El triple salto mortal de Federer

Gael Monfils convoca a "la locura". Con su pelo a lo afro, el franc¨¦s golpea la mesa tras la que se sienta en el Palacio de la Bolsa de Lille como si fuera unos bongos y pide que los 27.000 espectadores a los que se espera en el estadio Pierre-Mauroy creen un infierno para recibir a la Suiza de Roger Federer en la final de la Copa Davis. Porque s¨ª, el genio juega. Y s¨ª, lo hace pese a que le duele la espalda, que le oblig¨® a renunciar el domingo a la final de la Copa de Maestros; pese a que no se entren¨® hasta el mi¨¦rcoles; pese a que lleva desde junio sin competir en arcilla; y pese a que sabe que Monfils, su rival hoy tras el Tsonga-Wawrinka, le torturar¨¢ con peloteos maratonianos. Es Federer ante la historia. El campe¨®n de 17 grandes puede sumar La Ensaladera, uno de los pocos t¨ªtulos que le faltan. A los 33 a?os, hay opciones que no vuelven. Por eso Federer digiere el dolor y traga con la tensi¨®n que le une a Wawrinka, su compa?ero, desde que tuvieron que dirimir en un gimnasio las diferencias abiertas por su semifinal de la Copa de Maestros (mientras el n¨²mero dos perd¨ªa cuatro puntos de partido, alguien del banquillo del n¨²mero uno gritaba: "?Beb¨¦ llor¨®n!").

"Federer es un genio de la adaptaci¨®n a otras superficies", argumenta Jakob Hlasek, finalista con la Suiza de Marc Rosset en 1992, cuando solo el Dream Team del tenis (Sampras, Agassi y Courier) pudo evitar que los helv¨¦ticos celebraran el t¨ªtulo. "Roger ama el juego, el reto del juego en s¨ª mismo, su complejidad. Esa es su motivaci¨®n. Para pasar del cemento a la tierra solo necesita un par de d¨ªas. Puede apoyarse en su experiencia; en su t¨¦cnica, que funciona en cualquier lado; y en su excepcional movilidad", sigue sobre el suizo, que con vistas a la final practic¨® en polvo de ladrillo este oto?o. "La espalda, claro, no ayuda, porque hasta Federer necesita entrenarse", a?ade recordando c¨®mo le afect¨® la dolencia en 2013. "Sabe que es su ¨²ltima oportunidad", subraya. "La Davis nunca fue tan importante para ¨¦l como otras cosas, si no hubiera jugado m¨¢s en el ¨²ltimo decenio. Cuando vio a Stan ganar en Melbourne el Abierto de Australia, decidi¨® jugar. Buena elecci¨®n".

El campe¨®n de 17 grandes arranca contra Monfils y tras el Tsonga-Wawrinka

"Si hubiera un riesgo enorme, para el resto de mi vida, no jugar¨ªa, est¨¢ claro", resumi¨® Federer, que sigue teniendo dolores y sabe que el seleccionador tiene la baza estrat¨¦gica de anunciar su participaci¨®n y luego cambiar de idea antes de cada uno de los encuentros que se disputar¨¢n durante el fin de semana. "Como ya he tenido estos problemas, s¨¦ lo que se puede y no hacer. Tengo confianza. A principios de semana, estaba negativo, ahora soy positivo", sigui¨® despu¨¦s de desatar los aplausos admirativos en las calles de Lille, abarrotadas para ver al tenista pese al fr¨ªo, las nubes, y las aceras mojadas y resbaladizas. "Solo los partidos pueden darme todas las respuestas. Estoy mejor. Todav¨ªa tengo 24 horas para mejorar. Es un alivio poder intentar jugar ma?ana [por hoy]", reconoci¨® tras someterse a un tratamiento intensivo de analg¨¦sicos, masajes y antiinflamatorios. "He tenido dolores de espalda durante muchos a?os, incluso cuando era j¨²nior. Puedo aprovechar esa experiencia. S¨¦ lo que es posible hacer, cu¨¢nto tengo que empujar y hasta d¨®nde puedo empujar".

Solo los partidos pueden darme todas las respuestas. Estoy mejor¡± Roger Federer

Los tenistas suizos preparan la final entre grandes tensiones: Suiza nunca ha ganado el trofeo, sus estrellas tienen cuentas pendientes y a Wawrinka no le pas¨® desapercibido que Luthi, el seleccionador, se sentara en el banquillo de su rival durante su cruce de la Copa de Maestros, aduciendo que adem¨¢s de t¨¦cnico nacional tambi¨¦n lo es de Federer. Los tenistas franceses preparan la final entre grandes tensiones: buscan el d¨¦cimo t¨ªtulo (primero desde 2001), impulsar a Francia hasta el podio de la competici¨®n y llenar los curr¨ªculos vac¨ªos de una generaci¨®n llena de grandes promesas que luego nunca han ganado nada.

El ambiente entre los locales, sin embargo, es muy distinto que entre los visitantes. A Tsonga, el Al¨ª del tenis, le preguntaron qu¨¦ esperaba de la grada. "Esperamos que muestren esp¨ªritu deportivo. Respeto al adversario", contest¨® con cara de ni?o bueno. Monfils, que disfrut¨® de dos puntos de partido la ¨²ltima vez que jug¨® con Federer, le mir¨® de reojo e intent¨® hilvanar una frase entre carcajadas: "?Nada de eso. Que vengan y desaten la locura!".