Un amarillo espectacular para Nibali
El siciliano se convierte en el s¨¦ptimo italiano que gana en Par¨ªs,16 a?os despu¨¦s de Pantani
A mediados de Tour, cuando ya se consideraba inevitable la victoria de Vincenzo Nibali, un viejo periodista italiano, y no de los m¨¢s complacientes con el patriotismo, empez¨® a enumerar con los dedos: Anquetil, Merckx, Gimondi, Hinault, Contador, Nibali¡ ¡°No s¨¦, ah¨ª veo algunos intrusos, y algunas ausencias, a Bartali, a Coppi, a Indurain¡±, dec¨ªa. Se refer¨ªa el periodista a la lista de aquellos ciclistas que en la historia han ganado una o varias veces las tres grandes rondas por etapas, Tour, Giro y Vuelta, y cuando hablaba de intrusos hablaba de los m¨¢s j¨®venes, claro, pues a los grandes viejos ni se les toca. Hablaba tambi¨¦n de su Nibali, un intruso en el gotha, a su parecer. Y curiosamente, y pese a la forma espectacular, canibalesca por merckxiana, en que a la Vuelta del 10 y al Giro del 13, Nibali, de 29 a?os, ha sumado el Tour del 14, con cuatro victorias de etapa y casi ocho minutos de ventaja sobre el segundo, el propio canibali se ve, si no como un intruso, s¨ª como un bicho raro en compa?¨ªa de tan grandes nombres.
¡°No s¨¦¡±, dijo en la conferencia de prensa el s¨¦ptimo italiano que gana el Tour (antes: Bottecchia, Bartali, Coppi, Nencini, Gimondi y Pantani), haciendo prueba de una modestia sencilla que muchos no le supon¨ªan. ¡°Para m¨ª es muy importante ganar el Tour, pero los grandes, como Merckx o Hinault o Anquetil, tambi¨¦n ganaban grandes cl¨¢sicas. Por eso no pienso que haya entrado en la historia. He ganado las tres grandes simplemente porque soy un hombre de tres semanas. La emoci¨®n m¨¢s grande del Tour es siempre llegar a Par¨ªs, los Campos El¨ªseos, el Arco del Triunfo, la torre Eiffel, la gran cantidad de p¨²blico¡ Siento siempre una emoci¨®n inexplicable. Este Tour ha sido espectacular, parec¨ªa hecho a mi medida, con una primera semana ya dura, lo que me permiti¨® hacer un Tour a la inversa de Pantani: ¨¦l, en el 98, se puso l¨ªder en la pen¨²ltima etapa alpina; yo, al rev¨¦s, ya desde la segunda etapa mostr¨¦ que era superior a Froome y Contador¡±.
Hice un Tour a la inversa de Pantani: ¨¦l se puso l¨ªder en la pen¨²ltima etapa alpina; yo, desde la segunda." Vincenzo Nibali
La modestia no se la pod¨ªan suponer a Nibali ninguno de los que compartieron con ¨¦l su primer a?o de profesional en el Fassa Bortolo del sargento Ferretti, un director del d¨ªa a d¨ªa, uno que no ten¨ªa pasi¨®n ni apenas compasi¨®n por los ciclistas como Basso, que pas¨® por su equipo, que hablaban de tres semanas y de regularidad y de lucha continua por estar sin m¨¢s. Al Fassa Bortolo de 2005, el ¨²ltimo a?o del equipo, lleg¨® Nibali de la mano de Bruno Cenghialta, un excorredor, y ahora director en el Tinkoff, que segu¨ªa a Nibali desde juveniles. ¡°Si hay alguien que puede ganar limpio es Enzo¡±, le dijo Cenghialta, que sab¨ªa de qu¨¦ hablaba, pues proven¨ªa del Gewiss de Bombini, Berzin y Riis, a Ferretti, lo que no dejaba de ser un ¨®rdago extraordinario en aquellos a?os convulsos. Y ya el primer d¨ªa de concentraci¨®n invernal en Toscana, recuerda Juan Antonio Flecha, ciclista del Fassa entonces, Nibali dej¨® su sello. En una salida del grupo, atac¨® el l¨ªder del equipo, el sulfuroso Dario Frigo, y Nibali, que apenas ten¨ªa 20 a?os, se peg¨® a su rueda, y al final le esprint¨® y le gan¨® (las concentraciones sirven para eso, para que los j¨®venes con desparpajo de campeones se suelten: en una concentraci¨®n as¨ª, atacando a Olano y Jalabert, se gan¨® Purito su sobrenombre; y cuando Armstrong regres¨® al ciclismo en 2009, Contador le dej¨® bien claro qui¨¦n mandaba all¨ª, en aquel Astana de Bruyneel, ridiculiz¨¢ndolo en una concentraci¨®n en California). Flecha, veterano sabio, le recomend¨® modestia al soberbio Nibali. ¡°No le puedes hacer eso a nuestro l¨ªder para el Giro, porque se deprime, y ya le tenemos fastidiado todo el a?o¡±, le dijo el ciclista catal¨¢n. ¡°Ya sabemos que eres muy bueno, no hace falta que nos lo demuestres a nosotros¡±.
