Nibali, intocable; Valverde, heroico
En Hautacam, la ¨²ltima subida, el patr¨®n gana su cuarta etapa, mientras el murciano pierde lo m¨ªnimo en su peor d¨ªa
Hautacam es la niebla y Pantani y Leblanc e Indurain, y tambi¨¦n es Riis volante, y tambi¨¦n los extraordinarios chicos del Saunier expulsados de carrera dos d¨ªas despu¨¦s. Junto a la milagrosa Lourdes, donde la fuente bendita, Hautacam, que se empez¨® a subir hace 20 a?os, condensa lo peor de la historia reciente del Tour, sus laderas m¨¢s sombr¨ªas, y tambi¨¦n algunos de sus d¨ªas m¨¢s recordados. En este lugar ya simb¨®lico busc¨® justamente Vincenzo Nibali su victoria m¨¢s significativa de las cuatro que ha logrado en su Tour de intocable.
Gan¨®, dijo luego el siciliano tranquilo y de discurso reposado, porque quer¨ªa ganar en los Pirineos despu¨¦s de haber ganado en las islas, en los Vosgos y en los Alpes, en cada uno de los momentos decisivos (y no gan¨® en el pav¨¦s, donde logr¨® la mayor diferencia, y como recuerda, cuando a¨²n estaban Froome y Contador porque un holand¨¦s tremendo se lo impidi¨®). Quer¨ªa ganar, dijo, y su patr¨®n, Vinok¨²rov, el rey de Astana, lo repiti¨® como un eco, porque estaba harto de que le dijeran oportunista porque ganaba etapas que se hab¨ªan trabajado otros equipos, y en esta, desde el Tourmalet fue el azul Astana el que manej¨® los tiempos; porque estaba harto de que todos los d¨ªas le dijeran que gana tan f¨¢cil porque no est¨¢ el Contador fracturado; porque, adem¨¢s, y no pod¨ªa ser otro, se le ocurri¨® atacar a Horner, el que le gan¨® la Vuelta, y eso s¨ª que no pod¨ªa permitirlo, porque no ha digerido a¨²n esa derrota; gan¨®, porque, en resumen, quer¨ªa demostrar qui¨¦n manda en el Tour 14. Y tanto que manda el Tibur¨®n del Estrecho, a quien de peque?o, tan bajito y ¨¢gil escalando era, le llamaba un amigo de su padre que seguramente hab¨ªa le¨ªdo los cl¨¢sicos y a Vicente Trueba La Pulga de los Pirineos.
Nibali gan¨® porque estaba harto de que le dijeran oportunista
A falta de un solo d¨ªa en el que puede haber diferencias de tiempo entre los mejores, la contrarreloj del s¨¢bado, Nibali aventaja al segundo, quien por primera vez despu¨¦s de los Alpes, hace una semana, ya no es Valverde sino Pinot, en m¨¢s de 7m. Una diferencia as¨ª no se ve¨ªa desde los tiempos en los que Armstrong jugaba con Beloki, Ullrich o Z¨¹lle. ¡°Pero no me comparen con Armstrong¡±, dijo, molesto el primer italiano que ganar¨¢ el Tour desde Pantani en el 98 y que m¨¢s que una pulga parece una hormiguita por c¨®mo piensa. ¡°Yo he sumado mis ventajas poquito a poquito, sin grandes demostraciones, 20s por aqu¨ª, 30s por all¨¢¡"
Nibali, el intocable, como le bautiz¨® Pinot, su delf¨ªn provisional (antes de la contrarreloj el escalador del Ain, el franc¨¦s m¨¢s activo en el festival del d¨ªa, saca 13s al tercero, P¨¦raud, y 15s al cuarto, a Valverde, heroico en su defensa) atac¨® desde tan lejos, a falta de 10 kil¨®metros para la cima de Hautacam, cuando solo iba en fuga, y ya en proceso de desintegraci¨®n, Mikel Nieve, que parec¨ªa haber perdido hasta la perspectiva de su propia grandeza, pero luego admiti¨® que lo hizo picado por Horner, porque ten¨ªa miedo de no ganar la etapa que m¨¢s quer¨ªa ganar. Y cuando atac¨®, el primero que sufri¨® fue, como todos los d¨ªas de monta?a ante arrancadas repentinas, Valverde justamente, el mismo que unos kil¨®metros antes hab¨ªa intentado un ataque de largo aliento con sus fieles Herrada e Izagirre en el descenso del Tourmalet y en el decisivo valle que se extiende de Luz Saint Sauveur hasta Argel¨¨s. Y cuando esto ocurri¨®, cuando al ataque de Nibali le sucedi¨® el habitual festejo franco-franc¨¦s con Pinot, P¨¦raud y dem¨¢s, Valverde se qued¨® solo, ya sin ¨¦quipier pues Gadret, el ¨²ltimo, ya hab¨ªa trabajado antes.
No par¨¦ de hablarle, de decirle que perd¨ªa poco tiempo para que no se comiera el coco." Jos¨¦ Luis Arrieta, del Movistar
Y Valverde baj¨® la cabeza, bebi¨® como un loco, intent¨® refrescarse derrochando botellines por todo su cuerpo, y Arrieta, su director, en el coche, pens¨® lo peor, pens¨® que el murciano se deprimir¨ªa, perder¨ªa las ganas de pelear por un objetivo a¨²n posible. ¡°Y para que no se comiera el coco, para que supiera que no estaba nada perdido, no par¨¦ de hablarle, de decirle que perd¨ªa poco tiempo, que no perdiera el ritmo, que la clave era el ritmo, no ir a tirones¡±, dice Arrieta. ¡°Quer¨ªa que solo pensara en pedalear, en nada m¨¢s¡±. Y fue as¨ª como Valverde se recuper¨®, con el ritmo que le marcaban por el pinganillo desde el coche. Y empez¨® a remontar y detr¨¢s de ¨¦l se enganchaban como pod¨ªan todos los que quer¨ªan recuperarse (y hasta Zubeldia, que ya es 10?, otro top ten para el m¨¢s veterano). ¡°Y siempre tuve a Pinot a 30s, y solo ced¨ª m¨¢s al final, cuando el viento de cara era m¨¢s fuerte¡±, dice Valverde. ¡°Y ahora, todos nos lo jugaremos en la contrarreloj. Y todo es posible¡±.
Para quien nada ya es posible es para su paisano, compa?ero y amigo Jos¨¦ Joaqu¨ªn Rojas, expulsado de carrera (y tambi¨¦n el segundo veh¨ªculo del Movistar, el guiado por el inconsolable Txente Garc¨ªa Acosta, quien quer¨ªa volverse a casa ya) por, seg¨²n los comisarios, agarrarse al coche del equipo y bajar protegido el Tourmalet. En el equipo hablan de injusticia, de que lo ¨²nico que hicieron fue darle un bid¨®n y comida al ciclista de Cieza. ¡°Ya se estaba quedando¡±, dice Arrieta. ¡°No le necesit¨¢bamos para nada. Estaba medio equipo delante. Esto no tiene sentido¡±.
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