Los Rockets conquistan M¨¦xico
La NBA visita en partido oficial al pa¨ªs vecino con una c¨®moda victoria de Houston Rockets frente a Minnesota Timberwolves
Los Minnesota Timberwolves volv¨ªan por segunda vez al Arena Ciudad de M¨¦xico para disputar un encuentro oficial de la NBA. El a?o pasado, con el calz¨®n ya puesto, los jugadores tuvieron que abandonar la pista, que se inund¨® de humo por un problema con el sistema de electricidad del moderno pabell¨®n de la capital mexicana. Este a?o no hubo ning¨²n susto, el partido ¨Cy todos los extras que incluyen los espect¨¢culos de la liga estadounidense¨C pudo celebrarse, y los casi 22.000 espectadores que llenaron el pabell¨®n asistieron a una c¨®moda victoria de los Houston Rockets ante los Timberwolves (113 ¨C 101).
El lleno de ayer es una muestra del tir¨®n de la NBA en el pa¨ªs vecino. El baloncesto mexicano est¨¢ acostumbrado a mirarse en el espejo de EE UU. En comparaci¨®n con la primera potencia mundial del bal¨®n y la canasta el reflejo es, obviamente, borroso. M¨¦xico vive no obstante una revitalizaci¨®n de la imagen de su baloncesto gracias en gran parte a los buenos resultados de su selecci¨®n nacional en los ¨²ltimos a?os. Dos oros en competiciones panamericanas importantes y la clasificaci¨®n para el ¨²ltimo Mundial tras 40 a?os de sequ¨ªa han dado m¨¢s visibilidad a un deporte que tiene como duros competidores al futbol, al b¨¦isbol y al boxeo.
¡°Estuvo muy bueno el Mundial porque adem¨¢s lo pusieron por la televisi¨®n y gratis¡±, cuenta antes empezar el encuentro Andr¨¦s Fernando Mill¨¢n enfundadado en una camiseta de los Timberwolves y con el nombre de Ricky Rubio en la espalda. Mill¨¢n tiene 18 a?os, juega de base en un equipo municipal del Estado de M¨¦xico y le gustar¨ªa tener las manos tan r¨¢pidas como la estrella espa?ola, ausente en la terna por lesi¨®n.?
La influencia estadounidense se percibe ya desde las canchas de los barrios mexicanos. Es f¨¢cil encontrar en los recovecos de la capital, encajadas entre bloques de pisos o la orilla de alguna ancha carretera, pistas de baloncesto muy parecidas a los playgrounds del vecino del norte. Los j¨®venes emulan ese estilo de juego r¨¢pido, potente e individualista. Dos, tres pases como m¨¢ximo, fintar y penetrar con agresividad. As¨ª es como jug¨® ayer James Darden, el barbudo escolta de los Rockets que con 23 puntos aup¨® a su equipo a la victoria, ayudado por Dwight Howard en la pintura, donde mand¨® sin oposici¨®n una vez que envi¨® al banco por exceso de personales al rocoso Nikola Pekovic, el ¨²nico cinco de Minnesota con kilos y tablas para pararlo.
Durante el descanso del partido, esperando en la fila para participar en una de las actividades extras que ofrec¨ªa el evento, un fotomat¨®n que acoplaba la cara del espectador en el cuerpo de un NBA, Antonio Ju¨¢rez, alias el Pantera, dio la medida de las diferencias entre los dos mundos baloncest¨ªsticos: ¡°Soy entrenador de los Dragones, un equipo de la liga de municipal del Distrito Federal. En mi equipo juegan tambi¨¦n jugadores de la liga profesional. Lo hacen por dinero. Yo les pago por partido entre 30 y 60 d¨®lares¡±.
La liga m¨¢s importante de M¨¦xico, la Liga Nacional de Baloncesto Profesional (LNBP), a la que se refiere el Pantera, ech¨® a rodar en el a?o 2000. Est¨¢ compuesta por 14 equipos, algunos de los cuales son escuadras universitarias que, como los Correcaminos de Victoria, de la Universidad Aut¨®noma de Tamaulipas, juegan sus encuentros en el gimnasio del campus. La NBA, en cambio, solo el a?o pasado se apunt¨® unos beneficios de 4.600 millones de d¨®lares.
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