Espa?a, fuera del Europeo y de los Juegos
La selecci¨®n sub-21, vigente campeona, fracasa ante Serbia, que la elimin¨® casi sin disparar para cerrarle las puertas de las pr¨®ximas dos grandes citas de la categor¨ªa
Espa?a, campeona de Europa sub 21 en 2011 y 2013, entreg¨® su cetro. Cay¨® con toda justicia ante Serbia (1-2), una selecci¨®n limitada t¨¦cnicamente, pero con m¨¢s coraz¨®n y las ideas claras. Siempre supo a lo que jug¨®. El toque inocuo y las conducciones eternas condenaron a Espa?a, que no estar¨¢ en el Europeo de la Rep¨²blica Checa. Tampoco en R¨ªo. Una may¨²scula decepci¨®n de un grupo de jugadores importantes, destinados a mantener el nivel del f¨²tbol espa?ol, que acumula dos decepciones de envergadura en este triste 2014 como son la eliminaci¨®n de la absoluta en la primera fase del Mundial y esta inesperada rendici¨®n de la sub-21 ante Serbia.
Espa?a, 1-Serbia, 2
Espa?a: Kepa; Manquillo, Muniesa (?liver Torres, m. 69), G¨®mez, Gay¨¢; Deulofeu (Sarabia, m. 62), Sergi Roberto, Sa¨²l, Muniain (Sandro, m. 55); Isco y Munir.
Serbia: Dmitrovic; Stojkovic (Filipovic, m. 64), Cirkovic, Veljkovic, Petrovic; Kovacevic, Radoja (Mijailovic, m. 85) Srnic, Kostic, Causic y Pesic (Cavric, m. 71).
Goles: 0-1,? M. 31 Sa¨²l ?¨ªguez (p.p). 1-1 M. 91.? Sergi Roberto. 1-2, M.93. Kostic.
?rbitro: Felix Zwayer (Ale). Amonest¨® a Muniain (min.51), Sergi Roberto (min.86) e Isco (min.96) por parte de Espa?a; y a Causic (min.20), Srnic (min.21), Stojkovic (min.53), Veljkovic (min.72), Cirkovic (min.79) y Kostic (min.94) por parte de Serbia.
Ram¨®n de Carranza.
Los ¨¦xitos se esfuman y no hay m¨¢s remedio que revisarlo todo. No tanto el estilo como fomentar la competitividad y tener planes alternativos cuando los partidos se enconan. Una t¨¢ctica simple pero efectiva cuando se ha perdido la magia. Lo hizo Holanda y Chile ante la absoluta en el Mundial y ahora Serbia a la sub-21. Ensimismada en el toque y los pases imposibles, Espa?a jam¨¢s pudo con un rival fuerte, poderoso y muy ordenado t¨¢cticamente. Con esas armas desarbol¨® a la campeona. No le hizo falta casi ni tirar sobre la meta de Kepa. Espa?a, curiosamente, fue mejor cuando apel¨® a la ¨¦pica. Tambi¨¦n cuando Sandro entr¨® en el campo. Sin duda, un perfil de delantero que necesitaba el envite mucho antes. Sergi Roberto anot¨® en el descuento y todav¨ªa Munir pudo hacer el segundo tanto que clasificaba a Espa?a. No pudo ser. Espa?a ya no gana. Cay¨® con justicia, ensimismada en ese toque que ahora se ha vuelto un enemigo. Huele a cambio de ciclo.
Tocaba sufrir. Estaba escrito. Por el resultado de la ida, bastante inc¨®modo, siempre bajo la amenaza de un gol serbio que todo lo complicara. Por la fogosidad balc¨¢nica y su f¨¦rreo planteamiento. Por su dureza. Tambi¨¦n porque en una eliminatoria la superioridad t¨¦cnica de un equipo no se convierte en un valor definitivo. Del mismo modo, porque el f¨²tbol no es solo toque y desborde, por muy bonito que sea ver jugar a los cachorros de la selecci¨®n espa?ola. Un equipo atrevido, que form¨® por orden de Celades con dos extremos muy abiertos, Deulofeu y Muniain, para hacerle el campo muy largo a la r¨²stica Serbia. Espa?a mand¨® siempre, tuvo m¨¢s el bal¨®n e incluso se gust¨® en un par de lances de Deulofeu, pero apenas tuvo profundidad y remate. El toque no someti¨® a Serbia, t¨¦cnicamente inferior, pero mejor plantada, con las ideas m¨¢s claras. La posesi¨®n, sin velocidad ni profundidad, sirve de muy poco. A la falsa superioridad de Espa?a se uni¨® una pizca de mala fortuna. Serbia hab¨ªa de marcar en su primera aproximaci¨®n a la meta de Kepa. Entre Gay¨¢ y Sa¨²l convirtieron en gol un gran centro de Kostic. Isco y Sergi G¨®mez hab¨ªan fallado antes por Espa?a. Quedaba un mundo, sin duda, pero la remontada no se antojaba f¨¢cil. Exig¨ªa paciencia, talento y eficacia. Tambi¨¦n no caer en la desesperaci¨®n.
Isco lo intent¨®, con una entrega que le honra. Sergi Roberto le secund¨®. Ocurri¨® que Espa?a se perdi¨® en un bosque de piernas serbias, en regates imposibles y conducciones kilom¨¦tricas. Munir, aislado, no cazaba ni una, mientras que Deulofeu era la viva imagen de la frustraci¨®n. Sandro envi¨® al poste en la mejor ocasi¨®n de Espa?a, que tir¨® de orgullo en los minutos finales. Esa llamada a la ¨¦pica sirvi¨® para, al menos, llegar en oleadas a la meta de Serbia. La tuvo otra vez Sandro. Tambi¨¦n ?liver Torres. Empat¨® Sergi Roberto en el descuento y el milagro estuvo en las botas de Munir. No lleg¨®. Espa?a ha perdido el encanto.
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