Cuarenta y un a?os sin ganar el anillo y 15 sin llegar a las finales son una eternidad para el equipo que logr¨® la primera canasta y la primera victoria en la historia de la NBA, el 1 de noviembre de 1946 en su visita a los Huskies de Toronto. Desde aquellos primeros puntos de Ozzie Schectman y el triunfo por 66-68 ante 7.000 espectadores, los New Yorks Knicks han sido una referencia inamovible en la mejor Liga del planeta. Es la franquicia con mayor valor, 600 millones de d¨®lares, el equipo del Madison Square Garden, el ¨²nico junto a los Celtics, entre los fundadores de la NBA, que no ha cambiado de ciudad.
Pero su leyenda es mucho mayor que su palmar¨¦s, y no digamos que su presente. El curso pasado perdieron 45 partidos, por 37 victorias, fueron novenos en el Este y ni siquiera entraron en los playoffs, un resbal¨®n que se ha repetido en siete de las 10 ¨²ltimas temporadas. Ni siendo una de las entidades que m¨¢s invierte en salarios, ni contando en sus filas con una estrella como Carmelo Anthony han levantado el vuelo los hist¨®ricos Knicks, cuyos dos anillos han perdido el brillo con los a?os (1970 y 1973). De ah¨ª el golpe de efecto que fue el fichaje como presidente de un hombre a la altura del mito de la franquicia de Nueva York, Phil Jackson.
La misi¨®n de Jackson, de 69 a?os, es himalayesca: levantar de la lona al equipo de Nueva York y devolverle el orgullo perdido hace d¨¦cadas. El que ten¨ªa cuando gan¨® los t¨ªtulos de los setenta, precisamente con Phil Jackson como jugador (aunque ¨¦l no considera suyo el primero, debido a que estuvo lesionado toda la temporada). Para volver a ense?ar a ganar, nadie mejor que el hombre que ha ganado m¨¢s que nadie: 11 anillos como t¨¦cnico, seis con los Bulls de Jordan y cinco con los Lakers, los dos ¨²ltimos (2009 y 2010) con Pau Gasol. Y uno de los cinco, junto a Don Nelson, Lenny Wilkens, Pat Riley y Jerry Sloan, con m¨¢s de 1.000 victorias.
El sello de Jackson estar¨¢ presente en cada respiraci¨®n de estos Knicks. Sus fichajes, sus decisiones, su mentalidad. Nada m¨¢s sentarse en el despacho mand¨® llamar al entrenador Mike Woodson para ense?arle la puerta de salida. El mando se lo dio a un novato, Derek Fisher, reci¨¦n vestido de traje el pasado verano a los 40 a?os despu¨¦s de 18 temporadas de corto, muchas de ellas en los Lakers dirigido por el propio Jackson ¡ªel t¨¦cnico se sinti¨® traicionado por los angelinos cuando eligieron en 2012 a Mike D¡®Antoni, procedente precisamente de los Knicks¡ª. Curiosa pareja esta, la de un debutante y el entrenador m¨¢s glorioso, por lo que es f¨¢cil deducir que Jackson, famoso por su sistema del tri¨¢ngulo ofensivo, estar¨¢ muy encima de su pupilo. ?Ser¨¢ el equipo de Fisher o el de Jackson? De momento el presidente es quien elige las piezas. Su primer fichaje fue el espa?ol Jos¨¦ Manuel Calder¨®n, a los 33 a?os en su cuarto equipo desde 2012 tras Toronto, Detroit y Mavericks. De Dallas lleg¨® junto al p¨ªvot Delambert en un cambio de cromos por Tyson Chandler y Rymond Felton. ¡°Calder¨®n ser¨¢ titular probablemente¡±, dijo Jackson en su primer mensaje como presidente-entrenador.
Jackson vale cada centavo que se pague por ¨¦l¡± Pau Gasol
¡°Ser¨ªa un ¨¦xito tremendo estar en las finales de Conferencia¡±, expres¨®, marcando as¨ª el list¨®n de la temporada y la exigencia a su plantilla. Jackson es un especialista en el entrenamiento mental, ejercicio que ya ha ensayado con el grupo. La meditaci¨®n, la visualizaci¨®n, la concentraci¨®n, son los ingredientes de una filosof¨ªa oriental que le vali¨® el apodo de Maestro Zen. Jackson, hijo de predicadores cristianos que a punto estuvo de anteponer la religi¨®n al baloncesto, practica el yoga y cree en el simbolismo espiritual.
Aunque at¨® a la estrella, Carmelo Anthony, por cinco temporadas (las mismas por las que ¨¦l ha firmado) y 122 millones, parece que no hay astro mayor en los Knicks que el propio Jackson. Una camiseta con su apellido y el n¨²mero 18, el que vest¨ªa como jugador, se vend¨ªa en las tiendas el mismo d¨ªa que desembarc¨® como presidente. ¡°Me tiemblan las piernas cada vez que camina cerca de m¨ª¡±, dice Prigioni, a los 37 a?os de nuevo compa?ero de Calder¨®n, tras Fuenlabrada, Alicante y Vitoria, donde compartieron piso. ¡°Los Knicks tienen mucha suerte. Jackson vale cada centavo que han pagado por ¨¦l¡±, asegura Pau Gasol.
Hay en los Knicks cierto aire de pupas. Perdieron tres finales seguidas en los cincuenta, en los albores de la NBA, han ca¨ªdo en seis de las ocho eliminatorias que han jugado por el t¨ªtulo, la ¨²ltima en 1999, y hasta fueron el saco de golpes la noche de 1962 que Wilt Chamberlain meti¨® 100 puntos con Philadelphia. Contra ese derrotismo brega El Se?or de los anillos, un ganador total.
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