Carlsen triunfa; Anand falla
Un error del indio bajo gran tensi¨®n prolonga dos a?os el reinado del noruego
La historia dir¨¢ que gan¨® Magnus Carlsen (6,5-4,5), pero lo cierto es que perdi¨® Viswanathan Anand, cuyos nervios no aguantaron la presi¨®n cuando estaba cerca de dar un zarpazo brutal en el duelo de Sochi (Rusia). El noruego, letal en el aprovechamiento de ese error, reinar¨¢ hasta finales de 2016 y cobrar¨¢ 600.000 euros, por 400.000 del indio, pero ambos deber¨¢n donar el 20% a la Federaci¨®n Internacional (FIDE).
¡°Es obvio que mis nervios me han fallado¡±, reconoci¨® Anand unos minutos despu¨¦s de felicitar al campe¨®n por su victoria con un apret¨®n de manos y la primera sonrisa que le dedic¨® en todo el duelo; luego charl¨® con ¨¦l amigablemente durante un cuarto de hora. S¨®lo una hora antes, el numeroso s¨¦quito de familiares y amigos del noruego, as¨ª como el ej¨¦rcito de periodistas de su pa¨ªs, cambiaron su esperanza de triunfo por la angustia de un posible desastre. Y ten¨ªan motivos: Anand hab¨ªa encontrado una idea magn¨ªfica, y si tambi¨¦n hallaba la continuaci¨®n precisa, Carlsen sufrir¨ªa una presi¨®n brutal, en el tablero, en el reloj y en su cabeza.
Carlsen, de 24 a?os,ha sellado el declive del pentacampe¨®n Anand, de 44
Hasta ese momento se estaba cumpliendo la seria advertencia que Gari Kasp¨¢rov hizo al escandinavo en una entrevista con este peri¨®dico (publicada el viernes): ¡°Si pretende ser campe¨®n bordeando la costa en lugar de aceptar el combate en alta mar, se meter¨¢ en un terreno minado¡±. Contrariamente a la valiente actitud que mostr¨® en varias partidas muy importantes de su carrera, jugando a ganar cuando le bastaba el empate, Carlsen afront¨® este pen¨²ltimo asalto de manera muy conservadora, permitiendo que Anand plantease, una vez m¨¢s, el p¨¦treo ¡®muro de Berl¨ªn¡±, una defensa que nadie ha logrado quebrar de manera convincente desde que Vlad¨ªmir Kr¨¢mnik destron¨® con ella a Kasp¨¢rov en 2000.
Esa estructura suele producir posiciones muy aburridas para los aficionados de nivel t¨¦cnico bajo. Pero no siempre, y ¨¦sta fue una de las excepciones: Anand hizo temblar el tablero con una idea genial en la 23, que le daba ventaja. Adem¨¢s, el reloj empezaba a apretar a ambos. La tensi¨®n era extrema: si el indio convert¨ªa esa ventaja en victoria, igualando el marcador, conducir¨ªa las piezas blancas el martes en la ¨²ltima con la moral de Carlsen por los suelos. La decisi¨®n de ¨¦ste de no arriesgar en el pen¨²ltimo asalto pod¨ªa estrellarlo contra las rocas.
El K¨¢rpov de los mejores tiempos ¨Cel g¨¦lido Anatoli- hubiera ganado probablemente esta partida con las piezas de Anand. Pero ¨¦ste no pudo controlar sus nervios y cometi¨® dos errores: primero no vio una jugada dif¨ªcil, pero no tanto como la que acababa de hacer, que hubiera puesto a Carlsen contra las cuerdas; y luego perdi¨® el norte ¨C¡°No s¨¦ por qu¨¦ he hecho esa jugada¡±- con una idea que le dejaba perdido.
Como de costumbre, Carlsen no eludi¨® la autocr¨ªtica: ¡°Hoy he jugado mal en un periodo muy delicado de la partida, pero luego he sido muy preciso al aprovechar el error de Anand¡±. En cuanto a su rendimiento en todo el duelo, dio la raz¨®n a Kasp¨¢rov, quien hab¨ªa diagnosticado que sufr¨ªa ¡°el s¨ªndrome de la revancha¡±: ¡°Hace un a?o no esperaba que Anand fuera capaz de ganar el Torneo de Candidatos pocos meses despu¨¦s de perder el t¨ªtulo. Bien porque mi rival ha sido el mismo o porque ha mejorado mucho con respecto al a?o pasado, mi juego ha sido inconsistente, con momentos buenos y malos. Sin duda alguna, puedo hacerlo mejor¡±.
Carlsen repiti¨® varias veces la palabra ¡°aliviado¡± para describir sus sentimientos, lo que de nuevo nos lleva a Kasp¨¢rov. ?ste, en el Mundial de Sevilla 1987, tras ganar a K¨¢rpov la ¨²ltima partida, corri¨® hacia donde estaban su madre y sus ayudantes, y les grit¨®: ¡°?Tres a?os m¨¢s!, en referencia a que durante ese tiempo ya no tendr¨ªa que pensar en K¨¢rpov obsesivamente, d¨ªa y noche. Salvando las distancias ¨CCarlsen no ha tenido que sufrir ni una pizca de las presiones pol¨ªticas que atenazaron a las dos K durante la mayor rivalidad de la historia de todos los deportes-, el noruego podr¨¢ dedicarse ahora a confirmar que ya es uno de los mejores de todos los tiempos, aunque todav¨ªa no haya cumplido los 24 a?os. En Sochi no lo ha demostrado, pero lo importante era sellar el declive del pentacampe¨®n Anand, de 44 a?os. Y lo ha conseguido.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.