Ferrari en el volc¨¢n
La Guardia Civil vigil¨® las estancias del m¨¦dico italiano con ciclistas en el Parador del Teide
Una leyenda urbana que circula desde hace a?os por el mundo del ciclismo dice que en el Parador Nacional de las Ca?adas del Teide, una casona de monta?a con 76 dormitorios, gimnasio y piscina camuflada en el desierto a 2.200 metros de altitud a la sombra del volc¨¢n de Tenerife, dos personas tienen permanentemente reservada una habitaci¨®n. Una se llama Alexander Nikolaevic Vinok¨²rov, y hasta hace un par de a?os era ciclista profesional; la otra es Michele Ferrari, m¨¦dico deportivo italiano permanentemente investigado por presuntas pr¨¢cticas dopantes y sancionado a perpetuidad por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) por su colaboraci¨®n con Lance Armstrong.
Varios a?os despu¨¦s de que empezara a circular la leyenda una investigaci¨®n de la Guardia Civil comisionada por la fiscal¨ªa de Padua (Italia) la ha confirmado. Seg¨²n las actas de su vigilancia, bien podr¨ªa afirmarse que tanto Ferrari como Vinok¨²rov, actualmente m¨¢nager del equipo Astana, andaban como Pedro por su casa por las estancias y pasillos del Parador, donde el primero se dedicaba, al menos hasta diciembre de 2010, a preparar ciclistas.
En diciembre de 2009, el falsamente arrepentido ciclista Danilo di Luca, para lograr que le redujeran una sanci¨®n por dopaje, le dijo al fiscal de Padua Benedetto Roberti que en las alturas del Teide y de Sankt Moritz (Suiza), Ferrari, conocido en el ambiente con Il Mito, organizaba concentraciones para dopar corredores. As¨ª figura en el informe de los carabinieri y de los polic¨ªas italianos a los que el fiscal orden¨® investigar los hechos, m¨¢s de 500 folios a los que ha tenido acceso EL PA?S. El informe data de comienzos de 2011, fecha en la que el fiscal emprendi¨® las ¨²ltimas investigaciones, seguimientos, registros y escuchas. Despu¨¦s dej¨® dormir los folios en una estanter¨ªa de su oficina sin cerrar nunca el sumario penal hasta que hace unas semanas los despert¨® para envi¨¢rselos al Comit¨¦ Ol¨ªmpico Italiano (CONI), quien deber¨ªa tomar medidas disciplinarias con los deportistas cuyo nombre figura. Dado que ninguna de las pesquisas tal como aparecen reflejadas en el informe establece pruebas m¨¢s all¨¢ de sospechas gen¨¦ricas de dopaje de los 34 ciclistas que merecen un cap¨ªtulo de la misma, las sanciones a las que se arriesgan no ir¨¢n m¨¢s all¨¢ de unos meses por consulta a un m¨¦dico-preparador sancionado.
La investigaci¨®n espa?ola dio una clave: el n¨²mero de m¨®vil suizo del Mito
Ello no obsta para que los carabinieri reconozcan el esfuerzo y los ¨¦xitos en la vigilancia volc¨¢nica del Mito por parte de sus colegas de la Unidad Central Operativa (UCO), el grupo de investigaci¨®n de la Guardia Civil que llev¨® a cabo, entre otras, la Operaci¨®n Puerto que acab¨® con Eufemiano Fuentes y sus c¨®mplices. As¨ª, gracias a la Guardia Civil pudo la polic¨ªa italiana saber que a Ferrari le gustaba conducir un Opel Astra, la marca de coche que sol¨ªa alquilar en el aeropuerto de Tenerife Sur cuando viajaba, que en la carretera de ascenso al parador establec¨ªa los tramos para hacer pruebas a los ciclistas y, sobre todo, su n¨²mero de tel¨¦fono m¨®vil suizo, al ¨²nico al que le llamaban sus clientes, un n¨²mero clave para organizar las escuchas.
Tambi¨¦n, cruzando las fechas de estancia de Ferrari en el hotel con el libro de registro en el que figuran los nombres de los alojados pudieron los investigadores saber con qu¨¦ ciclistas ten¨ªa trato Ferrari. Saber o equivocarse, pues no todos los deportistas suben al Teide para ver a Ferrari. As¨ª, en uno de los informes de la Guardia Civil se se?ala que entre el 25 de febrero y el 2 de marzo de 2010 Ferrari llev¨® en el hotel la misma vida que los corredores alojados con los que conversaba amigablemente en vest¨ªbulos, pasillos y cafeter¨ªa, los mismos horarios de comida y sue?o, y que en las mismas fechas dorm¨ªan all¨ª el ciclista bielorruso Kanstantin Siutsou y su pareja, dos italianos no identificados, ocho ciclistas del equipo polaco femenino de mountain-bike, Purito Rodr¨ªguez y el pistard Carlos Tarr¨¦s as¨ª como nueve kazakos del Astana, con Vinok¨²rov al mando, y un italiano, Enrico Gasparotto, acompa?ados de un masajista italiano. Ni de las polacas ni de los espa?oles se sabe m¨¢s en el informe, que contin¨²a con la identificaci¨®n de los clientes del entrenador que le llamaban al tel¨¦fono suizo, por lo que seguramente fue pura coincidencia su estancia simult¨¢nea en el Parador, sospecha que no se sostiene, a la luz de los hechos posteriores, con el grupo kazako y el bielorruso.
En una estancia, en 2010, Ferrari coincidi¨® con Vinok¨²rov y medio equipo Astana
En aquella ocasi¨®n, la Guardia Civil lleg¨® a registrar el equipaje de Ferrari, pero no se encontraron sustancias prohibidas ni siquiera instrumental o bolsas para practicar transfusiones, pese a lo cual, el fiscal Roberti hipotiza que Ferrari recurr¨ªa en el Parador a tales pr¨¢cticas dopantes prohibidas, como tambi¨¦n da por sentada la relaci¨®n profesional entre Ferrari y el preparador toscano Luigi Cecchini, a quien en el informe se describe como colaborador de Eufemiano Fuentes, el m¨¦dico de la otra gran isla canaria, Gran canaria.
En otros periodos, la estancia de Ferrari y su Astra coincidi¨® con la de otros ciclistas cuyos v¨ªnculos con el Mito eran sospechados: Ivan Basso, Franco Pellizotti, Sergu¨¦i Ivanov o los tres hermanos Masciarelli.
Donde m¨¢s profundiza el informe italiano es en el papel interpretado por el m¨¢nager Raimondo Scimone, quien acercaba a sus representados a Ferrari para, seg¨²n el fiscal, aumentar mediante el dopaje su valor econ¨®mico de mercado. Seg¨²n la denuncia, Scimone y Ferrari ofrec¨ªan un pack de servicios completos a los corredores, incluyendo un experto cient¨ªfico, Giuseppe Banfi, que emit¨ªa informes sobre la invalidez del pasaporte biol¨®gico; un abogado suizo, Rocco Taminelli, as¨ª como un sistema de lavado de dinero en cuentas suizas para poder abonar a Ferrari su salario sin despertar sospechas.
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