Pero Nibali era siciliano y tambi¨¦n toscano, pues a los 15 a?os hab¨ªa tomado un barco para atravesar el estrecho de Messina entre espejismos, y luego cogi¨® un tren en Reggio Calabria que 13 horas despu¨¦s le deposit¨® en Livorno. Y se fue a vivir con una familia de adopci¨®n a Mastromarco, tierra de vi?edos y Chianti, pero recordaba que de m¨¢s peque?o se montaba de paquete en la Lambretta de su padre y con una c¨¢mara hac¨ªa fotos en carreras infantiles y juveniles que luego vend¨ªa para ganarse sus ahorros. Y tambi¨¦n en bicicleta llevaba los carretes a revelar al laboratorio. Y as¨ª, en la concentraci¨®n, Flecha recuerda c¨®mo cuando uno hablaba de fotograf¨ªa era el ni?o Nibali el primero en recomendar qu¨¦ c¨¢mara y qu¨¦ objetivos deb¨ªa comprarse.
El Tour da algo m¨¢s que el Giro porque es la carrera m¨¢s grande, la m¨¢s global, la m¨¢s internacional." Vincenzo Nibali
Y as¨ª con todo, Nibali el listo. Y pese a eso sobrevivi¨® y se hizo grande en el ciclismo. Pero nunca perdi¨® lo que le hac¨ªa diferente, cuentan otros de los que le conocieron joven: que siempre se crey¨® mejor de lo que era, capaz de mayores logros, y que gracias a eso, en efecto, logr¨® ser mejor, llegar m¨¢s lejos. ¡°Pero si no hubiera empezado a ver seriedad en los controles, y sin pasaporte biol¨®gico y el Movimiento por un Ciclismo Cre¨ªble, yo no estar¨ªa hoy aqu¨ª¡±, dijo el s¨¢bado, ya firme ganador del Tour, dando raz¨®n tard¨ªa a Cenghialta: Nibali ser¨ªa capaz de ganar limpio.
¡°La Vuelta, creo, fue la victoria m¨¢s importante, porque me dio el convencimiento de que era un corredor de tres semanas y me dio la oportunidad de poder aspirar al Giro y al Tour¡±, explic¨® Nibali. Como italiano, el Giro fue una victoria especial, por la emoci¨®n que despert¨® entre los espectadores, y los grandes ¨¢nimos del p¨²blico. El Tour da algo m¨¢s que el Giro porque medi¨¢ticamente es la carrera m¨¢s grande, la m¨¢s global, la m¨¢s internacional. Es m¨¢s que ninguna otra, es diferente, y siempre te encuentras en ella a los m¨¢s grandes rivales¡±.
Nibali solo se ech¨® a re¨ªr en la conferencia de prensa cuando le dijeron que siendo el hijo del due?o de un videoclub se habr¨ªa hinchado a ver pel¨ªculas. Y ¨¦l respondi¨® que en efecto, que hab¨ªa visto de todo, pero que se acordaba sobre todo de una de Tornatore, de La leyenda del pianista en el oc¨¦ano, con Tim Roth. Quiz¨¢s quien encuentre el paralelismo entre el ni?o pianista que se niega a abandonar el barco en el que iba a emigrar con el ni?o que necesitaba tomar el barco para poder ser ciclista, desentra?e tambi¨¦n el misterio del soberbio modesto intruso ganador del 101? Tour.
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