En los ¨¢speros Pirineos
Valverde se aferra a duras penas al segundo puesto, amenazado por P¨¦raud en una etapa de sufrimiento con triunfo de Majka
Cuando empieza a atardecer en Pla d¡¯Adet despu¨¦s de un d¨ªa de sol fuerte, la niebla empieza a caer desde las nubes, y con ella, con la oscuridad y la brisa fresca llegan voces, voces amenazantes, casi fantasmales.
Como ha ganado un polaco la etapa, igual que hace 21 a?os, podr¨ªa pensarse que se est¨¢ en el Tatra o en los C¨¢rpatos, y que las voces salen de una de las laber¨ªnticas historias, tan enrevesadas y dif¨ªciles de seguir como los descensos de los puertos interminables, del Manuscrito encontrado en Zaragoza, y adem¨¢s, el ganador del 14, Rafal Majka, el mismo polaco del Tinkoff que gan¨® en Risoul (el de hace 21 a?os, cuando Indurain dominaba como Nibali ahora y Rominger hac¨ªa de Valverde, de digno segundo, fue Zenon Jaskula), parece un p¨ªcaro graciosillo salido de aquella fantas¨ªa polaca que hac¨ªa de Sierra Morena las monta?as de los misterios, como los Pirineos. En los ¨¢speros Pirineos, Majka se agarra a una moto para tomar impulso y atacar y descorazonar al pobre Purito, que ve c¨®mo con el ¨¢gil e incre¨ªble jovencito polaco (otro del 90: bueno, de septiembre del 89) vuelan los lunares del maillot de sus sue?os; y luego, cuando ya sabe que ha ganado la etapa (solo su segundo triunfo profesional, ambos en el Tour), Majka es capaz de sonre¨ªr y gui?ar un ojo a la c¨¢mara, soberbio, feliz.
Los j¨®venes, Ion Izagirre y Herrada, tiraron del murciano marc¨¢ndole el ritmo
Pero las voces tienen acento franc¨¦s. Y ma?ana, el Tourmalet, dicen las voces, y quieren que su sonido le llegue a Valverde, asustarle, que le quiten el sue?o, que sepa que su mal momento de Saint Lary Soulan, donde no resisti¨® un tremendo cambio de ritmo a seis kil¨®metros de la cima de P¨¦raud, el viejo-joven de los franceses (37 a?os de edad, cinco a?os de profesional de la carretera tras una larga carrera en el mountain bike), no fue m¨¢s que un anticipo venenoso del mal que le espera. Las voces llegan desde las caravanas del Ag2r, el equipo de P¨¦raud, y tambi¨¦n de Bardet, un joven-joven de los franceses, tan valiente o m¨¢s como su coet¨¢neo Pinot la v¨ªspera, tan osado. Las voces le dicen: recuerda el Tourmalet y su encadenamiento mortal con Hautacam, recuerda 2007, cuando reventaste y revent¨® tu equipo. Los Pirineos son, lo sabes, ingratos. Pero ¨¦l puede responder que no estar¨¢ solo, que tiene un equipo, darse media vuelta y roncar sobre la almohada.
La tercera semana del Tour es una cuenta atr¨¢s para los que defienden sus puestos, para el que va de amarillo, siempre, desde el segundo d¨ªa, Nibali, y para los que buscan premios de consolaci¨®n, para Valverde. Por la noche, al acostarse, se animan para quedarse dormidos, venga, un d¨ªa menos, y sigues ah¨ª. Y quiz¨¢s esta noche se lo repita el murciano, que gestiona como pocos su segundo puesto, cediendo cada d¨ªa un poco m¨¢s el primero, y cediendo a los pretendientes, pero cada d¨ªa a uno diferente.
Despu¨¦s de cenar, en el postre, cuando los corredores, terminada la cerveza que les consuela, se reparten las hojas con las clasificaciones y comprueban sus puestos, sus minutos, sus segundos, Valverde, que sigue segundo con 34s de ventaja sobre Pinot (al que esprint¨® al final, como es su costumbre) y 42s sobre el tremendo P¨¦raud (el terror), pida una nueva ronda de cervezas para invitar a sus coequipiers, a quienes les debe la vida. A los que le acompa?aron cuando en el llano, antes del Portillon, el Katusha de un Purito ya a rastras, les llev¨® a 50 por hora; a los tres que se lanzaron en vanguardia con el consejo de siempre de Arrieta caliente en las orejas: mirad para adelante sin olvidar lo que hay detr¨¢s. Si las cosas van bien, la vanguardia ayuda a atacar; si van mal, a defender.
La tercera semana es una cuenta atr¨¢s para quienes defienden sus posiciones
Llegado el momento, subiendo Pla d¡¯Adet, a Visconti, el m¨¢s fresco, le dijeron que solo mirara para adelante, y a punto estuvo de ganar la etapa, lo que habr¨ªa dado un ins¨®lito toque siciliano al Tour, pues, como Nibali, el italiano del Movistar es de la gran isla, aunque no de Messina, como el Tibur¨®n, sino de Palermo. A los otros dos, a los jovencitos Jes¨²s Herrada (de Mota del Cuervo, Cuenca, 23 a?itos a¨²n) y Ion Izagirre (guipuzcoano de Ormaiztegi), y curiosamente ambos tienen hermanos mayores en el equipo, y los dos, Gorka y Jose, ganaron el Giro con Nairo, les dijo que miraran para atr¨¢s: hab¨ªa atacado P¨¦raud y se hab¨ªan ido Nibali y los chavales franceses con ¨¦l, y Valverde se hab¨ªa quedado.
Cuando estaba haciendo la alineaci¨®n del Movistar para el Tour, Eusebio Unzue dudaba sobre Herrada. Le convenci¨® la necesidad de llevar a un joven espa?ol, a alguien que pudiera generar ilusi¨®n ante un futuro tan oscuro. En Pla d¡¯Adet, seguramente, Unzue encontr¨® una raz¨®n m¨¢s. ¡°A Valverde, los cambios de ritmo tan fuertes le van fatal¡±, dijo Arrieta, el director-estratega del equipo. ¡°Y yo ten¨ªa miedo de que si se quedaba solo se descentrara. Pero all¨ª estaban Herrada, primero, y luego Ion, dos chavales j¨®venes, que actuaron como veteranos, marc¨¢ndole un ritmo tan bueno, tan progresivo, que fue no solo capaz de recuperar el tiempo con Pinot y Bardet, sino hasta de remacharlos al final. Han estado magn¨ªficos¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.