Manda Luis Enrique, corre Messi
El papel del delantero argentino ser¨¢ capital para la suerte del Barcelona en la Liga
¡°?Y qu¨¦ tal con el 10?¡±.
A los pocos d¨ªas del regreso de Leo Messi de las vacaciones estivales, un directivo del Bar?a, muy preocupado desde hace tiempo por la forma del delantero, se acerc¨® a la ciudad deportiva Joan Gamper para tener noticias de primera mano sobre el argentino, subcampe¨®n de Liga y subcampe¨®n del mundo, despu¨¦s de ser cuatro veces Bal¨®n de Oro. ¡°De momento viene a entrenarse cada d¨ªa¡± respondi¨® un empleado cualificado del club, sabedor de que desde hace tiempo se sab¨ªa en la entidad que Messi se saltaba alguna pr¨¢ctica sin motivo aparente, a veces con la excusa del gimnasio y en ocasiones por alegar molestias dif¨ªciles de precisar. ¡°Y, adem¨¢s, llega pronto¡±, certific¨® el trabajador para sorpresa del delegado de la junta.
La figura del entrenador ha sido clave en los ¨²ltimos tiempos en el Bar?a
Messi inaugur¨® el marcador en su estreno de la temporada contra el Le¨®n de M¨¦xico, mezcl¨® muy bien con Neymar y fue elegido el mejor del Gamper, decisi¨®n que provoc¨® la misma controversia que cuando sali¨® ganador individual del campeonato de Brasil. El 10 no es para nada ajeno a las dudas que hay sobre su rendimiento, actitud y condici¨®n de n¨²mero 1. Incluso corre una encuesta cuyo interlocutor asegura hablar en nombre del Bar?a en la que se pregunta por la pol¨ªtica deportiva, por los fichajes y por la gesti¨®n del presidente Josep Maria Bartomeu y el director deportivo Andoni Zubizarreta, y finalmente se requiere al socio sobre una cuesti¨®n de estado: ?cree usted que se tendr¨ªa que traspasar a Messi?
Aunque hace ver como si no pasara nada, Leo es consciente del riesgo que corre si las cosas no salen bien en el Bar?a. Nada resulta m¨¢s f¨¢cil que dar las culpas al argentino por la misma regla de tres que el delantero sabe que se con la llegada de Luis Enrique se acab¨® la bula y necesitar¨¢ esforzarse de nuevo para reconquistar el Camp Nou.
Vuelve a tener entrenador el Bar?a. Los t¨¦cnicos han sido capitales en la suerte del Barcelona. El dream team fue obra de Cruyff y los mayores ¨¦xitos llegaron con Guardiola. La apuesta por Luis Enrique no es ajena precisamente al papel que jug¨® el hoy t¨¦cnico del Bayern M¨²nich en el Bar?a: en medio de una grave crisis institucional, Guardiola convirti¨® al Barcelona en el mejor equipo del mundo y a Messi en el n¨²mero 1.
Los azulgrana aspiran a recuperar el esfuerzo, el compromiso y la pasi¨®n
Sosten¨ªa Guardiola: si corre Leo, corre hasta el ¨²ltimo benjam¨ªn de la Masia. No hay partido desde entonces en que no se mida el kilometraje del 10. Incluso se cont¨® despu¨¦s del partido de vuelta de la Champions contra el Atl¨¦tico que Messi hab¨ªa hecho los mismos metros que Pinto. Los futbolistas azulgrana se abandonaron progresivamente desde la enfermedad de Tito Vilanova y despu¨¦s con la complacencia de Tata Martino. No acostumbra a ser una buena noticia que los equipos acaben en manos de los jugadores y menos cuando el vestuario es un reino de Taifas.
La situaci¨®n en el Camp Nou se deterior¨® tanto que demandaba intervenir con determinaci¨®n con un t¨¦cnico que conociera al equipo, al club, a la afici¨®n y, sobre todo, al entorno. Luis Enrique lleg¨® como jugador al Bar?a con Bobby Robson, en pleno postcruyffismo, y reneg¨® de haber pasado por el Madrid. No hay que olvidar tampoco que era el t¨¦cnico del Miniestadi cuando Guardiola mandaba en el Camp Nou. Nunca le falt¨® personalidad: ¡°En mis equipos el l¨ªder soy yo¡±. A la gent blaugrana le ha parecido bien el fichaje del asturiano. Hay consenso en la hinchada: nadie duda de que los jugadores van a correr como cuando Messi era el mejor.
Ya no se trata de competir en los entrenamientos por estar en la alineaci¨®n sino para ganarse el sitio en la lista de convocados. La concentraci¨®n ser¨¢ tan importante como la intensidad, la solidaridad y especialmente la pasi¨®n. Aunque el estilo se considera singular e irrenunciable, habr¨¢ novedades en el juego: se tocar¨¢ menos la pelota y se atacar¨¢ m¨¢s al espacio; se pondr¨¢ m¨¢s atenci¨®n a la estrategia; el medio centro ejercer¨¢ como tercer central para dar mejor salida a la pelota y defender las transiciones; los laterales dar¨¢n amplitud al campo desde la l¨ªnea de medios; y los tres delanteros estar¨¢n m¨¢s juntos y m¨¢s cerca de la porter¨ªa contraria. La referencia es Rakitic.
Quiere Luis Enrique un equipo mejor organizado, m¨¢s vers¨¢til y muy comprometido, circunstancia que favorece la participaci¨®n de los jugadores de la cantera, protagonistas hasta ahora, decisivos desde que se sabe que el club no podr¨¢ fichar durante 2015 por la sanci¨®n de la FIFA. La inc¨®gnita contin¨²a estando en la defensa, escarmentado como est¨¢ el barcelonismo con los centrales, mientras se renueva la delantera despu¨¦s de los traspasos de Cesc y Alexis. Hay expectaci¨®n para saber c¨®mo calzar¨¢ en octubre Luis Su¨¢rez, un delantero cuya agresividad recuerda a la de Stoichkov, el b¨²lgaro que Cruyff fich¨® al grito de ¡°Quiero a un Hugo S¨¢nchez¡± para despertar a un equipo demasiado bonanch¨®n con el dandy de Laudrup.
A Luis Su¨¢rez se le ha incorporado seguramente para que meta los goles que deje de hacer Messi, de manera que el plan B ha quedado incorporado al A. Aunque novedosa e incierta, la apuesta sigue girando alrededor del 10. Hay expectaci¨®n en el Camp Nou para saber c¨®mo se manejar¨¢ Luis Enrique con ilustres como Xavi y Piqu¨¦ y sobre todo con Messi.
Los ratones ya saben que la fiesta se acab¨® porque ha vuelto el gato. Ahora hay que ver si adem¨¢s de correr, tambi¨¦n juegan a f¨²tbol. Messi, de momento, no se pierde un entrenamiento en la Ciudad Deportiva Joan Gamper.
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