La reunificaci¨®n futbol¨ªstica alemana

A los mejores aficionados del f¨²tbol alem¨¢n no se les olvidar¨¢ en la vida el nombre de S¨¦rgio Concei??o, un jugador portugu¨¦s que militaba en el calcio, a caballo entre el Lazio y el Parma, que el 20 de junio de 2000 firm¨® un triplete en el estadio del Feyenoord durante la Eurocopa que organizaron B¨¦lgica y Holanda. No pas¨® Alemania de la primera fase despu¨¦s de la goleada encajada en la ¨²ltima jornada ante los suplentes de Portugal. Al fracaso de Rotterdam respondi¨® la federaci¨®n alemana (DFB) con un plan que culminar¨¢ el domingo en Maracan¨¢ cuando la selecci¨®n dispute la final de la Copa del Mundo.

Hab¨ªa que refundar la Nationalmannschaft, triple campeona del mundo (1954, 1974 y 1990), extraviada entonces incluso en Europa, necesitada de un relevo generacional que ni siquiera se detuvo dos a?os despu¨¦s en Jap¨®n cuando qued¨® subcampeona por cuarta vez (1966, 1982, 1986 y 2002), despu¨¦s de perder con Brasil, vencedora con dos goles de Ronaldo. La DFB hab¨ªa apostado por rejuvenecer el f¨²tbol en 2000 con un programa nacional unificado que afectaba por igual a los distintos equipos de la Bundesliga.

A partir de la experiencia de escuelas como la de Clairefontaine y la del Ajax, la federaci¨®n inst¨® a cada club a crear una academia para los ni?os de entre nueve y 19 a?os dotada de la mejor infraestructura t¨¦cnica y humana, y financiada por un fondo com¨²n para evitar las desigualdades, circunstancia que provoc¨® una mejora general del f¨²tbol. Los ¨²ltimos estudios aseguran que son m¨¢s de 250 los jugadores formados a partir del plan que disputan una Bundesliga saneada y atractiva para el aficionado, de manera que los estadios se llenan.

El inter¨¦s formativo se vio acompa?ado por una ferviente movilizaci¨®n social durante el Mundial 2006. Aprovech¨® Alemania la condici¨®n de anfitriona para recuperar su carga simb¨®lica escondida por los efectos de la guerra sin miedo ni arrogancia, de forma natural, como qued¨® constatado en el gent¨ªo que se reun¨ªa en los bares y plazas para festejar la Copa. El cambio generacional ya no s¨®lo afectaba a los futbolistas sino a los aficionados y a los t¨¦cnicos. Nadie mejor para expresar la modernidad que el carism¨¢tico J¨¹rgen Klinsmann.

¡°Nos gusta acelerar el juego. La clave es el movimiento continuo¡±, dice el seleccionador

El sustituto de Rudi V?ller arm¨® un equipo que conquist¨® el pa¨ªs con su f¨²tbol y disput¨® una semifinal memorable contra Italia en la caldera de Dortmund. Aunque perdieron en la pr¨®rroga, con goles de Grosso y Del Piero, los alemanes conquistaron el mundo con su juego y su pasi¨®n, manifiesta en los cuartos de final cuando vencieron en la tanda de penaltis a Argentina. Klinsmann, sin embargo, acabado el torneo como tercero, dej¨® la selecci¨®n a su ayudante, el met¨®dico Joachim L?w. ¡°Nunca fue mi asistente sino mi socio¡±, advirti¨® Klinsmann. Educado y culto, L?w se las ha tenido siempre con quienes a su entender representaban la resistencia, abanderados por Matthias Sammer, hoy miembro del staff del Bayern M¨²nich que entrena Pep Guardiola y antes responsable deportivo de la DFB. A la demanda de resultados inmediatos, L?w respond¨ªa: ¡°Hay que mirar al campo, no al marcador¡±.

Ha dado finalmente con la tecla tras perseverar en la ruta espa?ola con futbolistas alemanes

¡°Nuestro f¨²tbol tiene un aire latino, nos gusta la posesi¨®n y acelerar el juego cuando se dan las circunstancias¡±, abundaba el nuevo seleccionador. ¡°La clave est¨¢ en el movimiento continuo¡±, a?ad¨ªa, aspirante al f¨²tbol total, tal que fuera m¨¢s holand¨¦s que Johan Cruyff. Apodado Jogi, por su estima por los juegos y capacidad did¨¢ctica, y apoyado siempre por Olivier Bierhofff, L?w pertenece al grupo de entrenadores procedentes de la llamada f¨¢brica de las ideas, con sede cercana a la frontera con Suiza y representada tambi¨¦n por Ottmar Hitzfield.

El suyo es un c¨ªrculo reducido, formado en su mayor¨ªa por colaboradores de Klinsmann, un t¨¦cnico mal visto por alguno de los poderes f¨¢cticos como Lothar Matth?us. L?w y sus ayudantes Hans Dieter Flick y Andreas Kopke han tenido que ser muy pacientes ante las cr¨ªticas de la vieja guardia. Alemania perdi¨® la final de la Eurocopa 2008 y las semifinales del Mundial 2010 contra Espa?a, y de la Eurocopa 2012 contra Italia. Tambi¨¦n su curr¨ªculo en Brasil hab¨ªa sido irregular hasta el 1-7. Aunque gole¨® a Portugal, gener¨® dudas contra Ghana y Argelia. L?w recibi¨® muchas cr¨ªticas por alinear a cuatro centrales y ubicar como mediocentro a Lahm. Incluso se habl¨® de que peligraba su continuidad pese a haber renovado su contrato antes de afrontar el Mundial, animado por el ¡°buen esp¨ªritu del grupo¡±. Ya no se hablaba de la rivalidad de los jugadores del Bayern y del Dortmund en la selecci¨®n sino de las alineaciones de L?w. Hasta que lleg¨® el partido de Francia.

La Federaci¨®n apost¨® por rejuvenecer el f¨²tbol en 2000 con un programa nacional

Lahm regres¨® al puesto de lateral derecho y entr¨® el doble pivote Khedira-Schweinsteiger, administrados por sus lesiones, revitalizadores de Alemania. Ambos combinaron de maravilla con Kroos y M¨¹ller y los centrocampistas cuajaron un partido sensacional contra Brasil. El equipo mezcl¨® a gusto de viejos y j¨®venes alemanes, todos se sintieron representados, porque la posesi¨®n no fue est¨¦ril, el juego tuvo verticalidad y pegada y fue efectivo por la buena mezcla de espacio y velocidad.

Hasta Cruyff ha visto reflejada en Alemania a su vieja y querida Holanda. Triunfa el f¨²tbol total provocado por el intercambio de posiciones. L?w ha dado con la tecla a las puertas de Maracan¨¢. Le ha salido bien perseverar en la ruta espa?ola con futbolistas alemanes. Ya no se escuchan las voces de los gru?ones disidentes ni se habla de S¨¦rgio Concei??o. La fusi¨®n funcion¨® y el plan de 2000 tiene su punto culminante el domingo 13 en R¨ªo de Janeiro. La reunificaci¨®n futbol¨ªstica de Alemania es un hecho en Brasil.