Bumgarner eleva a los Giants a la categor¨ªa de dinast¨ªa

Pocas veces en un deporte colectivo como el b¨¦isbol un solo jugador fue tan determinante. Apenas tres d¨ªas despu¨¦s de lanzar el partido completo sin encajar una sola carrera, Madison Bumgarner complet¨® las ¨²ltimas cinco entradas del s¨¦ptimo y definitivo encuentro de la Serie Mundial e hizo a sus San Francisco Giants campeones por tercera vez en los ¨²ltimos cinco a?os (2010, 2012 y 2014). El pitcher, de 25 a?os, convirti¨® en previsible un partido ca¨®tico en el que ninguno de los dos lanzadores titulares logr¨® lanzar cuatro entradas. Kansas City enmudeci¨® ante el primer triunfo visitante (3-2) en un s¨¦ptimo encuentro de la final en 35 a?os. Por si hab¨ªa dudas, Bumgarner, que ostenta el mejor promedio de carreras encajadas en la historia de la Serie Mundiales, fue elegido el jugador m¨¢s valioso de la final.

En su ¨²ltima haza?a, Bumgarner tuvo que reinventarse. Hab¨ªa lanzado toda la temporada como titular, siempre con cuatro d¨ªas de descanso entre sus actuaciones. Su cansado brazo no se lo permiti¨® en esta ocasi¨®n. Las rutinas son esenciales para los pitchers, sobre todo para un titular, acostumbrado a tener los tiempos marcados. Sin embargo, cuando un lanzador sale desde el banquillo no sabe si jugar¨¢ ni cuando deber¨¢ hacerlo. Adem¨¢s, brazo de un pitcher con dos d¨ªas de descanso no es el mismo. Poco import¨®. Bumgarner, que no hab¨ªa salido desde el banquillo en todo el curso, lanz¨® las ¨²ltimas cinco entradas del partido sin permitir una sola carrera, protegiendo hasta el final la ventaja que sus compa?eros hab¨ªan logrado en la cuarta entrada.

Bumgarner, que no hab¨ªa salido desde el banquillo en todo el curso, lanz¨® las ¨²ltimas cinco entradas del partido sin permitir una sola carrera

Tim Hudson, el pitcher de 39 a?os que part¨ªa de inicio para los Giants, ni siquiera pudo completar la segunda entrada. Hudson disputaba su primera final tras a?os de sin sabores en Atlanta, pero encaj¨® dos carreras muy pronto y, tras poner a otro rival en base, su t¨¦cnico, Bruce Bochy, dijo basta. En un s¨¦ptimo partido no hay lugar para la paciencia. Jeremy Guthrie, el pitcher de los Royals que renunci¨® de joven al b¨¦isbol para cumplir su misi¨®n con la iglesia mormona en Espa?a, no aguantar¨ªa mucho m¨¢s. Se reh¨ªzo tras conceder dos carreras en la segunda entrada, pero abandon¨® el choque en la cuarta tras dejar en tercera base a Pablo Sandoval, que instantes despu¨¦s anotar¨ªa la carrera de la victoria en un batazo de Michael Morse.

Un 3-2, con m¨¢s de medio partido por delante y con los titulares ya amortizados, planteaba un escenario impredecible. Las cosas pudieron haber sido muy diferentes si el segunda base de los Giants, Joe Panik, no hubiera cazado una pelota envenenada de Eric Hosmer con un jugador de los Royals en base y ning¨²n eliminado. La brillante acci¨®n permiti¨® una doble eliminaci¨®n que devolvi¨® el aliento a sus compa?eros. Poco despu¨¦s, Bumgarner puso orden. Permiti¨® que su primer rival, Omar Infante, alcanzara base con un hit, la excepci¨®n que confirmaba la norma: el pitcher retirar¨ªa a los siguientes 14 bateadores rivales sin conceder m¨¢s alegr¨ªas.

Resumen del 7? partido entre Royals y Giants

Los Royals, que en su primer viaje a la postemporada despu¨¦s de 29 a?os de ausencia han rozado la gloria, no se marcharon sin intentarlo. A falta de un solo eliminado para despedirse, Alex Gordon enganch¨® un batazo profundo que, ayudado por las imprecisiones de los defensores rivales, le permiti¨® alcanzar tercera base. La temporada de los locales quedaba en manos de Salvador P¨¦rez, el venezolano que decidi¨® aquel ag¨®nico primer envite de postemporada en el que los Royals llegaron a estar pr¨¢cticamente eliminados. El c¨¢tcher no pudo vestirse de h¨¦roe en esta ocasi¨®n. Sandoval, que termina contrato, captur¨® cerca del banquillo de los Giants el batazo desviado de su compatriota y sus compa?eros empezaron las celebraciones.

Los Giants, que ganaron cuatro Series Mundiales en la primera mitad del siglo XX cuando jugaban en Nueva York, logran un verdadero legado en San Francisco. En un deporte con mucha alternancia de campeones (cinco distintos en los ¨²ltimos seis a?os), ning¨²n equipo acumulaba tres entorchados en un lustro desde los New York Yankees de finales de los noventa (ganaron cuatro t¨ªtulos entre 1996 y 2000). La palabra dinast¨ªa gusta mucho en el deporte estadounidense, pero para dinast¨ªa, la de Bumgarner.