Bendita locura en Marsella
El m¨¦todo de Bielsa revoluciona al Olympique, l¨ªder en Francia pese al poder¨ªo del PSG
En las agitadas calles de Marsella, donde el f¨²tbol es una religi¨®n entre la marabunta de personas y veh¨ªculos que conceden a la urbe un punto ca¨®tico, se respira un clima de euforia que no exist¨ªa desde hace a?os. Y es que el Olympique, tan simb¨®lico como la bas¨ªlica de Notre-Dame de la Garde, dominadora de la ciudad desde las alturas del viejo puerto, vuelve a alzar el vuelo tras un prolongado periodo de letargo. El origen del despegue reside en su banquillo. Desde all¨ª, tras unas lentes de bibliotecario, Marcelo Bielsa ha enderezado a un club que hoy d¨ªa comanda la Ligue 1 y tutea al poderoso PSG, al abrigo de los jeques, amo y se?or del campeonato en las dos ¨²ltimas campa?as.
Genuino como pocos, Bielsa ha revolucionado al equipo, l¨ªder del torneo, desde la singularidad que siempre le ha caracterizado. Recluido en la ciudad deportiva ¡ªvive all¨ª, a excepci¨®n de cuando recibe la visita de sus familiares y se aloja en un hotel del centro¡ª, su m¨¦todo p¨¦treo ha sacudido todos los estratos de la instituci¨®n, la m¨¢s popular del f¨²tbol franc¨¦s. Su sello tiene reflejo en el casillero ¡ªel Marsella manda despu¨¦s de enlazar siete triunfos consecutivos y es el conjunto m¨¢s realizador del campeonato con 23 goles en nueve partidos¡ª, el m¨¦todo de trabajo y la transformaci¨®n de un estilo que hasta hace poco hac¨ªa bostezar a la hinchada del estadio V¨¦lodrome, encapotado ahora por una cubierta curvil¨ªnea.
El t¨¦cnico argentino critic¨® a su presidente de forma p¨²blica y ha recurrido ya a cuatro traductores
Sin embargo, esa mutaci¨®n viene acompa?ada del peaje que requiere toda reforma llevada a cabo por Bielsa, de 59 a?os y que ya dej¨® huella en Argentina, Chile o el Athletic. Su procedimiento choca en Francia desde el instante en el que se coloca frente a un micro ¡ªinsatisfecho, ha recurrido ya a cuatro traductores para que su mensaje no contenga interferencias idiom¨¢ticas¡ª y, con un discurso tan mon¨®tono como elaborado, dispara. ¡°El presidente asumi¨® conmigo compromisos que sab¨ªa que no iba a cumplir¡±, se quej¨® a principios de septiembre, cuando el equipo no terminaba de despegar, con un empate contra el Bastia y una derrota ante el Montpellier en los dos primeros partidos. ¡°Las realidades que me toca afrontar, si me son planteadas sinceramente, las acepto. En caso contrario, me genera rebeld¨ªa¡±, protest¨® ante el asombro de los reporteros.
¡°Nunca nos mira a los ojos cuando responde. Esto nunca hab¨ªa ocurrido en Francia. Siempre tiene la cabeza gacha, como si estuviera avergonzado¡±, apunta Florent Germain, periodista local solapado a la actualidad del OM. ¡°Pero nos ha ganado a todos: prensa, jugadores, aficionados... Todo el mundo est¨¢ encantado con ¨¦l¡±, agrega. Al aterrizar en Marsella, Bielsa entreg¨® un listado de 12 fichajes a su presidente, Vincent Labrune. Entre ellos figuraban Jara, Manquillo, Montoya, Tello o Medel, pero ninguno se visti¨® de blanco y celeste; llegaron s¨®lo un pu?ado de futbolistas de nombre discreto; y por si fuera poco, el t¨¦cnico argentino tuvo que paliar la marcha del internacional franc¨¦s Valbuena, ¨ªdolo e hilo conductor del juego. Pese a todo, logr¨® darle la vuelta al calcet¨ªn y ha perfilado un equipo muy atractivo que suele emplear un 3-3-3-1 o un 4-2-3-1, con 11 miembros fijos, y que presiona desde muy arriba, alejado del repliegue defensivo impuesto por Didier Deschamps y Elie Baup, sus predecesores.
Sus jugadores protestaron tras la pretemporada por el sistema espartano de entrenamientos
¡°Se entrega siempre al cien por cien¡±, desliza Harold Mayne-Nicholls, presidente de la Asociaci¨®n Nacional de F¨²tbol Profesional de Chile y que en su d¨ªa seleccion¨® a Bielsa para dirigir al combinado andino. ¡°Es un hombre de palabra. Tiene muchos conocimientos no s¨®lo del f¨²tbol, sino tambi¨¦n de la vida. Le da el mismo trato al empleado m¨¢s importante y al m¨¢s humilde¡±, a?ade el directivo. Y desde esas bases carbura el Olympique, cuyos jugadores quedaron impresionados y admitieron tras la pretemporada estar agotados por el espartano sistema de entrenamientos de El Loco y sus ayudantes. Ahora lo agradecen. Sobre todo el artillero Pierre-Andr¨¦ Gignac, que del sobrepeso y perder su hueco en la selecci¨®n francesa ha pasado a lucir una figura atl¨¦tica y a ser el mejor depredador del campeonato con nueve goles, cuatro m¨¢s que Ibrahimovic, t¨®tem del PSG.
¡°Vine aqu¨ª para ver el V¨¦lodrome lleno¡±, dice Bielsa, jaleado y encumbrado por los 67.000 seguidores del recinto, que desde la ¨¦poca dorada de principios de los noventa, cuando su equipo enlaz¨® cuatro cetros ligueros con los goles de Jean-Pierre Papin, s¨®lo han celebrado un t¨ªtulo liguero (el de 2010). Aspiran a hacerlo de nuevo con el argentino, que firm¨® por dos a?os ¡ªla ley francesa exige este m¨ªnimo¡ª y tiene un pacto con su presidente para, si lo decide, abandonar la entidad al t¨¦rmino de esta campa?a. ¡°Yo ped¨ª un a?o. Es un acto de consideraci¨®n hac¨ªa la instituci¨®n. Un contrato a largo plazo protege m¨¢s al entrenador que a la instituci¨®n¡±, aduce el preparador, cuya f¨®rmula ha sumido a Marsella en una bendita locura. Y la ciudad, futbolera como pocas en el pa¨ªs galo, lo celebra por todo lo alto, al grito de: ¡°?Bielsa! ?Bielsa! ?Bielsa!¡±.
V?DEO: Bielsa, en acci¨®n durante un entrenamiento del Marsella.
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