Amancio convierte a Puskas en suplente
La temporada 64-65 se presentaba cargada de dudas para el Madrid. Se hab¨ªa ido Di St¨¦fano, enfurru?ado con Bernab¨¦u, porque no admit¨ªa que le sacaran del c¨¦sped y le pasaran a la secretar¨ªa t¨¦cnica. Ese verano del 64 cumpl¨ªa 38 a?os, pero no se resign¨®. Se fue al Espanyol. Quedaba Puskas, pero tambi¨¦n entraba en los 38 y engordaba a ojos vistas. Hab¨ªa que renovar el ataque.
Para Miguel Mu?oz, no era f¨¢cil. Segu¨ªa Gento pero metido en la treintena tambi¨¦n. Perd¨ªa velocidad. La chispa del ataque la pon¨ªa Amancio, fichado del Deportivo para la 62-63. En el Deportivo hab¨ªa jugado de interior, como segundo punta, junto a Veloso. Desde esa posici¨®n hab¨ªa sido Pichichi de la categor¨ªa y hab¨ªa contribuido al ascenso del Depor. Pero al Madrid lleg¨® como extremo, en una delantera que formaron Amancio, F¨¦liz Ruiz, Di St¨¦fano, Puskas y Gento. Ten¨ªa partidarios (yo entre ellos) y detractores. Su juego levantaba al p¨²blico de los asientos, pero muchos se quejaban de que siempre le sobraba el ¨²ltimo regate. Era, para entendernos, un chup¨®n. Pero cuando culminaba la jugada con el pase de gol o el gol propio, se le perdonaba todo, porque entonces parec¨ªa indefendible.
Bernab¨¦u lo hab¨ªa fichado contra viento y marea. Emilio Rey, casado con la hija del propietario de La Voz de Galicia, gran madridista y amigo de Bernab¨¦u, le avis¨® de que el Bar?a iba tras Amancio. El Madrid estaba sin dinero, y eso que acababa de vender a Luis Del Sol a la Juve. La directiva le rechaz¨® la propuesta. No se pod¨ªa pedir un nuevo cr¨¦dito. Pero Bernab¨¦u maniobr¨® en solitario, le pidi¨® dinero prestado a Mu?oz Lusarreta, vicepresidente que ten¨ªa muchos cines y salas de teatro, y este accedi¨®. Amancio cost¨® 12 millones. Del Sol hab¨ªa sido vendido por 22.
Ese fue el Madrid ye-y¨¦. Naci¨® de dos partidos contra el Bar?a. Los enemigos tambi¨¦n son para las ocasiones
Y vuelvo a la 64-65. Era la tercera temporada de Amancio. Como extremo hab¨ªa llegado a internacional, incluso campe¨®n de la Eurocopa, ante la URSS aquel c¨¦lebre d¨ªa del gol de Marcelino. Mu?oz trataba de cubrir el hueco de Di St¨¦fano y la decadencia de Puskas a base de ignorar ambas cosas. Por Di St¨¦fano jugaban, seg¨²n el d¨ªa, el joven Grosso o Moroll¨®n, goleador fichado del Valladolid. A la derecha, Amancio y F¨¦lix Ruiz (un interior navarro de largo recorrido que tuvo muy mala suerte con las lesiones), a la izquierda, Puskas y Gento.
El 8 noviembre, hace casi exactamente cincuenta a?os, el Bar?a visita el Bernab¨¦u. El Madrid est¨¢ tercero y el partido se presenta lleno de contratiempos para Mu?oz. Dos semanas antes, F¨¦lix Ruiz ha sufrido un tir¨®n en Zaragoza. Y el domingo anterior, a Puskas le han expulsado en el campo del Betis y le han ca¨ªdo tres partidos. El mismo d¨ªa, Moroll¨®n se ha lesionado de cierta importancia. A Mu?oz le faltan tres delanteros.
Movido por las circunstancias, recuerda que Amancio empez¨® de interior, en La Coru?a. Tiene en la plantilla un buen extremo, Serena, de la cantera. Y ese a?o ha llegado de Granada, todav¨ªa con ficha amateur, un delantero llamado Pirri. Su aspecto no era alentador: piernas arqueadas como de cowboy, orejudo, cejijunto... Y encima eso de Pirri... El Madrid ya ten¨ªa un Pipi, Su¨¢rez de apellido, interior fichado del M¨¢laga que no result¨®. Entonces exist¨ªa una popular pareja de gemelas, en el cine y la canci¨®n, Pili y Mili. Las bromas con Pili, Mili, Pirri y Pipi estaban a la orden del d¨ªa. A Bernab¨¦u aquello le endemoniaba. Inst¨® a los peri¨®dicos a que les llamaran Mart¨ªnez y Su¨¢rez (as¨ª aparecen en algunas alineaciones ese a?o), pero a la larga perdi¨® la batalla.
