨ªa empezado a llover. La primera carrera, la de Moto3, se hab¨ªa celebrado sin inconveniente alguno. Hab¨ªa llovido de madrugada, pero sali¨® el sol por la ma?ana. A las 12 del mediod¨ªa: sorpresa: un chaparr¨®n irrumpi¨® en la formaci¨®n de la parrilla de Moto2. Hubo otras dos ca¨ªdas m¨¢s antes siquiera de que empezara la carrera. As¨ª que cuando se apag¨® el sem¨¢foro funcion¨® el s¨¢lvese quien pueda. Hubo quienes, alentados por el sol, decidieron arriesgarse con gomas lisas. Pero la pista estaba empapada. No funcion¨®.
Poco tuvo que ver la carrera de tipos como Rabat con la de otros que nada tienen que perder, como Corsi, Lowes o West, que salieron al ataque, levantando sin miedo todo el agua que hab¨ªa ca¨ªdo minutos antes. Despu¨¦s de ocho vueltas se despidi¨® de la pelea por el podio el brit¨¢nico (se cay¨® no una, sino dos veces en la misma vuelta, as¨ª estaba la pista): era segundo y persegu¨ªa a Corsi. Y luego, tras 12 giros, lo hizo tambi¨¦n el italiano, el l¨ªder de la prueba, para despejarle el camino a Anthony West y que pudiera reivindicarse despu¨¦s de la sanci¨®n que le impuso el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) por un positivo en 2012. Fueron 18 meses de sanci¨®n. Y se borraron sus triunfos logrados en aquel a?o en escenarios tan dif¨ªciles como Phillip Island.
Este s¨¢bado West tuvo la posibilidad de volver a ganar. Y lo hizo en el mismo escenario en el que hab¨ªa logrado su primer triunfo, hace 11 a?os, y tambi¨¦n en la categor¨ªa intermedia (entonces 250cc). Y lo hizo atacando primero para abrir distancias, valiente sobre aquel asfalto imposible; lo hizo defendi¨¦ndose despu¨¦s de los intentos de Vi?ales por hacerse con el primer puesto cuando la pista ya ofrec¨ªa un carril pr¨¢cticamente seco. No ten¨ªa nada que perder. Y gan¨® m¨¢s que una carrera.
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