La tormenta era McIlroy
El norirland¨¦s descarga su talento y es l¨ªder con seis golpes de ventaja sobre Rickie Fowler y siete sobre Sergio Garc¨ªa
Fue dar los ¨²ltimos golpes Rory McIlroy y explotar el diluvio sobre Royal Liverpool, como si el cielo, todo el d¨ªa contenido, hubiera aguantado la respiraci¨®n para ver con calma al norirland¨¦s. Hubiera sido una pena que la lluvia desconcentrara al genio en la ¨²ltima pincelada de su creaci¨®n, un eagle en el hoyo 16 y otro en el 18 con los que encarg¨® cincelar su nombre en la Jarra de Plata. McIlroy parte este domingo con seis golpes de ventaja sobre Rickie Fowler y siete sobre Sergio Garc¨ªa y Dustin Johnson, y ya solo ¨¦l puede perder su tercer grande. El tercero diferente, tras el US Open de 2011 y el Campeonato de la PGA de 2012, lo que le dejar¨ªa con 25 a?os a falta de vestir la chaqueta verde de Augusta para cerrar el Grand Slam. El sello de un elegido.
Era tal el temor a la tormenta que por primera vez en 143 ediciones el Open dio la salida desde dos tees. Pero los paraguas estuvieron la mitad del tiempo cerrados. La tormenta era McIlroy. Su manera de dominar la escena recuerda la autoridad que ejerc¨ªa Tiger Woods en sus buenos tiempos. McIlroy no gana, aplasta. Los dos grandes que colecciona se los llev¨® con ocho golpes de ventaja. En este va camino de una machada similar. Cuando el norirland¨¦s afina, los dem¨¢s juegan otro torneo. Es hermosa la belleza de su swing, y en Liverpool ha unido el arte de patear como los ¨¢ngeles.
Al espa?ol ya no le llevan los demonios cuando la bola le hace una burla, sino que se reinicia
Se hab¨ªa tomado las cosas con paciencia, puede que temeroso por ese bogey con el que abri¨® el d¨ªa, y por la amenaza de una lluvia con la que no siente a gusto. Los primeros nueve hoyos los cerr¨® con el 12 bajo par con el que se hab¨ªa despertado. Por detr¨¢s, el gallinero estaba revuelto. Fowler y Garc¨ªa hab¨ªan decidido picarse en un concurso de golpes, el estadounidense m¨¢s brillante sobre el green, el espa?ol un artista desde la calle. As¨ª, como dos ni?os jugando, se hab¨ªan acercado sigilosos al liderato de McIlroy, que segu¨ªa en stand by. Hasta que en el hoyo 14 despert¨® la bestia. Rory emboc¨® un putt de seis metros que destap¨® el frasco de su mejor golf. Y ya no hubo quien lo parara: eagle soberbio en el 16 y, pese a un bogey en el 17 calcado al de Sergio Garc¨ªa poco antes, otro eagle en el 18. Se acab¨® el recreo.
El Ni?o es el m¨¢s veterano. Sergio Garc¨ªa tiene 34 a?os y se juega el Open con dos chavales de 25, McIlroy y Rickie Fowler. El espa?ol es ahora el hombre maduro. Tiene otra actitud sobre el campo, m¨¢s serena, como si por fin hubiera encontrado la paz interior para jugar al golf. Ya no le llevan los demonios cuando la bola le hace una burla, sino que mastica la impotencia y se reinicia para el siguiente hoyo. Aquellos resoplidos de otros a?os han desaparecido, y por primera vez en tiempo ha enlazado tres estupendas rondas en un grande: 68, 70 y 69.
A cada charco respondi¨® El Ni?o arremang¨¢ndose. Al bogey del uno sigui¨® el birdie del dos y varias ocasiones de recortar. En ese toma y daca con Fowler, a la genialidad de uno replicaba el otro, como dos pilotos adelant¨¢ndose. Garc¨ªa bord¨® el golpe desde la calle en el ocho, y la salida en el par tres del nueve. Cuando lleg¨® a green, el videomarcador anunciaba: ¡°Prep¨¢rese. Posible tormenta¡±. Y le vino justo para abrochar el birdie. Feliz, regal¨® una bola por la que hubo codazos y zapatillas chafando una mano. Go, Sergio!!, le jaleaba la grada, encantada de ver a ese jugador de sangre caliente. Una bandera espa?ola de un padre e hijo valencianos le saludaba desde las cuerdas.
¡°Los putts, los putts¡±, cabeceaba V¨ªctor Garc¨ªa con el driver en la mano. El padre y entrenador de Sergio lamentaba que el juego largo quedara deslucido por los fallos en el green, oportunidades de birdies perdidas. Especialmente les doli¨® a ambos el resbal¨®n del 12, justo cuando Fowler embocaba todo lo que lanzaba hasta igualar a McIlroy como l¨ªder.
El baile de los tres era digno del Open. McIlroy, Fowler y Garc¨ªa compitiendo en una y otra esquina. Los tres llegaban esprintado a los tres ¨²ltimos hoyos. Y decidi¨® esa mezcla de talento y determinaci¨®n. Sergio Garc¨ªa agarr¨® un birdie en el 16, pero en el siguiente hoyo la bola volvi¨® hacia atr¨¢s sobre su circunferencia cuando la sac¨® del rough junto al green, caprichosa, como queriendo alejarse. Lo mismo le pas¨® a McIlroy. Claro que el l¨ªder puso un eagle por delante y otro por detr¨¢s: cuatro abajo en los cinco ¨²ltimos hoyos, tres rondas en los sesenta (66, 66, 68). Lo resumi¨® Sergio Garc¨ªa: ¡°Si Rory juega as¨ª, para los dem¨¢s se acab¨®¡±.
Clasificaci¨®n: 1. R. McIlroy (Irl.N.), 200 golpes, 16 bajo par. 2. R. Fowler (EEUU), 206. 3. S. Garc¨ªa, D. Johnson (EEUU), 207. 5. V. Dubuisson (Fra), 208. 6. E. Molinari (Ita), 209. 58. T. Woods (EEUU), 219.
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