Detr¨¢s de un alem¨¢n siempre hay otro

El Giro es una novela en la que aunque cada cap¨ªtulo abra variables interesantes se puede predecir con bastante antelaci¨®n hacia d¨®nde conduce la acci¨®n. En el Tour, en cambio, cada cap¨ªtulo es un sobresalto que puede cambiar todo el ritmo narrativo. Y tras este pre¨¢mbulo, Giuseppe Martinelli, el director del l¨ªder Nibali (y tambi¨¦n, en 1998, el director del ¨²ltimo italiano que? ha ganado el Tour, Marco Pantani, y en 2010 el director del Contador que subi¨® al podio de Par¨ªs para luego perder el Tour por el clembuterol), dice que por eso m¨¢s vale que no se le pregunte por lo que puede pasar dentro de una semana porque ni siquiera pod¨ªa anticipar lo que iba a pasar dentro de unas horas en una etapa llana, ventosa, lluviosa, afrontada por un pelot¨®n atacado de fatiga nerviosa y dolores en todas partes del cuerpo 24 horas despu¨¦s del pav¨¦s doloroso para tantos y tan glorioso para su Nibali.

Tanta sabidur¨ªa que se le supone a Martinelli le podr¨ªa haber valido al menos para aventurarse a pronosticar una victoria alemana al sprint, un territorio en el que es dif¨ªcil equivocarse en el 101? Tour. Las tres primeras llegadas masivas las gan¨® Marcel Kittel, imbatible, y el toro de Turingia era el favorito l¨®gico para ganar la cuarta, la prevista en Reims no lejos de la avenida del Champagne. ¡°Al menos, su equipo, el Giant, controlar¨¢ la etapa y nuestro Astana, el mejor equipo de este Tour, un grupo fuerte y cohesionado alrededor de su l¨ªder, podr¨¢ dejar por un d¨ªa la responsabilidad que debe asumir despu¨¦s de la retirada de Froome¡±, dijo Martinelli. ¡°Porque ahora el favorito es el nuestro, es Nibali¡±. No se equivoc¨® totalmente en eso (el Giant control¨® la fuga, en la que, como casi siempre, estaba el espa?ol Mat¨¦, que al final se gan¨® el premio de la combatividad, pero al final fue el Omega el que, aprovechando el caos provocado por las m¨²ltiples ca¨ªdas y por los cambios de la direcci¨®n del viento se pas¨® los kil¨®metros finales jugando con el pelot¨®n, amenazando abanicos, generando una tensi¨®n insoportable en todos los l¨ªderes), pero si hubiera apostado por una victoria de Kittel se habr¨ªa equivocado: gan¨® un alem¨¢n, tambi¨¦n otro que como a Kittel le gusta lucir los m¨²sculos de su tren superior, y por eso, por lo bruto que parece, le llaman Hulk, un antecesor de Kittel veterano llamado Andre Greipel. Este verano, en todos los continentes, detr¨¢s de un alem¨¢n ganador siempre hay otro esperando. A Kittel se le rompi¨® la bici a varios kil¨®metros de la llegada, y tal como hab¨ªan puesto el d¨ªa los Omega de Tony Martin, insaciable, y Kwiatkowski, cabez¨®n, con el pelot¨®n convertido en peque?os grupos sueltos, desperdigados, sin ¨¢nimo, no tuvo posibilidad de volver a la cabeza.

Ahora el favorito es el nuestro, es Nibali¡±, se?ala el director del Astana, Martinelli

Y, sin embargo, como al final la sabidur¨ªa ciclista le desborda y est¨¢ de subid¨®n, Martinelli se aventur¨® a anticipar algo de lo que suceder¨¢ en los pr¨®ximos cap¨ªtulos. ¡°Conociendo a Alberto [¨¦l, y tambi¨¦n su Nibali, se refieren siempre a Contador por su nombre de pila, nunca por su apellido], conociendo su rabia interna, su rebeld¨ªa y su car¨¢cter luchador, estoy seguro de que nos atacar¨¢ el s¨¢bado y el lunes, pero que no olvide que Nibali tambi¨¦n es un atacante, ?eh?¡±, recuerda el director bresciano.

El s¨¢bado el pelot¨®n entra en la l¨ªnea azul de los Vosgos y, despu¨¦s de unos ¨²ltimos kil¨®metros escabrosos, alcanza la ciudad de G¨¦rardmer al final de La Mauselaine, un repecho corto (1.800 metros), pero empinado como un muro (10,3% de media, con un paso al 13%); el lunes es La Planche de les Belles Filles, all¨ª donde Froome revel¨® su fortaleza en 2012, el primer final monta?oso. ¡°Y seguro que Nibali estar¨¢ bien¡±, dice Martinelli. ¡°Lo ¨²nico que le puede pasar es lo que les pasa a tantos escaladores despu¨¦s de una primera semana llana en la que han rendido al m¨¢ximo, que el primer puerto que suban se les atragante. Eso ha ocurrido muchas veces a grandes favoritos del Tour, pero espero que el m¨ªo no sea uno de esos¡±. Martinelli solo habla de ¡°Alberto¡± y Nibali casi tambi¨¦n. Es el enemigo temido, el cambio de pareja en un duelo en el que parte tras el llano con 2m 37s de ventaja, ¡°que no son nada, ?eh? Queda tanto Tour¡­¡±.

A Philippe Mauduit, rubio y rey de la amabilidad, y tambi¨¦n director de Contador, se le cuenta en plan esp¨ªa el pensamiento profundo de Martinelli, y ¨¦l no responde nada. Sonr¨ªe con sonrisa de complicidad y gui?a el ojo, confiado en su Alberto, confiado en un fin de semana vosguiano que puede seguir sobresaltando al Tour. Pero ahora a su favor, por supuesto.