La nueva ola de EE UU es c¨®smica

El rodillo estadounidense esculpi¨® en la final de Madrid y ante una Serbia absolutamente sobrepasada el remate de un campeonato soberbio, una de las demostraciones de poder¨ªo m¨¢s aplastante que se recuerdan. Irving no es Westbrook, Curry no es Kobe Bryant y Harden no es LeBron James. Y as¨ª se podr¨ªa continuar hasta completar el doce de Coach K en este Mundial. Pero esta nueva ola de la NBA, con tipos de entre 21 y 26 a?os, la mayor¨ªa de ellos todav¨ªa un par de pelda?os por debajo del deificado Olimpo de la NBA, concluy¨® ante la brav¨ªsima y admirable selecci¨®n de Serbia una faena de ali?o asombrosa.

Se reivindicaron los jugadores estadounidenses, que completaron nueve partidos de ensue?o con una furibunda demostraci¨®n final a lomos de Irving y Harden. Fue el segundo oro consecutivo de Estados Unidos en la historia de los Mundiales, el cuarto oro en sus cuatro ¨²ltimas citas internacionales, la victoria n¨²mero 63 seguida desde que fuera batido por Grecia en las semifinales del Mundial de Jap¨®n en 2006.

Inaccesible y demoledor, el equipo de Coach K aniquil¨® en un visto y no visto el prometedor inicio del equipo de Sasha Djordjevic. Su reacci¨®n fue fulminante, a pesar de que Anthony Davis tuvo que irse al banco cargado de personales provocadas por el desconcierto defensivo inicial de su equipo. El ataque serbio, sincronizado, con r¨¢pidas circulaciones de bal¨®n y agresivo a la hora de buscar la canasta, dibuj¨® el inicio so?ado: 7-15 en el marcador, el equipo estadounidense desconcertado y sin ritmo, Davis con medio pie fuera del partido a causa de las faltas personales. Coach K llam¨® al orden a sus jugadores con un tiempo muerto, dio entrada a Cousins para reservar a Davis de males mayores y la m¨¢quina se dispar¨®.

Irving, el base de los Cavaliers, el n¨²mero uno del draft de 2011, el MVP del ¨²ltimo All Star, se hizo con el ritmo de juego, sin que Teodosic o Markovic pudieran con ¨¦l. Penetr¨® como una culebra hasta el aro, dispar¨® una r¨¢faga de triples sin fallo ¡ªacab¨® con un seis de seis y 26 puntos¡ª y espole¨® a su equipo. Harden le sigui¨® la corriente, Cousins se hizo fuerte en el rebote y en el interior de la zona y Estados Unidos repiti¨® los fulgurantes acelerones de partidos precedentes. Lo que a un equipo en racha y perfectamente metido en el partido como Serbia le cost¨® un esfuerzo tremendo en los cuatro minutos y medio iniciales, a Estados Unidos le bast¨® con un par de pinceladas y poco m¨¢s de un minuto.

Estados Unidos tom¨® la delantera con un parcial de 15-0 (22-15) y a partir de ah¨ª se libr¨® a un mon¨®logo. Se abrieron unas diferencias abismales en el marcador. Serbia no encontr¨® forma humana de detener el aluvi¨®n que se le vino encima. 10, 20, 30, 40 puntos de diferencia. No hab¨ªa acabado la primera parte y buena parte del p¨²blico empez¨® a corear el grito de ¡°?Orenga dimisi¨®n!¡±, probablemente a?orando la batalla que hubiera podido presentarle a la nueva ola de la NBA el mejor equipo que se hab¨ªa juntado en la historia del baloncesto espa?ol.

Despu¨¦s de que Espa?a se acercara al reto de doblegar a Estados Unidos en las dos ¨²ltimas finales ol¨ªmpicas de Pek¨ªn y Londres, se hab¨ªa observado la de Madrid como la ideal para un tercer episodio de la rivalidad en la cima. Espa?a fracas¨®. Estados Unidos, el equipo m¨¢s joven de la competici¨®n, con una media de poco m¨¢s de 24 a?os y con un base que sal¨ªa de dos a?os de inactividad como Rose ¡ªel ¨²nico que no anot¨® en la final ante Serbia¡ª, se mostr¨® intratable de principio a final del torneo.

Volte¨® el primer d¨ªa a Finlandia por 59 puntos y sucesivamente a otros siete rivales antes de plantarse en la final, sin que ninguno de ellos pudiera resistir su juego vibrante y abrumador. Estados Unidos vuelve a abrir un abismo entre su juego y el del resto del mundo. Sali¨® del torneo revalorizado, sin un solo rasgu?o, flamante. Esta nueva ola de Irving, Harden y Davis se mostr¨® como una digna sucesora del aut¨¦ntico y ¨²nico dream team, el de Magic Johnson, Michael Jordan y Larry Bird en 1992.