Primer paso de Espa?a

Finalizada la primera etapa de su preparaci¨®n con el trabajo intramuros, Espa?a ya se ajusta con fuego real y con la munici¨®n acostumbrada. En el primer partido de su gira preMundial super¨® a Canad¨¢ (82-70) en A Coru?a, una liza que dej¨® impresiones y dudas propias del debut, tambi¨¦n alguna certeza: cuando lleguen los problemas Espa?a buscar¨¢ soluciones cerca de la canasta.

Resta trabajo por delante, tambi¨¦n tiempo. La selecci¨®n fue de m¨¢s a menos, pero mantuvo siempre un compromiso por m¨¢s que en algunos momentos le abandonase el acierto. Comenz¨® dominadora, superior como era a su rival, al que tambi¨¦n someti¨® porque parti¨® bien aplicada. Poco sorprende en el equipo que comanda Juan Antonio Orenga, que alcanza la velocidad de crucero sin apenas vuelo, que crece a partir de su ductilidad porque al oponente le llegan los problemas desde el flanco m¨¢s inopinado. Por eso mientras Navarro se ajustaba desde el triple fue Pau Gasol el que ejerci¨® de tirador. A su rebufo, con seis puntos en dos intentos, creci¨® Espa?a para dejar claro quien mandaba y de un inicial 9-2 se pas¨® a un 16-5 que pareci¨® sepultar a los canadienses, poco activos en defensa, superados, sin recursos tampoco en el otro aro.

El mayor de los Gasol se fue a su primer descanso tras seis minutos, superior, sobrado, con ocho puntos y cuatro rebotes y la impresi¨®n de que lo hab¨ªa logrado sin despeinarse. Acab¨® el partido con veinte puntos, m¨¢s de uno por cada minuto que disput¨®. Solucionado su inmediato futuro profesional con su firma en Chicago, superada unas campa?as complicadas en Los ?ngeles, semeja que llega al Mundial en una de sus mejores versiones. Tendr¨¢ entonces ese plus de motivaci¨®n que imprime el hecho de que quiz¨¢s est¨¦ ante su ¨²ltimo show de rojo, desde luego el postrero ante su p¨²blico. Pero sin ¨¦l, tambi¨¦n con su hermano reposando tras dominar de inicio el rebote bajo su canasta, se evidenci¨® sobre el parqu¨¦ donde radica el enorme potencial de Espa?a, donde est¨¢ la artiller¨ªa. La segunda unidad bajo tableros, Ibaka y Felipe Reyes, fue un rodillo de tal calibre la gente que llen¨® el coliseo coru?¨¦s no dej¨® de jalear su despliegue, en especial la voracidad del madridista en el rebote ofensivo. En Reyes se puede confiar, en esa aportaci¨®n que cobra ya un car¨¢cter galvanizador para compa?eros y seguidores. Cinco minutos antes del descanso le bastaron para atrapar seis rebotes, tres de ellos bajo la cesta canadiense. Para entonces el marcador (tras el 25-12 del final del primer cuarto, Espa?a apuntal¨® su ventaja con un 9-0) apenas era una an¨¦cdota entre sensaciones o alguna probatura como la de juntar a dos bases en el mismo cinco, detalle propiciado por las ausencias de Rudy (con un esguince en el tobillo derecho) y Abrines (dolorido en un brazo).

Al descanso lleg¨® Espa?a con una ventaja de 19 puntos que profundiz¨® poco despu¨¦s hasta los 22. Azuzado por las rotaciones, por un banquillo tan profundo, el equipo mantuvo su hambre sobre todo en defensa, pero patin¨® algo en ataque porque sin Pau nadie se erigi¨® como referencia. Navarro a¨²n est¨¢ llegando, los bases repartieron m¨¢s que miraron al aro hasta el punto de que al descanso y tras meter el equipo 47 puntos en la suma entre los tres s¨®lo hab¨ªan aportado una canasta. Y, en fin, Claver, que jug¨® de tres, ocup¨® la escena una vez m¨¢s con timidez. Canad¨¢, que no es manca y dispone de varios NBA a las ¨®rdenes del m¨ªtico Jay Triano, redujo las diferencias hasta situarse trece abajo (60-47, poco antes del final del tercer cuarto). Todav¨ªa limaron un poco m¨¢s para llegar a estar a nueve puntos de distancia y so?ar con un final apretado. No fue as¨ª. Puesta en problemas, Espa?a volvi¨® a tomar el camino de la pintura. De nuevo con Ibaka. Siempre con Felipe, estelar.