¡°El f¨²tbol es un mano a mano permanente, por alto y por bajo¡±
Jorge Griffa, excentral argentino del Atl¨¦tico, habla de su ¨¦poca, sus duelos con el Madrid, la cantera de los j¨®venes, y Maradona y Messi
¡°Si me vienen a buscar para correr, no estoy en mi mejor momento. Pero si me vienen a buscar para pensar, creo que les puedo ayudar¡±. A los 79 a?os, al argentino Jorge Griffa le queda una espinita clavada en el coraz¨®n: que su querido Atl¨¦tico de Madrid no se haya acordado nunca de ¨¦l para sus categor¨ªas inferiores. Griffa defendi¨® ¡°las rayas rojas y blancas¡± entre 1959 y 1969. Como central rotundo escribi¨® una ¨¦poca. Gan¨® tres Copas, una Liga y una Recopa, contagi¨® su enfermiza mentalidad ganadora y abri¨® la puerta para que llegaran otros defensas sudamericanos al Atl¨¦tico. Aquel defensa duro ten¨ªa alma de profesor y se convirti¨® en una referencia como formador de j¨®venes en las canteras de Newell¡¯s, Boca y ahora Independiente.
Pregunta. ?De ni?o quer¨ªa ser defensa?
Respuesta. Quer¨ªa jugar de lo que fuera, por el placer de jugar. Nac¨ª con una pelota en los pies. A los cuatro a?os ya jugaba. En otros tiempos, los ni?os quer¨ªamos ser defensores, no delanteros. Es m¨¢s f¨¢cil destruir que abrir un horizonte de ataque. Hoy es al rev¨¦s. Y se perdi¨® ese placer. Los directivos, los padres y el ambiente empujan al ni?o a querer llegar a Primera. Les producen un shock emotivo, les traban.
P. ?Sus ¨ªdolos?
R. Tuve muchos. Debut¨¦ en Primera con ?uls con 18 a?os. Uno antes juntaba las figuritas de los jugadores que sal¨ªan en los chocolatines. De pronto me vi ante mis ¨ªdolos.
P. ?C¨®mo fueron su llegada a Espa?a y su fichaje?
R. Un empresario armenio, Artur Boghossian, me vio jugar en el Sudamericano de 1959. Ganamos a Brasil, la campeona mundial. El empresario me quiso llevar a Europa. Yo ten¨ªa una abuela espa?ola, hice los papeles y sal¨ª zumbando. Fue una negociaci¨®n ¨¢spera. Eran 250.000 pesetas por el pase, y renunci¨¦ a 125.000 de mi primer a?o para irme. Caer en el Atl¨¦tico me llen¨® de ilusi¨®n.
P. ?C¨®mo era ese Atl¨¦tico?
R. Cuando yo llegu¨¦ era un equipo de media tabla para arriba. Hab¨ªa muchos brasile?os, como Vav¨¢, y alg¨²n paraguayo dando vueltas. Era una ilusi¨®n para m¨ª estar en esa camiseta que yo hab¨ªa utilizado de pibe en el club Alumni y en la selecci¨®n rosarina, que ten¨ªan los mismos colores que el Atl¨¦tico. Esos colores me persegu¨ªan, o yo a ellos.
P. ?Qu¨¦ jugador era usted?
R. Yo era un tremendo ganador. No pod¨ªa llegar a pensar en perder, no ten¨ªa la dimensi¨®n de lo que era eso, y lo contagiaba a mis compa?eros. Yo de chico ten¨ªa la intenci¨®n de ser un triunfado. Y no se es un triunfador con los resultados en contra. Para m¨ª, jugar en Sevilla o en Valencia era lo mismo que jugar como local, pero para los muchachos no era lo mismo. Y yo les ten¨ªa que inculcar eso: ¡®No viejo, nosotros vamos a cualquier lugar a ser ganadores¡¯.
P. ?Era usted un cacique?
R. S¨ª, decididamente lo era. Crecimos. Ten¨ªamos un equipo formidable con Collar, Adelardo, Mendoza, Luis...
P. ?Y un pionero para otros jugadores sudamericanos?
R. En aquel tiempo no ven¨ªan defensores sudamericanos a Europa. Estaba Santamar¨ªa en el Madrid y yo en el Atl¨¦tico. Llegaban todos delanteros. Yo ten¨ªa que darle con todo. El Atl¨¦tico me hab¨ªa llamado para ser importante.
