Un Madrid para la historia
Los de Ancelotti baten su r¨¦cord de victorias consecutivas, 16 Marcaron Benzema y Bale ante un meritorio M¨¢laga y un Kameni enorme
El Madrid se super¨® a s¨ª mismo. Ni un portero en ¨¦xtasis como Kameni fue capaz de evitar el r¨¦cord de un Real para la historia: 16 victorias consecutivas, lo nunca visto en los 112 a?os de vida de un equipo ganador por excelencia. Un registro extraordinario que no supuso un paseo para los de Ancelotti, que debieron exprimirse ante un M¨¢laga muy estimable. Kameni le hizo tener fe y el Madrid no pudo respirar hasta el final. No fue el conjunto art¨ªstico y gobernante de estos tiempos y le falt¨® lo que le suele sobrar, pegada. Con todo, pudo cerrar con mucha antelaci¨®n un partido que estuvo en el alambre hasta el tard¨ªo gol de Bale, que sucedi¨® al primerizo de Benzema. En ambos se luci¨® Cristiano, esta vez como asistente.
M¨¢laga, 1-Real Madrid, 2
M¨¢laga: Kameni; Rosales, Sergio S¨¢nchez? (Angeleri, m. 68), Weligton, Boka; Darder, Recio (Juanpi, m. 78); Samuel, Duda (Ricardo Horta, m. 66), Samuel Castillejo; y Santa Cruz. No utilizados: Ochoa (p), Antunes, Luis Alberto y Rescaldani.
Real Madrid: Casillas; Carvajal (Varane, m. 85), Pepe, Ramos, Marcelo; Isco, Kroos, James; Bale (Chicharito, m. 89), Benzema Illarramendi, m. 74) y Cristiano. No utilizados: Keylor Navas (p), F¨¢bio Coentr?o, Nacho y Marcos Llorente.
Goles: 0-1. M. 18. Benzema. 0-2. M. 83. Bale. 1-2. M. 90+2. Santa Cruz.
?rbitro: Vicandi Garrido (vasco). Amonest¨® al local Darder y a los visitantes Kroos y Marcelo. Expuls¨® a Isco por doble amarilla en el minuto 86.
La Rosaleda, unos 30.000 espectadores.
Sin tres pilares como Camacho, Juanmi y Amrabat, el M¨¢laga mantuvo el tipo ante el l¨ªder. Ha apa?ado una plantilla interesante, en la que mezclan bien algunos pretorianos como Kameni, Duda y Weligton con una nueva a?ada, la de Samuel y Castillejo. Frente a todo un Madrid pretendi¨® no rifar la pelota. Encomiable, pero osado.
Antes del cuarto de hora se lo dej¨® claro su rival, que le puso contra las cuerdas en cada p¨¦rdida. Primero Bale, ante el que Kameni inici¨® su gran repertorio. El portero camerun¨¦s reaccion¨® de maravilla ante el zurdazo del gal¨¦s. Todav¨ªa fue mejor su respuesta a un remate frontal de Cristiano en la frontera del ¨¢rea peque?a. Era gol o gol, de no ser por los reflejos portentosos de Kameni. Igual de preciso en dos retos individuales con Bale e Isco.
El Madrid remataba m¨¢s que jugaba, con los delanteros a su aire, con m¨¢s peso que los centrocampistas, apagado James y demasiado r¨ªgido Isco, que en su papel de Modric se ha propuesto guardar la posici¨®n, menos aventuras. El m¨¢ximo exponente del juego sin tr¨¢nsito de los madridistas fue Bale, irrelevante como volante exterior, pero una amenaza constante como extremo.
Los blancos no fueron el equipo art¨ªstico y gobernante de estos tiempos, y les falt¨® pegada
M¨¢s pulcro que contundente, el M¨¢laga acab¨® por verse penalizado tras un nuevo descalabro con el bal¨®n a sus pies. Esta vez se la birl¨® Benzema de cabeza en el eje del campo. Con los de Javi Gracia basculados hacia la izquierda, la pelota le lleg¨® a Cristiano, que sac¨® la cadena a Rosales con dos pedaladas. Su centro al punto de penalti lo caz¨® Benzema, que despej¨® a Weligton, su marcador, con un llamativo agarr¨®n del brazo. No lo advirti¨® el colegiado, arbitrario toda la noche, que se hizo el lonchas. Ramos y CR, con raz¨®n, le reclamaron dos penaltis por las llaves de lucha libre de los defensores adversarios, como tambi¨¦n hicieron algunos malaguistas. El f¨²tbol no se aclara con estas jugadas. Abundan, pero la condescendencia es excesiva. En casos como el de este ¨¢rbitro, para evitarse fregados es preferible sancionar las tretas de los delanteros.
Isco fue expulsado por capricho arbitral y La Rosaleda le despidi¨® con honores
El tanto de Benzema apenas alter¨® el guion. No fue el ocaso para el M¨¢laga, que intent¨® explotar sus mejores vetas: la cabeza de Santa Cruz y la pierna izquierda de orfebrer¨ªa que distingue a Duda. Ambos, por su v¨ªa natural, inquietaron a Casillas. Sobre todo el capit¨¢n local, que enrosc¨® la pelota en el travesa?o en un lanzamiento de falta a un minuto del intermedio.
Sin un derroche de f¨²tbol, solo Kameni inquiet¨® al Madrid. El africano evidenci¨® por qu¨¦ est¨¢ a su sombra el mexicano Ochoa, estrella en el Mundial de Brasil. El conjunto de Ancelotti asalt¨® una y otra vez el ¨¢rea de Kameni, con mucha fluidez por las bandas, donde despuntaban Marcelo y Bale. Un Madrid inopinado. En un equipo con tanto mazo resulta excepcional que el gol se le resista. Fue la principal angustia visitante. Ante Kameni se le hizo de noche incluso a Cristiano. Si ya le hab¨ªa frustrado en el primer acto ante uno de los goles m¨¢s sencillos de su carrera, la escena se repiti¨® en el segundo tiempo. Tras una pifia monumental de los centrales blanquiazules, el genio portugu¨¦s se top¨® con el bal¨®n a un paso de la red. Una inmensa porter¨ªa por delante y un solo forastero como oponente. Kameni le adivin¨® el tiro y ya estaba en el suelo cuando CR lo ejecut¨®. Imposible concretar c¨®mo y de d¨®nde sac¨® el portero su mano derecha. Un prodigio.
Insuperable Kameni, Ancelotti reforz¨® el medio campo con Illarramendi en lugar de Benzema, con molestias. El M¨¢laga, pese a las bajas, estaba en pie y en muchas ocasiones el f¨²tbol es un tiro al aire. Lo tuvo el grupo de Javi Gracia, que casi se beneficia de un estropicio de Casillas, que con el c¨¦sped resbaladizo estuvo blando en un disparo de Samuel, como ya lo hab¨ªa estado en los primeros minutos ante un lanzamiento lejano de Darder. Eso s¨ª, ya con 0-2, una cabalgada de Bale en la octava asistencia de CR en Liga, el capit¨¢n madridista reapareci¨® como el mejor Casillas con un parad¨®n en una falta lanzada por Juanpi. Meritorio, el M¨¢laga acort¨® distancias con un tanto final de Santa Cruz, poco despu¨¦s de un doble hecho poco habitual: Isco fue expulsado por capricho arbitral y La Rosaleda le despidi¨® con honores. Como los que se ha ganado este Madrid que ya ha hecho historia. Un pleno al 16.
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