El placer de competir
Una de las virtudes m¨¢s rese?ables de este pedazo de equipo que es la selecci¨®n espa?ola no es otra que la pasi¨®n que tienen por competir. No se trata solo de ganar, sino de enfrentarse a los mejores, explorar sus l¨ªmites, renovar sus ilusiones. Los dos primeros partidos frente a Ir¨¢n y Egipto dejaron a la afici¨®n con unos irreprimibles deseos de que llegasen adversarios de mayor enjundia. Viendo c¨®mo sali¨® Espa?a, qued¨® claro que si alguien estaba ansioso por una buena disputa, eran los jugadores de la selecci¨®n. De nada le sirvi¨® a Brasil un par de buenas combinaciones entre sus dos p¨ªvots titulares, Splitter y Nen¨¦. En cuanto Navarro, Ricky, Rudy, Pau y Marc rompieron a sudar, a Brasil le cay¨® un chaparr¨®n de a¨²pa. Con Ricky controlando a Marcelinho, Brasil comenz¨® a sentirse inc¨®modo por la defensa espa?ola, para poco despu¨¦s mostrarse incapaz de parar el vendaval de juego, acierto y talento para este juego que despleg¨® Espa?a.
Pau Gasol y Espa?a han venido a ganar el Mundial y el que quiera impedirlo, lo va a tener muy dif¨ªcil
Al boquete en el marcador, que ya no tuvo remedio, colabor¨® algo el entrenador brasile?o, que quiz¨¢s hipnotizado por la exhibici¨®n espa?ola, tard¨® un mundo en pedir un tiempo muerto e intentar recomponer a su equipo. Cuando lo hizo poniendo en pista a Varejao, su mejor hombre en el partido, el asunto se les hab¨ªa ido de las manos. El ritmo era insostenible durante todo el encuentro, por lo que, durante el segundo tiempo, Espa?a se tom¨® un respiro. Orenga prob¨® alternando combinaciones de bases, Ibaka no era el del d¨ªa anterior y la dureza brasile?a logr¨® enfriar un poco el partido. Hasta que explot¨® Pau.
El mejor jugador de la historia del baloncesto espa?ol ha venido este verano con una ¨²nica idea en la cabeza. Llevarse el oro. No han sido f¨¢ciles para Pau estos dos ¨²ltimos a?os, sobre todo el ¨²ltimo, al que el desastre de los Lakers se unieron problemas f¨ªsicos que provocaron, por primera vez en su carrera, que llevase mucho tiempo sin competir.
Como consecuencia, y ya lo dijo el primer d¨ªa, est¨¢ fresco y con muchas ganas, combinaci¨®n letal cuando se tiene un talento superlativo como Pau. En el primer cuarto hizo 12 puntos casi sin despeinarse, pero dej¨® lo mejor para un tercer cuarto de locura, donde encaden¨® canastas de todos los colores, de cerca, de lejos y de muy lejos. Brasil termin¨® sacando la bandera blanca, con su entrenador reservando jugadores y aceptando la superioridad espa?ola.
Sobre todo hubo alegr¨ªa, ganas, velocidad, gritos de ¨¢nimo, felicidad en volver a jugar al m¨¢s alto nivel
Fue una exhibici¨®n y un aviso para navegantes. Pau y Espa?a han venido a ganar el Mundial y el que quiera impedirlo, lo va a tener muy dif¨ªcil.
Hubo m¨¢s, mucho m¨¢s. Acierto en el juego exterior, buenas transiciones, alguna que otra demostraci¨®n de poder¨ªo f¨ªsico por parte de saltarines como Ibaka o Rudy, un Hulk como Sergio Llull y la correspondiente raci¨®n de chachismo. Pero sobre todo, hubo alegr¨ªa, ganas, velocidad, gritos de ¨¢nimo, felicidad por volver a jugar al m¨¢s alto nivel.
Estamos en la tercera jornada y el camino es largo, por lo que cualquier pron¨®stico a largo plazo puede parecer o bien atrevido u originado en un momento de ¨¦xtasis despu¨¦s de un gran partido.
Pero cuesta imaginar, al menos hasta la posible final ante EE UU, que haya un equipo capaz de plantearle serios problemas a Espa?a. Lo podr¨¢n hacer durante un rato, pero son tantos los recursos, tanta la ambici¨®n y tan engrasada la maquinaria, que lograrlo durante 40 minutos parece fuera del alcance de todos, ll¨¢mense Brasil, Francia, Serbia o Argentina.
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