Momento 55. El Pep del pospartido
Es el mejor momento de Guardiola, Esa media hora en que se explaya sobre el encuentro reci¨¦n concluido
M¨²nich, 29 de marzo de 2014
Es el m¨¢s fascinante. Es un volc¨¢n agitado. Es el mejor momento de Guardiola, el pospartido. Esa media hora en que, atendidas ya las preguntas de los periodistas, acude al restaurante de jugadores del Allianz Arena, pide una copa de champ¨¢n, picotea trozos de queso parmesano y se explaya sobre el encuentro reci¨¦n concluido. La suya es una explicaci¨®n apasionada y resulta un privilegio poder asistir a ella.
Normalmente se queda en pie o sentado en una mesa del restaurante. Todav¨ªa no est¨¢ en condiciones de cenar. No ha comido nada durante todo el d¨ªa. Es incapaz de hacerlo: su est¨®mago se cierra y solo acepta un caf¨¦ por la ma?ana y agua, mucha agua durante toda la jornada. Cuando termina el partido, tiene un hambre voraz, pero tampoco puede sentarse tranquilamente a cenar ese plato de salm¨®n marinado que tanto le gusta. Antes de hacerlo necesita una media hora en la que descarga toda la adrenalina del partido y tambi¨¦n la de los d¨ªas previos. Entonces se lanza. Habla sin parar sobre lo ocurrido en el encuentro. Recuerda todas las acciones: "?Has visto lo que ha hecho Rafinha en el minuto 18? Se ha metido dos metros m¨¢s hacia dentro y ha cerrado ese pasillo por el que se nos estaban colando...". No, yo no lo hab¨ªa visto. Tiene una memoria casi fotogr¨¢fica que le permite recordar y analizar todo lo que ha ocurrido en el partido y evoca inevitablemente la mente de Rafa Nadal, un tenista capaz de rememorar cada bola y cada punto de sus partidos, su trascendencia, el error que cometi¨® ¨¦l o su contrincante y lo que signific¨® aquella jugada, y recordarlo mucho tiempo despu¨¦s de ocurrido. De manera parecida, Guardiola se acuerda de cada jugada: c¨®mo ha sido, qu¨¦ ha sucedido, qui¨¦n ha intervenido y qu¨¦ consecuencias ha tenido. En cambio, cero en estad¨ªsticas.
¡ªHab¨¦is tenido poca posesi¨®n, un 63% ¡ªle digo.
¡ª?Ah, s¨ª? ?Caramba!¡ª, responde.
¡ªPero Starke ha dado m¨¢s toques de bal¨®n y m¨¢s pases que cualquier jugador del Hoffenheim...
¡ª?Ah, s¨ª? ?Caramba! Es la hostia...
Las estad¨ªsticas no le gustan. Lo que le apasiona es el juego en s¨ª y su an¨¢lisis posterior: "?Has visto lo listo que es Philipp [LAHM][Lahm]? ?C¨®mo se gira el t¨ªo, c¨®mo guarda el bal¨®n y divide al contrario!". O bien: "Tengo que hablar con Toni [Kroos] [KROOS]porque contra el Manchester United seguramente no podr¨¢ hacer ese movimiento de controlar y girar a la derecha porque se lo pillar¨¢n y nos montar¨¢n un contragolpe".
Llama a Carles Planchart para que se acerque a la mesa: "Carles, ma?ana por la ma?ana ten preparado un corte de v¨ªdeo de la jugada del minuto 36 que me has comentado. Quiero ense?arle al central c¨®mo mejorar la manera de perfilarse cuando temporiza al atacante".
