La muralla azulgrana se desploma

Neymar y Alves, con el cuello de la nueva camiseta amarilla levantado, al m¨¢s puro estilo Cantona, se re¨ªan en el t¨²nel de vestuarios del Parque de los Pr¨ªncipes cuando se dispon¨ªan a jugar el segundo partido de la fase de grupos de la Liga de Campeones. Con ellos, bromeaba David Luiz, amigo y compa?ero en la selecci¨®n brasile?a, con el que soltaban risotadas sin parar. Detr¨¢s, Messi ve¨ªa la escena con una sonrisa picarona, pero contenida, como si no quisiera perder la concentraci¨®n, seguramente m¨¢s consciente que sus compa?eros del desaf¨ªo que supon¨ªa jugar en el Parque de los Pr¨ªncipes.

Como siempre, quien rio el ¨²ltimo ri¨® mejor. Y as¨ª fue, termin¨® Alves baj¨¢ndose el cuello de la camisa, y Neymar consternado y tenso, metido en faena tratando de corregir los errores de un equipo que sali¨® a jugar contra el PSG sin la tensi¨®n defensiva necesaria y pag¨® las consecuencias. Lleg¨® el Barcelona a Par¨ªs imbatido e invicto esta temporada y se fue humillado. El resultado pudo ser mucho peor para ¨¦l de lo que al final dijo el marcador. El equipo azulgrana aprovech¨® tanto sus opciones ofensivas como facilit¨® al PSG que se personara ante Ter Stegen con una asombrosa facilidad.

Deshilachado como nunca se hab¨ªa visto, el equipo de Luis Enrique se empe?¨® en darle la raz¨®n a los que avisaban de que no todo pintaba tan bien como dec¨ªan los resultados, empezando por el entrenador, que lleva semanas hablando de que el margen de mejora de este equipo es evidente. El PSG tard¨® en ganar el partido lo que el Barcelona en acumular errores defensivos, de punta a punta, condenado por sus propios errores.

El resultado pudo ser mucho peor para el Bar?a, que facilit¨® que los jugadores del PSG se plantaran ante Ter Stegen con? facilidad

Fall¨® Mathieu pases gratuitos. Alves prob¨® regates donde est¨¢ prohibido desde alevines y no tap¨® el remate de Matuidi en el tercer gol del PSG. Mascherano se atolondr¨® como no acostumbra. Alba se atasc¨® con Lucas Moura. Luis Enrique hab¨ªa encontrado en el fondo del armario tantos abrigos que le permiti¨® combinar de manera diferente seis de las siete defensas usadas hasta que lleg¨® a Par¨ªs. Pero ante el PSG se desplom¨® la muralla como si fuera un castillo de naipes a poco que soplaron los franceses.

Fallaron en el primer gol al dejar controlar a David Luiz en una acci¨®n a bal¨®n parado, en medio de un bosque de jugadores que nunca le intimidaron, casi sobre el punto de penalti. Empat¨® Messi. Pero, tras una mala salida de Ter Stegen en un saque de esquina, en un bal¨®n pasado al segundo palo, Verratti le gan¨® la espalda a Rakitic, con toda la defensa tapando el centro. Acostumbrado a presionar cerca del ¨¢rea rival, el Barcelona se deshizo demasiado pronto. No lleg¨® a tiempo Pedro en la primera presi¨®n, nunca le acompa?aron Messi y Neymar. Y a partir de ah¨ª, claudicaron demasiado pronto Iniesta y Rakitic, sustituido por Xavi. Y desapareci¨®, superado por los acontecimientos, Busquets, incapaz de estar en todos los sitios, incapaz de reconstruir la muralla.