El Madrid no rota ni en Basilea
Las bajas hacen que Ancelotti solo pueda dar descanso a los laterales.
Las cr¨®nicas costumbristas presentan a Carlo Ancelotti como un irreductible aficionado al culatello. El entrenador del Madrid es fiel a las costumbres culinarias de su patria chica, el antiguo Ducado de Parma. Pero la gente olvida que tambi¨¦n es leal a sus botas de tacos. A veces, como ayer en el estadio de St. Jakob-Park, se enfunda sus Nike y echa a correr. Corri¨® durante el calentamiento del equipo, procurando que su cuerpo de fornido cincuent¨®n siguiera el ritmo de los futbolistas profesionales. Se uni¨® al pelot¨®n en las series de 50 metros. Una, dos, tres. Hasta que el pelot¨®n apret¨®. Con Cristiano y Ramos, los velocistas, a la cabeza. Aceleraron. Y entonces el m¨ªster se qued¨® solo. Trotando en la noche fr¨ªa y h¨²meda. Se fren¨®, recuper¨® el aliento, y estir¨® los viejos m¨²sculos de tigre.
El ¨²ltimo entrenamiento antes del pen¨²ltimo partido de la fase de grupos tuvo el rigor impropio de una jornada en la que ya est¨¢ casi todo resuelto para el Madrid. ¡°Ser¨¢ un buen partido¡±, dijo Ancelotti, ¡°porque se jugar¨¢ con intensidad¡±. El Basilea pelea por la clasificaci¨®n. El Madrid compite por cosas menos urgentes. Conservar el impulso ganador, por ejemplo. Mantener la moral elevada de unos futbolistas que sospechan que pueden estar ante un ciclo hist¨®rico. Ya no les basta con la D¨¦cima. Quieren la Und¨¦cima porque as¨ª se les considerar¨¢ como a uno de los equipos m¨¢s grandes de siempre. Para reafirmar esa determinaci¨®n vienen bien los r¨¦cords. Si el Madrid gana esta noche igualar¨¢ las 15 victorias sucesivas de los equipos de Jos¨¦ Mourinho en 2012 y Miguel Mu?oz en 1960.
No hay forma de evitar las simetr¨ªas porque la racha del Madrid comenz¨® a finales de septiembre contra el Basilea. Entonces el equipo ven¨ªa de caer ante el Atl¨¦tico (1-2) y aquella victoria en el Bernab¨¦u supuso un cambio. Del mal juego se pas¨® al bueno, y del pesimismo a la euforia. Tres meses m¨¢s tarde, Ancelotti no puede rotar al equipo titular, a excepci¨®n de los titulares. Illarra reci¨¦n se recupera de una lesi¨®n; Khedira dice que le duele la cadera; y Pepe anda con achaques. Benzema es imprescindible y Cristiano y Bale quieren jugar. El Madrid no se juega nada, pero habr¨¢ chicha incluso en Suiza.
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