El bronce de la revoluci¨®n

Si Christine Ohuruogu, espl¨¦ndida atleta brit¨¢nica, ha sido campeona ol¨ªmpica de 400 metros y dos veces campeona mundial, ha sido, sobre todo, por sus tremendos finales, su capacidad para superar el dolor, la subida del lactato, la miseria que paraliza a todos los que dan el m¨¢ximo en una recta interminable. Estando, Ohuruogu, se dec¨ªa, nadie est¨¢ segura hasta que no ha cruzado la ¨²ltima l¨ªnea, pues hasta el ¨²ltimo cent¨ªmetro peleaba por la victoria, y ganaba. Si esa misma Christine Ohuruogu pudo ser solo cuarta en la final europea que en el primer atardecer de Z¨²rich, siempre gris y lluviosa y desapacible este agosto, se disput¨® ha sido sencillamente porque una atleta espa?ola, cubana hasta hace solo cuatro meses, fue a por ella en esa ¨²ltima recta de los tormentos grit¨¢ndose para sus adentros ¡°?tengo que llegar!, ?tengo que llegar!¡±, y no par¨® hasta llegar y superarla por unas mil¨¦simas, por menos de una cent¨¦sima. ¡°Y no sent¨ªa ni piernas ni nada, solo los brazos¡±, dijo luego Indira Terrero, con una medalla de bronce al cuello, y a solo dos cent¨¦simas de la plata de la ucrania Olha Zemlyak.

¡°Me ganaba en Cuba y me ha ganado aqu¨ª¡±, dice Terrero de la campeona Grenot

Es la primera espa?ola que alcanza tal logro. ¡°Y todav¨ªa no me lo creo¡±, segu¨ªa. ¡°No tengo palabras¡±. El oro fue para su rival cubana de toda la vida, Libania Grenot, llamada La Pumita, que muestra siempre sus garras, sus largas u?as, al salir, que es italiana por matrimonio de conveniencia que a los dos meses fue divorcio y que hizo una carrera perfecta. ¡°Me ganaba siempre en la isla y me ha ganado aqu¨ª¡±, dijo Terrero, ¡°pero para m¨ª el bronce es ya un milagro despu¨¦s de la temporada de lesiones en la rodilla que llevo, que hac¨ªan que mi semana fueran tres d¨ªas de buenos entrenamientos y dos d¨ªas de malos¡±. A pesar de ello, con 51,38s, hizo su mejor marca del a?o.

La otra espa?ola que convert¨ªa en ¨²nica la final, pues nunca hab¨ªa habido ninguna en una final europea al aire libre de 400m, mucho menos dos y mucho menos una medalla, Aauri Lorena Bokessa, acab¨® octava y maldiciendo sus nervios y su timidez. ¡°No quer¨ªa suicidarme saliendo muy r¨¢pida, y eso combinado con que en la calle ocho no ten¨ªa referencias, ha hecho que hiciera una carrera de la que no estoy satisfecha¡±, dijo la atleta de Fuenlabrada, desolada.

Como hizo en su primera experiencia europea Terrero, de 29 a?os, (¡°ya ten¨ªa medallas como cubana, pero no es lo mismo¡±, dijo la atleta, cuya mejor marca, 50,98s, la consigui¨® como cubana en la altura de Cali, Colombia), quien tras la carrera repet¨ªa un ¡°me ha costado, me ha costado mucho¡±, que podr¨ªa valer tambi¨¦n para relatar las circunstancias de su exilio econ¨®mico-pol¨ªtico de Cuba aprovechando la celebraci¨®n en 2010 de los Iberoamericanos de atletismo en San Fernando (C¨¢diz). Acompa?ada de otros atletas de la elite cubana, como el ochocentista Castillo, que se qued¨® en Sevilla, Terrero decidi¨® dejar a su madre y a su familia y su vida en Cuba y vivir en Espa?a como atleta. Vive en Valencia junto a su pareja y comparte piso con la triplista Ruth Ndoumbe, de quien hace de casi madre, entren¨¢ndose con Rafael Blanquer, el mismo que gui¨® a Niurka Montalvo, y despertando la admiraci¨®n de los que llegan a conocerla por su dedicaci¨®n y compromiso. ¡°Pero todav¨ªa no puedo volver a Cuba porque no s¨¦ si podr¨ªa volver a salir¡±, dice Terrero. ¡°Mi padre est¨¢ en Estados Unidos y a ¨¦l le puedo ver, pero no a mi madre. En cambio, Libania, como no se fug¨®, puede volver cuando quiera¡±. ¡°Me ha sorprendido por su superprofesionalismo¡±, dice el fisioterapeuta Jos¨¦ Antonio Bodoque. ¡°Estos d¨ªas en Z¨²rich ha estado siempre atenta al masaje, iba a la pista de calentamiento a rodar despu¨¦s de cada competici¨®n, met¨ªa las piernas en hielo¡­ Una atleta muy seria¡±.

La prueba de fuego ser¨¢ formar un relevo de 4x400 para los Juegos de R¨ªo 2016

¡°Es magn¨ªfica tanto su medalla, por lo que significa para el atletismo femenino espa?ol, como su presencia en Espa?a, pues supone una competencia que antes no ten¨ªa, y eso nos har¨¢ mejores a las dos¡±, dijo Bokessa. ¡°Y, sobre todo, nos permitir¨¢ montar un buen relevo que llegar¨¢ a la final ol¨ªmpica de R¨ªo 16¡±. Y ello, como profetiza Ram¨®n Cid, director t¨¦cnico nacional, ser¨¢ la prueba del nueve del cambio de tendencia del atletismo espa?ol, que lo que no encuentra en el medio fondo y el fondo, sus referencias hist¨®ricas, lo halla en los lanzamientos, los saltos y la velocidad.

Tambi¨¦n hubo un espa?ol en la final de 400m, el canario Samuel Garc¨ªa, que al rev¨¦s que Bokessa, saliendo muy fuerte, y termin¨® s¨¦ptimo, lejos de un oro que gan¨® magn¨ªficamente el brit¨¢nico Martyn Rooney, de casi dos metros y menos de 80 kilos, con tiempo de 44,71s, mejor marca europea del a?o, por delante de su compatriota juvenil Matthew Hudson-Smith, que hizo su mejor marca personal, 44,75s, despu¨¦s de que su sistema nervioso fuera penalizado con una amarilla por salida temprana.