Mu?oz, a la fuerza, ide¨® una nueva delantera: Serena, Amancio, Grosso, Pirri y Gento
Mu?oz, a la fuerza, ide¨® una nueva delantera: Serena, Amancio, Grosso, Pirri y Gento. Grosso y Pirri ten¨ªan que correr de arriba para abajo. Amancio se quedaba casi solo en punta. Para los cl¨¢sicos, ver a esos Grosso y Pirri con el 9 de Di St¨¦fano y el 10 de Puskas en la espalda era como asistir en directo a la ca¨ªda del Imperio Romano. Pero Mu?oz fue contundente en la v¨ªspera, cuando habl¨® de Pirri. "Tiene condiciones y puede llegar a ser un aut¨¦ntico valor positivo", dijo con su estilo lac¨®nico. Tambi¨¦n, y ante la suma de lesiones y expulsiones en los ¨²ltimos partidos, dijo: "Me bastar¨ªa con empezar el partido con once y acabarlo con once". Recordemos que no hab¨ªa cambios.
El s¨¢bado por la ma?ana desembarca el Bar?a del coche cama en Atocha. Su renovaci¨®n ha empezado antes. Ya no queda ninguno de los lujosos delanteros del Bar?a de HH: Tejada, Kubala, Kocsis, Evaristo, Eulogio Mart¨ªnez, Su¨¢rez, Villaverde, Czibor... Ni queda apenas nada de la s¨®lida parte de atr¨¢s. Pero hay jugadores emergentes con muy buena pinta: Sadurn¨ª, Ben¨ªtez, Eladio, Fust¨¦, Rif¨¦, Pereda, el goleador paraguayo Re... Es un Bar?a joven que viene alternando goleadas con derrotas absurdas. Est¨¢ s¨¦ptimo, pero ha cambiado al entrenador, C¨¦sar, por su segundo, Sasot, y se le augura mejor¨ªa.
El partido empieza a las cuatro y media, en un Bernab¨¦u desconfiado. De hecho, cuando alguno de los j¨®venes pierde un bal¨®n suenan esos murmullos espesos tan caracter¨ªsticos. Pero en el minuto 16 hay una r¨¢pida combinaci¨®n entre Pirri y Grosso que acaba a pies de Amancio, que se cuela con dos regates y bate a Sadurn¨ª de cerca. 1-0. Ovaci¨®n y, tras ella, murmullo de satisfacci¨®n. El Bar?a se despliega y ataca. En el m. 31, cuando m¨¢s aprieta, un centro de Ben¨ªtez lo corta Zoco y cae a pies de Amancio, que est¨¢ en su propio campo, a veinte metros de la divisoria. Arranca como una flecha, quiebra a Torrent, luego a Olivella que cae y trata de agarrarle del calz¨®n, sin lograr asirle del todo, se va y tras una carrera de setenta metros bate a Sadurn¨ª. 2-0. Gol de pa?uelos. En el 68, el Bar?a descuenta en un c¨®rner que saca Rif¨¦ y remata Re. 2-1. En el 74, con nueva presi¨®n del Bar?a, escapada del joven Serena y centro alto que Amancio cabecea perfecto, con el parietal, al palo contrario de Sadurn¨ª. 3-1, m¨¢s pa?uelos y Amancio en boca de todos. En el 76, buena jugada de toda la delantera, con remate final de Serena, que vale el 4-1. El partido acaba as¨ª.
Puskas no volver¨¢ al equipo hasta cerca del final de la Liga, cuando Amancio caiga lesionado en la segunda vuelta
Mu?oz hab¨ªa encontrado su delantera. Diez d¨ªas m¨¢s tarde, en partido de Copa de Europa ante el Dukla de Praga, Puskas es suplente por primera vez, aunque se invoca una lesi¨®n para justificar su ausencia. El Madrid gana 4-0, con tres goles de Amancio, definitivamente elevado a los altares. "De profesi¨®n extremo, de vocaci¨®n interior"... escribir¨¢ Fragoso del Toro en su cr¨®nica de Marca.
Puskas queda ya como suplente. No volver¨¢ al equipo hasta cerca del final de la Liga, cuando Amancio caiga lesionado en la segunda vuelta, precisamente en el Camp Nou. Torrent, autor de la entrada, confesar¨ªa. "He ido duro, porque en el Bernab¨¦u me acusaron de dejarle demasiado suelto". Amancio no se lo tuvo en cuenta: "Quer¨ªa mermarme, no lesionarme. Esas cosas pasan en el f¨²tbol".
Curiosamente, en el curso siguiente, el 65-66, el Madrid completar¨ªa su equipo ye-y¨¦ gracias tambi¨¦n al Bar?a, que en el pen¨²ltimo partido de la primera vuelta, gan¨® 1-3 en el Bernab¨¦u, en gran tarde de Fust¨¦. Fue el fin de Santamar¨ªa, que dej¨® el puesto a De Felipe. Y el domingo siguiente, Mu?oz se decidi¨® a probar a un interior cerebral, salido de la cantera, y que hab¨ªa jugado como cedido en el M¨¢laga. Se llamaba (se llama) Vel¨¢zquez. El Madrid gan¨® 2-5 en Mallorca, Vel¨¢zquez marc¨® dos goles. Serena, Amancio, Grosso, Vel¨¢zquez y Gento qued¨® como delantera definitiva. Pirri baj¨® a la media, donde su vigor ten¨ªa m¨¢s aprovechamiento, junto a Zoco. De Felipe se instal¨® como central. En la porter¨ªa Betancort, respaldado por Araquistain. En los laterales, Calpe y Sanch¨ªs. M¨¢s Miera y Pach¨ªn.
Ese fue el Madrid ye-y¨¦. Naci¨® de dos partidos contra el Bar?a. Los enemigos tambi¨¦n son para las ocasiones.
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