Valverde se da un garbeo
El murciano alarma al pelot¨®n en el ¨²ltimo puerto antes de que Degenkolb se estrene en la Vuelta
En el toma y daca de los esprines entre Bouhanni y Degenkolb, el domingo gan¨®, "toma", es decir Bouhanni, y hoy gan¨® "daca", o sea Degenkolb. Entre medio se col¨® Matthews el lunes, porque las cuestas no son del agrado del franc¨¦s ni del alem¨¢n y sin embargo el australiano les tiene afecto si no exageren su curvatura. Gan¨® Degenkolb (que hace dos a?os domin¨® cinco de los seis esprines que hubo en la Vuelta. As¨ª que estaba citado con el ¨¦xito. ?Por qu¨¦ gan¨® el alem¨¢n? Porque es muy fuerte, por sus 180 cent¨ªmetros, por su violencia sobre la bicicleta en cuanto olisquea la meta, por sus golpes de pedal que, por momentos, parece que van a acabar con los pies colgando sobre la bicicleta.
Clasificaciones
ETAPA
1. John Degenkolb (Ale//Giant) en 4h 02m 55s
2. Vicente Reynes (IAM Cycling) m. t.
3. Michael Matthews (Australia/Orica)
4. Damiano Caruso (Ita/Cannondale)
5. Daniel Martin (Irl/Garmin)
GENERAL
1. Michael Matthews (Australia / Orica) en 13h 30m 44"
2. Alejandro Valverde (Movistar) a 15s
3. Rigoberto Uran (Col/Omega Pharma) a 19s
4. Damiano Caruso (Ita/Cannondale) a 21"
5. Esteban Chaves (Col/Orica) m. t.
Pero sobre todo gan¨® porque en los ¨²ltimos 50 kil¨®metros hab¨ªa dos puertos de esos que incordian a los velocistas intr¨¦pidos y no sirven para los escaladores acreditados. Son como astillitas de madera que se clavan despacio. Y se le clavaron a Matthews que sufri¨® para sac¨¢rselas de la piel y del ¨¢nimo. Enganch¨® con el pelot¨®n, pero a duras penas, y al final acab¨® en la cabeza cuando aspir¨® el aroma de la ciudad. Lleg¨®, pero las piernas hab¨ªan sufrido demasiado. Degenkolb estaba m¨¢s fresco. Perm¨ªtase la met¨¢fora cuando la can¨ªcula de C¨®rdoba ofrec¨ªa a ciclistas y ciudadanos un viento que ara?aba con "dentelladas secas y calientes", como en la eleg¨ªa a Ram¨®n Sitj¨¦ de Miguel Hern¨¢ndez.
Esa era la partida principal, pero en el ¨ªnter¨ªn, Alejandro Valverde, decidi¨® cambiar el rumbo de las cosas. Y en el Puerto del 14% decidi¨® aplicar el IVA al pelot¨®n y se fue en busca de los escapados (Sicard, Anacona y Yates) a los que dirigi¨® en el descenso hasta que fueron cazados a falta de 9 kil¨®metros. Fue una acto de gallard¨ªa, quiz¨¢s de rabia (el lunes se vio implicado en una ca¨ªda), de reivindicaci¨®n ante el dominio de Nairo Quintana en su equipo. O de asustar a los rivales, de inquietarlos, de exigirles atenci¨®n y sufrimiento. Lo que viene llam¨¢ndose mover la sopa. No era un final para Valverde, pero quiz¨¢s era un principio. Fue un garbeo agradable.
Pero ni los jefes ni los subalternos estaban por la labor. Los que aspiran a lo m¨¢ximo no pod¨ªan consentir que Valverde insultara su actitud. Y todos se movilizaron con urgencia. Y los que aspiran a lo cotidiano (o sea ganar cada d¨ªa aunque al final no haya ganancia) tampoco estaban por la labor de permitir intrusos en su fiesta. Ya concluido el soliloquio de Valverde, Hansen atac¨® a traici¨®n a falta de kil¨®metro y medio, pero es dif¨ªcil sorprender a la guardia de asalto del pelot¨®n. Lo cazaron, lo apartaron y ah¨ª surgi¨® la figura menuda del balear Reynes lanzando el espr¨ªn. Se equivoc¨® en el c¨¢lculo, pero se hubiera equivocado en cualquier c¨¢lculo. De pronto not¨® la sombra a su lado. El corpach¨®n de Degenkolb da sombra hasta en la C¨®rdoba de solano. Y lo vio partir. Pero Matthews qued¨® detr¨¢s del espa?ol. Y de Bouhanni no hubo noticias. Dos puertos al final eran demasiado para el franc¨¦s. Y esper¨® sentado. Y Matthews, medio contento, se fue un poco m¨¢s l¨ªder.
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