Jordi Bertomeu: ¡°Me encantar¨ªa una Ryder del baloncesto¡±
El presidente de la Euroliga baraja la posibilidad de reformar en un futuro cercano la segunda m¨¢xima competici¨®n entre clubes del mundo tras la NBA
En la pista y en los despachos, el baloncesto es un juego de punter¨ªa, espacios y tiempos. Jordi Bertomeu, presidente de la Euroliga, gestiona desde hace 14 a?os los distintos cap¨ªtulos de la aspiraci¨®n expansionista de la competici¨®n: el equilibrio entre materias finitas como el calendario y el f¨ªsico de los jugadores y sus ambiciosos anhelos de prolongar partidos e inaugurar torneos, y la cohabitaci¨®n con la distante NBA, la cambiante FIBA y las menguantes Ligas nacionales. Le ocupa y le preocupa ¡°la sostenibilidad econ¨®mica y la simplificaci¨®n del modelo¡± de un torneo que con el cambio de siglo tom¨® el relevo de la Copa de Europa para convertirse en la segunda Liga del mundo tras la estadounidense, con un seguimiento de m¨¢s de 800 millones de espectadores en casi 200 pa¨ªses. ¡°Queremos una Liga europea pura, con m¨¢s partidos entre los mejores equipos. Una competici¨®n estable de todos contra todos donde los peores bajen y los mejores suban. Con un elemento aspiracional que motive a todos los proyectos a crecer para estar arriba¡±, resume.
Interacci¨®n con la NBA. Bajo la premisa de que ¡°la NBA vive una realidad econ¨®mica y organizativa diferente a la de la FIBA¡±, Bertomeu no deja de explorar v¨ªas de interacci¨®n con la primera Liga del mundo. Por el momento descarta la disputa de un Mundial de clubes, pero el a?o pasado relanz¨® la Copa Intercontinental, tras 17 a?os de interrupci¨®n, y ahora desvela ilusiones como la creaci¨®n de una Ryder del baloncesto. ¡°Llevamos tiempo hablando de hacer un Mundial de clubes, pero si no est¨¢n todos los campeones ser¨ªa algo falso, estar¨ªamos defraudando a los aficionados. La NBA no parece partidaria de presentar a su campe¨®n, por eso dejamos esa idea y recuperamos la Intercontinental entre el campe¨®n de la Liga de las Am¨¦ricas y el campe¨®n de la Euroliga. No es un torneo que altere el calendario, son dos d¨ªas en pretemporada. Otras competiciones tienen la Supercopa y nosotros no hemos planteado enfrentar al campe¨®n de la Euroliga con el campe¨®n de la Eurocup. No digo que no lo hagamos en un futuro pr¨®ximo. El calendario siempre est¨¢ muy lleno, pero es que al final todos los deportes importantes tienen calendarios complicados¡±.
¡°La idea de una Ryder Cup de baloncesto la hemos intentado tanto que hay papeles escritos y cosas avanzadas, pero lo dejamos aparcado en su momento con David Stern y ahora tenemos un nuevo Comisionado con el que estamos redefiniendo nuestras relaciones de futuro. Me encantar¨ªa instaurar ese modelo. Los partidos de exhibici¨®n que venimos haciendo con la NBA ganar¨ªan mucho en inter¨¦s si pudi¨¦ramos incorporar un elemento de competici¨®n, y la f¨®rmula Ryder podr¨ªa cuadrar perfectamente en esto. No lo veo a corto plazo porque aqu¨ª s¨ª que hay un problema de encontrar fechas. Acercarnos a la NBA es ut¨®pico y tampoco creo que sea una estrategia correcta. Pero introducir elementos de competici¨®n con ellos si es un objetivo claro. La NBA tiene cosas muy interesantes en promoci¨®n, comunicaci¨®n y marketing, pero nosotros trabajamos en Europa y si a nuestro consumidor le damos el mismo producto nos equivocaremos. Creemos que la Euroliga tiene que tener valores europeos como la pasi¨®n, el drama, la importancia de ganar o perder, el concepto de juego en equipo¡ Son valores propios y no podemos renunciar a ellos por algo m¨¢s artificial¡±.
