Un Atl¨¦tico camale¨®nico

Obligado a olvidarse de ese juego combinativo que luce ¨²ltimamente, el Atl¨¦tico arranc¨® de Malmoe una victoria que le coloca al borde de los octavos de final. Un triunfo m¨¢s le valdr¨ªa para alcanzar el objetivo.

Antes de imponerse en el marcador, el equipo de Simeone tuvo que jugar uno de esos partidos intensos, de mucho choque, de m¨¢s juego a¨¦reo y poca pausa. Un tipo de duelo en los que primero se dilucida el cuerpo a cuerpo y despu¨¦s se juega a lo que se puede con el rechazo conquistado. El triunfo habla de un equipo camale¨®nico, capaz de afrontar toda clase de propuestas y de juegos. El de anoche, duro, vigoroso y de una exigencia f¨ªsica brutal. El choque fue de los que llenan a Simeone porque le hacen sentirse al frente de una tropa que no se arruga con el f¨²tbol fuerza, aunque lo empezara a ganar con una jugada primorosa por abajo, excelsa desde su inicio hasta la culminaci¨®n virguera de Koke, que es acero y seda. Se atreve con todo Kokinho, como le apodan en el vestuario. Anoche tuvo que correr m¨¢s que jugar, pero dej¨® su impronta de futbolista completo con esa llegada desde atr¨¢s para culminar una jugada primorosa que call¨® las gradas del Swedbank, un ruidoso mar azul celeste.

En una de las esquinas, la ruidosa hinchada homenajeaba con pancartas a Roy Hodgson, uno de los t¨¦cnicos que convirti¨® al f¨²tbol sueco entre finales de los a?os setenta y principios de los ochenta en una r¨¦plica del juego ingl¨¦s del kick and run, golpear y correr.

All¨ª desde el palco, el propio Hodgson, actual seleccionador ingl¨¦s, contempl¨® ese manual tan primario que implant¨®. Su legado a¨²n sigue vigente por lo que se pudo ver, pero tambi¨¦n comprob¨® que siempre hay algo m¨¢s desde la t¨¦cnica como fue esa jugada que abri¨® el marcador. Las huellas de ese f¨²tbol de otro tiempo estaban hasta en los saques de banda cercanos al ¨¢rea de Moy¨¢. Hareide met¨ªa a casi todo su equipo en el ¨¢rea y los dos que dejaba para defender lo hac¨ªa cerca de la frontal del ¨¢rea rojiblanca.

Simeone ya debi¨® intuir esa batalla por los aires que se le presentaba a los suyos al elegir a Ra¨²l Garc¨ªa y dejar en el banquillo a Griezmann. El Malmoe oblig¨® al Atl¨¦tico a un desgaste f¨ªsico enorme y a God¨ªn principalmente a dar un curso de frentazos y de c¨®mo imponerse en los saltos ante tanto juego frontal. God¨ªn gobern¨® una batalla sin l¨ªneas de por medio, plagado de atajos a¨¦reos que provocaban los laterales de Malmoe generalmente con sus pelotazos directos.

El triunfo habla de un conjunto capaz de afrontar toda clase de propuestas

En medio de ese f¨²tbol de contacto, de r¨¢fagas interminables de balones largos, el Atl¨¦tico construy¨® una jugada de tiral¨ªneas. Sali¨® Juanfran con la pelota controlada por su carril y sac¨® un pase por abajo a Arda, colocado ya para ejercer de pivote de f¨²tbol-sala y aguantar la llegada de Ra¨²l Garc¨ªa, que volvi¨® a proyectar a Juanfran. La rosca de este la caz¨® Koke en el aire para conectar lo que pareci¨® entre un taconazo y una media espuela. Una obra de f¨²tbol trenzado cuando las secuencias que produc¨ªa el partido eran cascadas interminables de pelotazos largos. Poco antes, una jugada similar la pudo embocar Ra¨²l Garc¨ªa, pero esta vez apunt¨® a cuerpo de Olsen, cosa extra?a en ¨¦l en esas situaciones en las que su golpeo suele ser definitivo.

Apenas pas¨® apuros el Atl¨¦tico en el primer tiempo, m¨¢s all¨¢ del estresante f¨²tbol a¨¦reo que tuvo que combatir y alguna contra. Rosenberg condujo una y su pase dej¨® solo a Forsberg, que se perdi¨® en un mal control cuando se plantaba solo ante Moy¨¢.

La reanudaci¨®n expuls¨® del vestuario a un Malmoe m¨¢s decidido, pero con las mismas armas. Increment¨® un punto su intensidad en una salida orgullosa que arrincon¨® al Atl¨¦tico en su ¨¢rea. Ah¨ª pas¨® el Atl¨¦tico sus peores momentos. Le costaba salir de tanto empell¨®n. Una buena volea de Eriksson la sac¨® God¨ªn cuando parec¨ªa que entraba. Al poco, Miranda tuvo que cometer una falta en la frontal del ¨¢rea ante una buena maniobra de Thelln. La jugada dej¨® dudas porque pudo ser dentro. El rechazo de la ejecuci¨®n, que ven¨ªa de unas manos de Siqueira, le cay¨® a Rosenberg y este lo estrell¨® en el palo. Ah¨ª pareci¨® decidir Simeone cambiar el partido. Mand¨® calentar a Griezmann al que dio entrada por Mandzukic con la intenci¨®n de matar a la contra.

Frenado y desgastado por el esfuerzo, el Malmoe termin¨® por desvencijarse cuando el Atl¨¦tico empez¨® a hacer circular el bal¨®n. Intuy¨® que era el momento de cansar con la pelota. En otra buena combinaci¨®n termin¨® por apuntillarle. Una jugada que ya le dio r¨¦ditos en las semifinales de la ¨²ltima Champions en Stamford Bridge. Una apertura por encima de la defensa a Juanfran, que apareci¨® por sorpresa. Su centro raso termin¨® en Ra¨²l Garc¨ªa tras un despeje y esta vez su disparo certific¨® que el Atl¨¦tico pele¨® por arriba y gan¨® por abajo.