En esa media hora prodigiosa, de pie en un rinc¨®n del restaurante, haciendo gestos como si estuviera a¨²n en el banquillo, Pep reproduce todo el partido reci¨¦n disputado. Lo desgrana. Le hace la autopsia m¨²sculo a m¨²sculo, tend¨®n a tend¨®n, hasta dejar el esqueleto limpio. Analiza a sus jugadores, a los contrarios, las fases que ha tenido el partido, los porqu¨¦s de cada acci¨®n, c¨®mo han llegado los goles, pero no me refiero a la ejecuci¨®n del remate final, sino a c¨®mo se gestaron desde el inicio, lo que a veces significa remontarse a minutos antes de la acci¨®n concreta.
Mezcla partidos. Mientras radiograf¨ªa el encuentro reci¨¦n acabado ya explica c¨®mo ser¨¢ el siguiente, c¨®mo entrenar¨¢ el equipo durante la semana, a qui¨¦n dar¨¢ descanso. Vuelve atr¨¢s, sigue comiendo trozos de queso, casi no prueba el champ¨¢n, acuerda con Dom¨¨nec Torrent que para el pr¨®ximo partido han de ensayar un lanzamiento de falta muy concreto. Se abraza a Robben, que es un padrazo y viene a despedirse con sus tres ni?os rubios, hermosos como soles, y aprovecha para recordarle que ese desborde que ha hecho con la pierna derecha en el minuto 80 ha de repetirlo m¨¢s veces. De pronto, comenta su admiraci¨®n por Roger Schmidt, el entrenador del Red Bull Salzburg, y disecciona el juego del equipo campe¨®n de Austria: c¨®mo presionan sus delanteros, c¨®mo saltan hacia delante los laterales y qu¨¦ posiciones ocupan en ese momento los dos mediocentros.
Mezcla partidos. Mientras radiograf¨ªa el encuentro reci¨¦n acabado ya explica c¨®mo ser¨¢ el siguiente, c¨®mo entrenar¨¢ el equipo durante la semana, qui¨¦n descansar¨¢
Mientras lo explica de una forma tan detallada que podr¨ªa parecer que ma?ana mismo va a jugar contra el Salzburg, intento buscar la raz¨®n por la que, de pronto, Pep ha desembocado en el an¨¢lisis de este equipo. Claro que dos minutos m¨¢s tarde est¨¢ hablando del pase por alto que Iniesta ha dado a la espalda de los centrales contrarios en el partido que esta misma tarde ha jugado el Bar?a contra el Espanyol...
¡ªPero ?cu¨¢ndo has visto t¨² esta jugada? ¡ª, le pregunto.
¡ªEn un pasillo. ?Qu¨¦ maravilla! Andr¨¦s es un genio... ¡ª, responde.
Esta media hora de Pep es una joya porque en ella se resume su aut¨¦ntica pasi¨®n: descifra el juego, aplica una autocr¨ªtica contundente, analiza la globalidad del partido y, al mismo tiempo, los detalles, propone mejoras, lo combina con otros encuentros o equipos, prev¨¦ los pr¨®ximos pasos, los futuros partidos, los siguientes rivales y c¨®mo enfrentarse a ellos. ?He dicho alguna vez que Guardiola es, sobre todo, un resultadista feroz? Esta media hora de champ¨¢n y parmesano es un monumento a la pasi¨®n por el f¨²tbol, pero tambi¨¦n una lecci¨®n de clarividencia y pragmatismo.
Una noche me acompa?aba Patricia Gonz¨¢lez, la jovenc¨ªsima seleccionadora femenina sub 19 de Azerbaiy¨¢n. Durante la cena, Pep la mir¨® fijamente y le dijo: "Patricia, te dar¨¦ un consejo: pon siempre a los buenos. ?Siempre!". La joven entrenadora le hizo una pregunta que ten¨ªa miga: "?Qui¨¦nes son los buenos, Pep, los m¨¢s famosos?". La respuesta fue precisa: "No, los buenos de verdad son los que nunca pierden el bal¨®n. Los que pasan el bal¨®n y no lo pierden. Esos son los buenos. Y son los que tienen que jugar aunque tengan menos nombre que otros".
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