Bertomeu afirma que su relaci¨®n con la ACB y su presidente ¡°es buena¡± y no percibe ¡°ninguna tensi¨®n¡±
La cohabitaci¨®n con las Ligas nacionales. El expansionismo de la Euroliga se percibe como una amenaza para las Ligas. A pesar de ello, Bertomeu afirma que su relaci¨®n con la ACB y su presidente ¡°es buena¡± y no percibe ¡°ninguna tensi¨®n¡±. Para el directivo, el distanciamiento con las Ligas ¡°no es un plan, es la evoluci¨®n de la realidad¡±. ¡°Tenemos que hacer un esfuerzo por convivir. Pero se ve que hay una f¨®rmula que crece que es la Euroliga y una que no crece. La realidad dice que a un partido de la Euroliga en Grecia van 9.000 espectadores y a uno de Liga 500. Los clubes saben lo que les conviene. No hay una pelea. Ellos deciden que prefieren jugar 14 jornadas de top-16 en lugar de seis, porque son ocho buenas taquillas que van a dar m¨¢s valor a sus patrocinadores y a su televisi¨®n. En un a?o, la asistencia del top-16 ha subido un 20%. Si tuvi¨¦ramos que reducir el calendario habr¨ªa que hacerlo por donde haya menos inter¨¦s¡±.
El futuro de la Euroliga. La aplicaci¨®n del fair play financiero y la reestructuraci¨®n del sistema de licencias marcan la hoja de ruta de la Euroliga. ¡°El fair play financiero se empezar¨¢ a aplicar a partir de la pr¨®xima temporada y el nuevo sistema de licencias ya est¨¢ definido. Durante un tiempo mantendremos el sistema actual de licencias A combinado con las licencias de las competiciones nacionales. En Espa?a las licencias A pasar¨¢n de 4 a 3. Todo esto ocurrir¨¢ el pr¨®ximo verano. El futuro pasa por un sistema mucho m¨¢s sencillo en el que haya un modelo de pir¨¢mide donde de la competici¨®n nacional a la Eurocup y de la Eurocup a la Euroliga se produzca un flujo deportivo basado en los resultados. Primero, segundo y tercero o cuarto, ya se decidir¨¢ en su momento, subir¨¢n y del 20 al 24 bajar¨¢n. Los buenos tienen la estabilidad de que mientras sean buenos estar¨¢n arriba¡±.
¡°En lo econ¨®mico, no queremos un modelo sostenible a base de mecenas. Hay que trabajar con los clubes para alcanzar la racionalidad econ¨®mica donde el gasto vaya soportado por el ingreso y no haya un tercero, sea un se?or, una empresa o un Gobierno, que ponga el dinero. Los clubes que no est¨¦n en esas condiciones no van a entrar en competici¨®n. La Cibona de Zagreb, que este a?o ten¨ªa puesto en la Euroliga, no la jugar¨¢ porque su situaci¨®n patrimonial y su presupuesto no nos garantizaban que pudiera competir sin riesgo. ?Son sostenibles presupuestos como los de CSKA, Bar?a y Madrid? Lo han sido durante los ¨²ltimos 15 a?os, pero no deber¨ªa ser el modelo a seguir. En el caso de Madrid y Barcelona hay muchas dificultades para saber qu¨¦ dinero corresponde a qu¨¦ y c¨®mo se separa el presupuesto de la secci¨®n de f¨²tbol y la de baloncesto. Lo ideal es la filosof¨ªa de equipos como el Bayern, donde no hay transferencias del f¨²tbol al de baloncesto¡±.
