?Ay de los ca¨ªdos!
Froome se retira de una carrera que descubre su gran favorito en Nibali, enorme sobre el pav¨¦s
Bernard Hinault, que gan¨® cinco Tours, dijo de la Par¨ªs-Roubaix que era la ¡°gran cerdada de la primavera¡±, una loter¨ªa para especialistas en ciclocross que ten¨ªa muy poco que ver con el ciclismo. Y como le acusaron de cobardica al bret¨®n que nada teme, de falta de narices para aspirar un domingo a portar la m¨¢scara del h¨¦roe (esa que en el ciclismo s¨®lo se consigue botando sobre adoquines infames y con una mezcla impura de agua y polvo en forma de barro y en una carrera cuyo lema bien podr¨ªa ser vae victis, ?ay! de los vencidos y de los ca¨ªdos, a los que nadie llorar¨¢, a los que nadie esperar¨¢), este tuvo que correrla un a?o: fue 1981, corri¨® y gan¨® por delante de los De Vlaeminck y Moser que hab¨ªan hecho su fama trotando sobre el pav¨¦s. Despu¨¦s de ganarla, por supuesto, Hinault se reafirm¨® en lo de la cerdada y prometi¨® no volver m¨¢s, lo que cumpli¨®. Su figura sali¨®, evidentemente engrandecida, y a pesar de su cabezoner¨ªa, Hinault comprendi¨® que los aficionados no se equivocan cuando sienten esta carrera, y similares, como ninguna otra, s¨®lo como una gran etapa de monta?a del Tour, quiz¨¢s. Y que los corredores que la disputan se ganan la veneraci¨®n eterna, como los soldados ca¨ªdos, la gratitud.
Clasificaciones
Clasificaci¨®n de la 5? etapa
1. Lars Boom (HOL/Belkin) 3h 18m 35s
2. Jakob Fuglsang (DIN/Astana) a 19s
3. Vincenzo Nibali (ITA/Astana) a 19s
37. Alberto Contador (ESP/Tinkoff) a 2m 54s
Clasificaci¨®n General
1. Vincenzo Nibali (ITA/Astana) 20h 26m 46s
2. Jakob Fuglsang a 2s
3. Peter Sagan (SVK/Cannondale) a 44s
10. Alejandro Valverde (ESP/Movistar) a 2m 11s
En eso de que estas carreras, en estas carreteras, hasta en su versi¨®n mini, como en la de siete tramos y s¨®lo 152 kil¨®metros entre Ypr¨¦s y la entrada al bosque de Arenberg que el Tour ha introducido este a?o en su men¨² (Francia, la Francia ciclista, limita al Norte con el pav¨¦s, al sur con los Pirineos y al Este con los Alpes, y el Tour de Francia debe pasar por toda Francia, dicen los organizadores: y quien se queje, a?aden, que sepan que la injusticia es igual para todos, que igual se puede caer el primero que el ¨²ltimo) estar¨¢n muchos ciclistas de acuerdo, y m¨¢s que ninguno el pobre Chris Froome, quien ni siquiera tuvo el honor de caerse en los hist¨®ricos caminos de piedras, sino en moderno asfalto, reci¨¦n tendido y resbaladizo al m¨¢ximo bajo el diluvio inclemente en las rotondas. Se cay¨® dos veces el dorsal n¨²mero uno, quien hab¨ªa salido ya da?ado de la ca¨ªda de la v¨ªspera, con la mu?eca izquierda tan hinchada que llevaba la mano desnuda, pues no le cab¨ªa el guante. Y se rompi¨® maillot y culotte por todas partes, y sangraba y no pod¨ªa casi ni ponerse de pie, y dijo, ya basta, no puedo ni con mi alma, le pas¨® el brazalete de l¨ªder del Sky, a su querido amigo Richie Porte y se meti¨® en el coche de su director, Nico Portal. Y con su retirada, se cumple un a?o m¨¢s: despu¨¦s de los siete seguidos de Armstrong, la serie que termin¨® hace nueve a?os, ning¨²n ciclista ha sido capaz de ganar dos veces seguidas el Tour.
En el segundo tramo de adoquines Contador se qued¨® cortado y perdi¨® 2m 35s con el italiano
Que estos recorridos son puro ciclocross es una afirmaci¨®n que firmar¨ªa seguro el ganador de la etapa, el colosal holand¨¦s Lars Boom, que ha sido campe¨®n del mundo de la especialidad y pedalea sobre el barro con la ligereza, elegancia y fuerza de una bailarina sobre el tapiz del Bolsh¨®i. Gan¨® la etapa por pura decisi¨®n y por inteligencia, pues supo ver pronto que el m¨¢s fuerte de todos era Vincenzo Nibali, y a su rueda y la de su equipo hizo la etapa hasta su ataque final. Nibali nunca hab¨ªa corrido la Roubaix pero tambi¨¦n ha hecho mountain bike y no sabe lo que es el miedo ni en los descensos ni patinando sobre el pav¨¦s. Nibali se desliza sobre el barro y las piedras con la relajaci¨®n y el tacto de un piloto de rallies sobre el hielo; el gen y el talento que especialistas como Flecha reclaman a los que por primera vez se juegan una carrera en un terreno enemigo. Nibali, tan fuerte en el norte de Francia y bajo el diluvio que como si en un puerto de primera estuviera atacando, solt¨® a uno como Cancellara sobre el pav¨¦s, y a su Astana, que fueron los grandes vencedores de un d¨ªa en el que Valverde, Porte y Contador, los que podr¨ªan ser sus grandes rivales para la victoria final (¡°pero, tranquilos, que queda todo el Tour¡±, dijo el tibur¨®n siciliano), le cedieron poco menos y poco m¨¢s de dos minutos. A Valverde le fren¨® antes de comenzar el pav¨¦s el golpe de otro ciclista que no le derrib¨® pero rompi¨® el cambio de su bici y ya desde entonces se convirti¨® la etapa para ¨¦l y su Movistar en una persecuci¨®n estresante e interminable: nada m¨¢s pararse el murciano, a dos kil¨®metros del primer sector, los fosforitos del Tinkoff, los Contador boys enfilaron el pelot¨®n tan veloz que en la primera hora contra el viento recorri¨® 49,2 kil¨®metros y alcanz¨® una media final de 47; Contador lament¨® que en el segundo tramo de adoquines el barro atascara su cambio y se quedara ya cortado de Nibali, quien, por supuesto, no mir¨® atr¨¢s. ¡°Y luego prefer¨ª no arriesgar¡±, dijo el chico de Pinto. ¡°Prefiero perder un minuto que el Tour por una ca¨ªda¡±.
Que los ciclistas que terminan una etapa como esta, tan dura y con tantas diferencias entre ellos como una etapa pirenaica pese a no haber ni un puerto puntuable, merecen la m¨¢scara del h¨¦roe, lo saben todos y todos, orgullosos, cruzan la l¨ªnea de meta con el barro cubriendo su cara. Y hasta orgulloso el ¨²ltimo, Xabier Zandio, roto y herido (cay¨® con su compa?ero Froome), pero feliz de ser ciclista.
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