Oda al f¨²tbol total

Conscientes de que el inmovilismo penaliza, de que una retaguardia s¨®lida y un panzer goleador es una f¨®rmula demasiado a?eja y de que para avanzar siempre es preciso reinventarse, aplicar una vuelta de tuerca, los altos cargos de la Federaci¨®n Alemana dieron en 2006 un golpe sobre la mesa. Pese a la excelsa cosecha de la Nationalmannschaft en los Mundiales ¨Ctres estrellas y cuatro subcampeonatos¨C, olfatearon un cambio de rumbo en el f¨²tbol y se aplicaron en el laboratorio. Apostaron por J¨¹rgen Klinsmann en el banquillo de su selecci¨®n y redise?aron las bases del juego germano, en pos de un modelo m¨¢s coqueto, pero igualmente efectivo. La apuesta se plasm¨® directamente en la Bundesliga, desde entonces un campeonato saneado, vistoso y alegre, y alcanz¨® su apogeo con la exhibici¨®n hist¨®rica de anoche frente Brasil, a la que el equipo de Joachim L?w zarande¨® como a un gui?apo en el Mineir?o y le infligi¨® la derrota m¨¢s sonrojante su historia: 1-7.

Alemania se expresa ahora desde el bal¨®n, la velocidad y la gesti¨®n de los espacios. La movilidad es permanente y las permutas desconciertan al rival

De la mano de este t¨¦cnico, Alemania ha sabido evolucionar hasta confeccionar un engranaje casi perfecto. Solo Espa?a, que le puso freno en la final de la Eurocopa 2008 y las semifinales del Mundial 2010, e Italia, escollo insalvable en el mismo pelda?o de la Euro 2012, han conseguido trastabillar a un equipo demoledor, cuyas cifras asombran desde la porter¨ªa hasta el estilete. Anoche, contra Brasil, los registros estad¨ªsticos fueron espectaculares. Pese a que la pelota s¨®lo permaneci¨® el 47% del tiempo en los pies de los futbolistas germanos, siempre tuvo un fin da?ino. Alemania dispar¨® 13 veces, 10 de ellas al marco defendido por Julio C¨¦sar, y firm¨® siete goles. Es decir, tuvo una efectividad anotadora del 70%.

Pero, m¨¢s all¨¢ de su pegada, el cambio cultural se plasma en la disposici¨®n de los jugadores y la forma de tratar el cuero. Lejos de esos tiempos en los que primaba por encima de todo el f¨ªsico, la estrategia y los arrestos de sus futbolistas, Alemania se expresa ahora a partir del bal¨®n, la velocidad y la gesti¨®n de los espacios. La movilidad es permanente y las permutas en la l¨ªnea de ataque desconciertan a su oponente. Frente a La Canarinha enlaz¨® 546 pases, de los que 457 encontraron a su destinatario. En este sentido, el porcentaje de acierto se eleva hasta el 84%. Desnud¨® a su rival desde su labor en el centro del campo, donde Schweingsteiger y Khedira se impusieron como un rodillo a Fernandinho y Luiz Gustavo. El madridista, que lleg¨® a Brasil por los pelos tras sufrir una grave lesi¨®n a principios de curso, no s¨®lo act¨²a como sost¨¦n, sino que tambi¨¦n se asoma con tino al ¨¢rea contraria.

Es Kroos, sin embargo, quien mejor luce el esmoquin que se ha puesto Nationalmannschaft desde que L?w asumiese el mando. Unos metros m¨¢s adelantado, menos encorsetado desde que el preparador reubicase a Lahm en el lateral derecho ¨Cen la fase de grupos se desempe?¨® como pivote¨C, el medio del Bayern fue la bisagra perfecta entre la medular y la l¨ªnea ofensiva. Firm¨® el doblete m¨¢s r¨¢pido en la historia de los Mundiales al perforar dos veces la porter¨ªa en 69 segundos y particip¨® en otros dos goles, en uno de ellos como asistente de M¨¹ller. Con el bal¨®n en los pies, su precisi¨®n es majestuosa. Complet¨® 71 entregas, con un registro del 93%. Es el segundo mejor pasador del torneo con 464 pases, por los 466 de su socio Lahm. ?l es, a d¨ªa de hoy, la m¨¢xima expresi¨®n del f¨²tbol total de la Alemania que deslumbr¨® en el tapete de Brasil.

Lahm (466) es el pasador m¨¢s efectivo del torneo y la omnipresencia de M¨¹ller (0.83 goles por partido) es otra muestra m¨¢s de modernidad

La otra oda al juego moderno la simboliza M¨¹ller. Desgarbado y con aire despistado, omnipresente, se mueve por todo el frente de ataque de modo sigiloso, pero siempre aparece. Ante Brasil, partiendo desde el flanco derecho en lugar de como falso ariete, canaliz¨® el 45% de las embestidas de su equipo y recorri¨® 11,5 kil¨®metros; en el otro costado, ?zil s¨®lo concentr¨® el 20%. Anoche, en Belo Horizonte, M¨¹ller volvi¨® a clavar su aguij¨®n para abrir paso. Suma ya cinco tantos en el torneo ¨Ces el segundo m¨¢ximo artillero, por detr¨¢s de James Rodr¨ªguez, con un ratio de 0.83 por partido¨C, un total de 10 en la Copa del Mundo a sus 24 a?os. Junto a ¨¦l, dos actores secundarios como Klose y Sch¨¹rrle encarnan tambi¨¦n la eficiencia germana. Desde el silencio, el primero firm¨® su gol 16 en los Mundiales para derribar el r¨¦cord de Ronaldo y el segundo, asiduo al banquillo, acumula ya tres en solo 156 minutos sobre el c¨¦sped (una media de 0.60).

Es la nueva Alemania, en la que el portero Neuer act¨²a muchas veces como un libre?¨Cante Brasil hizo 28 pases y globaliza 148 en el torneo- o en la que el delantero recula para reba?ar una pelota. Aquella selecci¨®n que busca su cuarto cetro ¨Cno vence desde 1990, en Italia¨C y que suma m¨¢s partidos (105), goles (223) y finales (ocho) en la historia del campeonato. La que, mientras unas debaten sobre su estilo, enarbola hoy d¨ªa el toque y la combinaci¨®n, el desenfreno dentro de un orden. La bandera del f¨²tbol total.