Nuevo calendario FIBA. La FIBA decidi¨® de forma unilateral que las selecciones jueguen a partir de 2017 partidos de clasificaci¨®n para sus torneos en los meses de febrero y noviembre, en plena temporada. La NBA ya anunci¨® que no parar¨¢ su competici¨®n y no ceder¨¢ a sus jugadores. ¡°Hay una tensi¨®n que no puedo negar. Han decidido interferir y jugar sus partidos con nuestros jugadores en nuestras fechas. Es un sistema perverso, las fases de clasificaci¨®n las van a jugar equipos distintos a los que disputar¨¢n la fase final. No van a estar los mejores. De la NBA no participar¨¢ ning¨²n jugador y los clubes europeos decidieron que vamos a continuar la programaci¨®n de nuestras fechas. La FIBA quiere ser la FIFA, pero uno no puede pretender ser quien no es¡±.
"La NBA no se va a someter a esa disciplina y no va a parar para dos partidos en febrero o en noviembre. Si no somos el f¨²tbol no hagamos como si lo fu¨¦ramos porque caemos en el absurdo. A unos les dijo no os preocup¨¦is que esto no os afecta y a los otros se nos dijo esto es lo que hay. ?Van a sancionar a un ruso o un italiano por no ir al Mundial cuando Kevin Durant cambia de marca de zapatillas y renuncia? ?C¨®mo se hace esto desde una perspectiva ¨¦tica? ?Qu¨¦ credibilidad tiene el que pretende hacer eso? Pas¨® en el pasado Mundial. Excepto la selecci¨®n espa?ola, todas las dem¨¢s ven¨ªan con bajas significativas, con un equipo inferior al que pod¨ªan haber presentado y esto requiere una reflexi¨®n que me temo no se hace. Por un motivo o por otro no est¨¢n los mejores y no es la primera vez que ocurre porque venimos de un campeonato de Europa donde m¨¢s de 50 jugadores decidieron no ir".
Del despacho a la pista
"Se supone que yo no deber¨ªa de opinar de estas cosas", dice el presidente de la Euroliga con rubor cuando se le propone hablar del juego y sus protagonistas dejando a un lado las estructuras y la burocracia. "Mi primer recuerdo de baloncesto es la imagen de una pista horrible en un colegio de Barcelona lleno de campos de baloncesto, a las siete de la ma?ana. Me hicieron ir all¨ª obligado a entrenar porque era alto. En el a?o 66. De peque?o me apasionaba el Joventut de Buscat¨®, Alfonso Mart¨ªnez, Enric Margall¡". Cuando se le pregunta por su equipo hist¨®rico y su ¨ªdolo de infancia no duda. "El dream team est¨¢ fuera de concurso. No ha habido nada m¨¢s grande. Despu¨¦s dir¨ªa la Jugoplastika de Split de la tres Copas de Europa seguidas. Me fascin¨®. He sido poco mit¨®mano, pero si tuviera que elegir un jugador favorito dir¨ªa Enric Margall. Si hablamos de leyendas, Michael Jordan tambi¨¦n est¨¢ fuera de concurso. As¨ª que si hay que elegir una europea, el jugador que cambia el baloncesto en Europa es Sabonis".
Para continuar el juego, Bertomeu confecciona su quinteto ideal: "Jasikevicius, Diamantidis, Navarro, Bodiroga y Sabonis. Se queda fuera gente como Spanoulis, Papaloukas¡Gin¨®bili, que fue mi primer MVP. Pero sale buen equipo. El entrenador ser¨ªa Zeljko Obradovic". La final de 2006 entre el Maccabi y el CSKA en Praga es el partido que m¨¢s recuerda en positivo, pero rebuscando entre los recuerdos que le marcaron aparece otro. "Me fastidi¨® mucho el triple de Djordjevic a la Penya en 1992. Me qued¨¦ 15 minutos sentado en mi asiento intentando recuperarme".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.