Hecho en Costa Rica
El fichaje de Keylor Navas por el Madrid convierte al portero en un mito nacional
La llegada de Keylor Navas al Real Madrid se recibe en Costa Rica como el nacimiento de una nueva referencia. La cara morena del portero de 27 a?os se prepara para salir del ¨¢mbito publicitario costarricense. Hasta ahora, el portero ha sido el rostro en la publicidad local de cinco marcas (Movistar, Nike, un banco estatal, una cadena de electrodom¨¦sticos y una comercializadora de arroz y frijoles, la comida b¨¢sica de Costa Rica). Desde hoy, el joven de San Isidro de El General, un pueblo a 130 kil¨®metros de San Jos¨¦, se alista como nuevo representante del pa¨ªs. ¡°Embajador¡± es el t¨¦rmino empleado por la Canciller¨ªa de Costa Rica en el comunicado que emiti¨® ayer para felicitar al ¨ªdolo.
La noticia del fichaje del Madrid es un evento sin precedentes para este pa¨ªs cuyo tama?o es el 10% de Espa?a. Nunca en la historia un ¨ªdolo de la cultura popular costarricense alcanz¨® m¨¢s prestigio asociado a la proyecci¨®n internacional. Mucho menos en el f¨²tbol, fen¨®meno de los ¨²ltimos a?os, y, sobre todo, de los ¨²ltimos d¨ªas. El Mundial de Brasil alter¨® las perspectivas.
Ahora Costa Rica tendr¨¢ mejor exposici¨®n medi¨¢tica¡±, dice la gerente de Marca Pa¨ªs
De origen humilde, cristiano, e hijo de una pareja que emigr¨® a Estados Unidos, Navas parece preparado para ser incluido en la escasa lista de compatriotas de fama internacional y de figuras admirables para esta poblaci¨®n de 4,5 millones, en la que destacan el premio Nobel de la Paz 1987, ?scar Arias, o el cient¨ªfico Franklin Chang-D¨ªaz, que tiene el r¨¦cord de siete misiones espaciales con la NASA. En lo deportivo, las glorias apuntan a las nadadoras Sylvia y Claudia Poll (medallistas ol¨ªmpicas en 1988 y 2006 ) y al atleta Nery Brenes, campe¨®n mundial en 400 bajo techo.
¡°Parece mentira. Keylor en el Real Madrid¡ Es que parece una jetonada [exageraci¨®n]. Todos tenemos que estar muy orgullosos de este pa¨ªs¡±, dec¨ªa, Roberto, vigilante de una escuela privada en San Jos¨¦ que, confiesa, prefer¨ªa hasta ahora al Barcelona que al Real Madrid y advierte que es seguidor del Alajuelense, el equipo rival del Saprissa, el trampol¨ªn de Navas hacia el futbol espa?ol con el Albacete, en 2010.
En las redes sociales nada supera en hervor a la contrataci¨®n de Navas. La cuenta oficial de la Caja del Seguro Social tampoco ha querido quedarse al margen: ¡°Bendita la hora en que lo vacunamos¡±. El rostro del futbolista amaneci¨® el lunes en las portadas de los diarios como el nuevo gal¨¢c-tico, un t¨¦rmino que juega con la ¨¦lite del futbol y con el sobrenombre de los costarricenses, los ticos. Diez millones de euros, la cifra que pag¨® el Madrid, no hacen de Navas el fichaje m¨¢s caro de un jugador tico, pues el volante Bryan Ruiz lleg¨® al Fulham, ingl¨¦s, por 12 millones, en 2011. S¨ª es, sin embargo, la contrataci¨®n m¨¢s importante. ¡°Hasta hace un mes nadie imaginaba que ten¨ªamos a un jugador para el Real Madrid¡±, dice Antonio Alfaro, director del diario deportivo Al D¨ªa.
La noticia evoc¨® el paso de otro costarricense por los grandes del f¨²tbol espa?ol, Alejandro Morera Soto, quien estuvo en los a?os 30 con el Barcelona. M¨¢s recientes han sido Paulo C¨¦sar Wanchope, entrenador interino de la selecci¨®n, que jug¨® para el M¨¢laga (2004) y Joel Campbell, en el Betis durante 2013.
La fascinaci¨®n por Navas es imparable. Ahora m¨¢s ni?os ticos prefieren jugar de portero y algunos, en los campos de los pueblos, se persignan como el h¨¦roe cuando sabe que ha hecho una parada dif¨ªcil. Ocurre que esto es m¨¢s que f¨²tbol. Es tambi¨¦n una inmensa oportunidad comercial, seg¨²n Carolina Le?era, gerente de Marca Pa¨ªs, oficina apoyada por instituciones oficiales promotoras del comercio y el turismo. ¡°Con Keylor¡±, dice Le?era, ¡°Costa Rica tendr¨¢ una mejor exposici¨®n medi¨¢tica y podr¨¢ seguir en el mapa mundial de manera positiva. ?l representa al pa¨ªs, su cultura y su talento. Tiene valores coherentes con los que el pa¨ªs quiere mostrar al mundo. Nos abre puertas¡±.
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