Ganar a la Nibali
Los Alpes ponen a prueba viernes y s¨¢bado la fiabilidad del tibur¨®n de amarillo El noruego Alexander Kristoff gana la etapa ante el maillot verde Peter Sagan
En La Gazzetta entrevistan a Ivan Basso y este dice que Nibali debe ganar el Tour ¡°a la Nibali¡±, y la prensa italiana, que est¨¢ desembarcando en masa seg¨²n la carrera se acerca a los Alpes fronterizos, aplaude. En qu¨¦ consiste eso de ¡°ganar a la Nibali¡± no queda claro, como tampoco era tan claro qu¨¦ era ganar ¡°a la Basso¡±.
S¨ª que se sab¨ªa lejos del Tour lo que era ganar ¡°a la Kristoff¡±, el sprinter noruego que en primavera gan¨® la San Remo. En la Saint ?tienne del asfalto derretido, la ciudad que es como la ?ibar del Este de Francia, con sus f¨¢bricas de armas luego transformadas en f¨¢bricas de bicicletas, el Tour conoci¨®, por fin, las cualidades del corredor del Katusha, quien dej¨® en su sitio, o sea segundo (cuatro veces ya), al Sagan que tampoco el d¨ªa siguiente podr¨¢ regalarle un ramo fresco a su novia, que se llama Katarina, como la luna. Kristoff se aprovech¨® de la ausencia en la ¨²ltima recta de Greipel, quien se enganch¨® mec¨¢nicamente y tambi¨¦n en una discusi¨®n acalorada con Chavanel y acab¨® en un caz junto a la cuneta a tres kil¨®metros de la llegada. No se rompi¨® nada el bestial sprinter alem¨¢n, todo lo contrario que el ligero escalador catal¨¢n David de la Cruz, quien tras lograr lo m¨¢s complicado (entrar en una fuga a cinco) se cay¨® solo al patinar en una curva. Se rompi¨® la clav¨ªcula derecha, la del hombro sobre el que aterriz¨® en su ca¨ªda, y entre l¨¢grimas abandon¨® su primer Tour. Seguramente si hubiera continuado siguiendo los consejos de su amigo Purito ¨C¡°qu¨¦date atr¨¢s conmigo: es la mejor forma de pasar las etapas peligrosas del Tour¡±, le dijo--, no se habr¨ªa ca¨ªdo. Pero tampoco habr¨ªa tenido sentido correr el Tour para uno como ¨¦l, combativo.
Clasificaciones
ETAPA
1. Alexander Kristoff (NOR/Katusha) los 185,5 km en 4h 32m 11s
2. Peter Sagan (ESL/Cannondale) mismo tiempo
3. Arnaud D¨¦mare (FRA/FDJ) m. t.
4. Michael Albasini (SUI/Orica-GreenEdge) m. t.
5. Ramunas Navardauskas (LTU/Garmin) m. t.
GENERAL
1. Vincenzo Nibali (ITA/Astana) 51h 31m 34s
2. Richie Porte (AUS/Sky) a 2m 23s
3. Alejandro Valverde (ESP/Movistar) a 2m 47s
4. Romain Bardet (FRA/Ag2R) a 3m 01s
5. Thibaut Pinot (FRA/FDJ) a 3m 47s
Basso estuvo dos veces en el podio del Tour en los a?os Armstrong, siempre detr¨¢s de Armstrong, y gan¨® dos Giros. El primero, en 2006, paralelamente a la investigaci¨®n de la Operaci¨®n Puerto que acabar¨ªa implic¨¢ndole, lo gan¨® ¡°a la Armstrong¡±. ?l que siempre hab¨ªa sido un ciclista en s¨ª menor, melanc¨®lico, amante del sufrimiento pasivo (¡°un llorica¡±, en palabras de su primer director, Ferretti; ¡°uno que quiere caer bien a todos, un blando¡±, seg¨²n otros amigos), gan¨® aquel Giro, tal era su sospechosa superioridad f¨ªsica, corriendo agresivo y ego¨ªsta, quiz¨¢s en do mayor, la tonalidad de la falsa luminosidad, de la alegr¨ªa falsa, de la seriedad. El de 2010 lo gan¨® con la ayuda de Nibali, entonces en su mismo equipo, que le ense?¨® a bajar y que, para evitar conflictos de liderazgo, prefiri¨® caerse un d¨ªa en una etapa embarrada, esperar a Basso y perder todas sus posibilidades. Fue un Giro en sol mayor, la tonalidad de la bendici¨®n para los barrocos, la tonalidad que exige el Tour estos calid¨ªsimos d¨ªas prealpinos, todos los corredores cocidos por tanto sol en el caldero de Saint ?tienne, por ejemplo.
Nibali corr¨ªa as¨ª entonces, un ciclista a la contra, el corredor de lo inesperado, el ataque sorpresa, el corredor de la intranquilidad, de los descensos. Y gan¨® una Vuelta y el Giro del 13, el de las emboscadas que acabaron con Wiggins; y en el Tour del 12 tambi¨¦n hab¨ªa jugado as¨ª, ali¨¢ndose con el traidor Froome para no dejar dormir a Wiggins. Pero en el Tour del 14 no es ni el s¨ª menor ni el sol mayor, siquiera, sino un do mayor, pero no armstrongiano, sino vinokuroviano, por Vinok¨²rov, otro corredor que solo entend¨ªa el ciclismo como agresi¨®n y da?o y que es el ide¨®logo y el estratega del Astana, el equipo de Nibali. El exciclista kazajo, que en Saint ?tienne tiene permanentes sus ra¨ªces de joven emigrante en Francia y el recuerdo permanente de su amigo Kivilev, muerto hace a?os en una Par¨ªs-Niza, viaja con su compatriota Sheffer en los asientos delanteros del coche del Astana, mientras detr¨¢s, junto al mec¨¢nico, intenta dormitar el director Martinelli, lo que apenas consigue por la estrechez del aposento, mientras los de delante hablan en su ininteligible ruso. Vinok¨²rov, aquel que fue expulsado del Tour de 2007 por doping sangu¨ªneo, fue quien en abril pasado le envi¨® una carta a Nibali dici¨¦ndole que estaba siendo un fracaso de temporada, que no hab¨ªa ganado nada y que m¨¢s le val¨ªa ganarse el sueldo. En junio, en la Dauphin¨¦, Froome y Contador jugaban con su impotencia. Despu¨¦s, se encerr¨® en los Dolomitas subiendo el Pordoi tras la moto de su entrenador, Paolo Slongo, gan¨® el campeonato de Italia y como una moto lleg¨® al Tour, su ansia de victorias incontenible: ya lleva dos, los mismos que los rivales eliminados, y una diferencia de minutos lograda tambi¨¦n gracias a ca¨ªdas, lluvias y miedo, los puntos de referencia del ciclismo moderno.
Y aunque diga que en los calurosos Alpes espera ataques de todos, la sensaci¨®n en el pelot¨®n es la contraria: todos los que esperan a los Pirineos (Valverde, Porte, Van Garderen, Bardet, Pinot¡) se esperan, el viernes en la Chamrousse tan armstrongiana, tras el ins¨®lito y peligroso Palaquit, y el s¨¢bado, tras el Izoard a la inversa en Risoul, un ataque de Nibali, de amarillo y siempre sediento. Ser¨¢ el anticipo de lo que muchos han empezado a bautizar el Tour de la ruptura, aunque los hilos los sigan moviendo los de siempre.
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