El sue?o de Murray, la pesadilla de Robredo
Por segunda final seguida, el brit¨¢nico supera cinco puntos de partido ante el espa?ol, con lo que gana el t¨ªtulo de Valencia
En la red, deshecho, empapado en sudor, roto por dentro y por fuera, Tommy Robredo espera a Andy Murray con el dedo coraz¨®n de cada mano levantado: el escoc¨¦s acaba de remontarle cinco puntos de partido al espa?ol para ganar 3-6, 7-6 y 7-6 la final de Valencia, y Robredo, destrozado, solo puede recordarle con ese gesto bromista que es la segunda vez que le frustra, le niega y hace a?icos sus sue?os, que hace un mes, en la final de Shenzhen (China), tambi¨¦n gan¨® el trofeo superando cinco puntos de partido en contra. Antes, un encuentro hecho de tripas, coraz¨®n y talento durante 3h 20m, con momentos para el recuerdo.
Federer, campe¨®n en Basilea
Como si todo fuera normal, Roger Federer gan¨® 6-2 y 6-2 al belga Goffin la final del torneo de Basilea. Sin embargo, que el suizo lleve cinco t¨ªtulos y cinco finales en 2014, o que sea el n¨²mero dos mundial con 33 a?os y pueda acabar el curso como n¨²mero uno del planeta, no tiene nada de l¨®gico. Es la mejor fotograf¨ªa del impresionante talento que hay en su raqueta, y que a¨²n tiene dos retos a su altura en lo que queda de temporada: tras el Masters 1.000 de Par¨ªs-Bercy, asaltar¨¢ la Copa de Maestros, en un pulso por el trono contra Novak Djokovic, y luego luchar¨¢ en Francia y con Suiza por levantar su primera Copa Davis.
La final tuvo una intensidad conmovedora. Igual que si les fuera la vida en ello, Robredo y Murray se apretaron las clavijas sin la pausa de un lutier y con el sadismo de un verdugo. Primero, cada uno se someti¨® a s¨ª mismo a la tortura de obligarse a un ¨²ltimo esfuerzo, cazando pelotas imposibles. Luego, cada uno intent¨® torturar al otro ense?ando dientes frente a los problemas: nadie podr¨ªa decir que eso eran sonrisas, pero ninguno de los finalistas puso mala cara cuando el pulso empez¨® a echar chispas. Robredo y Murray se sintieron en su salsa. En su terreno. Hay tenistas que disfrutan cuando juegan sin cadenas, sin viento y sin calor, en condiciones ideales para desplegar su talento. Otros se emocionan en el esfuerzo, beben de su propio sudor en busca de convencimiento y fe, y se sienten reforzados por el dolor, que les dice que son duros; por el esfuerzo, que les cuenta que son de otra pasta; y por el sufrimiento que provocan en los rivales, que les miran ojipl¨¢ticos y as¨ª les refuerzan. Robredo y Murray son de estos ¨²ltimos. No les gusta tanto mandar como contraatacar. Prefieren defender antes que pegar. Cuando sufren, se alegran: ¡°?Qu¨¦ no estar¨¢ sintiendo el otro si yo estoy as¨ª de mal?¡±, vienen a decirse.
Ya con el 3-3 de la primera manga (importante subrayarlo: primera manga), los dos rivales hab¨ªan firmado puntos tan maratonianos como para sentarse en la silla de un juez (Robredo) y apoyarse en una tarima (Murray) tras uno especialmente exigente en mitad del s¨¦ptimo juego. Hubo gritos de rabia, raquetas lanzadas contra el suelo y miradas que hubieran derretido el hielo, porque los dos contrincantes lo pusieron todo a trav¨¦s de un partido lleno de alternativas: la primera manga, del espa?ol, fue un monumento a la perseverancia; la segunda, del brit¨¢nico, que super¨® dos puntos de partido tras tener break de ventaja, un homenaje a la fe; y la tercera, con las piernas carcomidas por el esfuerzo, pura ¨¦pica.
Cuando la agon¨ªa super¨® las 2h 30m y se agotaron las fuerzas, fue el momento de la clase pura. Nadie pod¨ªa ya correr. Las piernas hab¨ªan dicho basta, adi¨®s, nos vemos en la pr¨®xima si es que nos recuperamos de esto. A Robredo, tenista de gran pureza t¨¦cnica, le falta un tiro ganador que desborde a los mejores, y eso se nota m¨¢s cuando ya no queda bater¨ªa: se adelant¨® con rotura (4-3 y saque) y la entreg¨® inmediatamente. En consecuencia, Murray, que por algo ha ganado dos medallas ol¨ªmpicas y dos grandes, se impuso: su pelota pesa m¨¢s, hacen m¨¢s da?o sus golpes, y en las situaciones l¨ªmite florece en lugar de agostarse. Es tenista de pincel y brocha gorda. Tambi¨¦n, un jugador virtualmente clasificado para la Copa de Maestros: el t¨ªtulo le deja como quinto mejor tenista del a?o.
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