P. ?Era usted violento?
R. No. Yo ten¨ªa una fuerza f¨ªsica y una fuerza mental, que acompa?aba. Ten¨ªa la prepotencia de decir ¡®Aqu¨ª estoy yo, viejo. Y no es cuesti¨®n de que me vengan a superar. Voy a superar yo a los otros¡¯. Esa era la m¨ªstica que yo ten¨ªa y el deseo ferviente de no ser de ninguna manera un perdedor, muy por el contrario. Tampoco es que yo entrara en la cancha a reventar al contrario a patadas. Era una cuesti¨®n de ser fuerte. En el f¨²tbol hay un mano o mano permanente, por alto y por bajo, y yo ten¨ªa que ser un ganador, por alto y por bajo.
Cuando agarr¨¦ a Batistuta era un gordo malhecho. T¨¦vez ten¨ªa limitaciones psicol¨®gicas
P. ?Qu¨¦ le parece este Atl¨¦tico?
R. Tiene una caracter¨ªstica especial muy buena, que es mostrar que es un equipo ganador. Eso ha de venir desde abajo, desde los infantiles. El ser humano tiene que venir con esa prepotencia para poder ser un ganador en toda la dimensi¨®n que exige el f¨²tbol. El jugador argentino cree que es el mejor. Eso hay que demostrarlo.
P. ?Esa bravura es una caracter¨ªstica hist¨®rica del Atl¨¦tico?
R. S¨ª, el Atl¨¦tico ha sido siempre as¨ª, no hay duda. Nos dec¨ªan que ¨¦ramos los terceros en discordia. Pero ¨ªbamos a Chamart¨ªn, a la cancha del Madrid, y ganamos dos finales de la Copa del General¨ªsimo. Y cuando ¨ªbamos a Barcelona, ellos ten¨ªan terror. Ese tercero en discordia, cuando jugaba contra los grandes, se transformaba en primero.
P. ?Cu¨¢l es su trabajo con los j¨®venes?
R. He trabajado en la cabeza de los chicos para que cuando lleguen a Primera tengan ese deseo de ganar permanentemente. Ahora dirijo el f¨²tbol infantil y juvenil en Independiente. Tengo una pila de a?os, pero la experiencia ni se vende ni se compra. Nosotros somos educadores y docentes, no entrenadores ni directores t¨¦cnicos. Yo estoy para darles a los j¨®venes los conocimientos de la mitad de mi vida.
P. ?Qu¨¦ consejos son?
R. Yo no voy y le digo al chico ¡®And¨¢ y divi¨¦rtete¡¯, como dicen algunos. Eso es un absurdo. Le digo ¡®Vos debes ser un ganador¡¯.
P. Ha trabajado en categor¨ªas inferiores con Valdano, Batistuta, Martino, Banega, Gago, T¨¦vez¡ ?De qui¨¦n est¨¢ m¨¢s orgulloso?
R. Cuando agarr¨¦ a Batistuta, era un gordo malhecho y se transform¨® en un tremendo goleador. T¨¦vez ten¨ªa limitaciones psicol¨®gicas y le ense?¨¦ que no solo se vive en una cancha de juego, sino tambi¨¦n fuera. Gago era enganche y le dije que ten¨ªa que jugar de cinco y tener el arco contrario enfrente.
P. ?En qu¨¦ han cambiado los j¨®venes?
R. En que ahora tienen cosas que antes no ten¨ªan. Se distraen con la computadora, las salidas y un mont¨®n de tentaciones que tiene la vida. Hay que marcarles el camino correcto, y que ese camino lo manejen con criterio y perseverancia. Yo cuando jugaba, manejaba un cami¨®n y vend¨ªa vinos, y despu¨¦s me entrenaba. Con la plata que me daba el club no me alcanzaba. Era una situaci¨®n inc¨®moda. Con mi deseo de triunfar llegu¨¦ al ¨¦xito. Despu¨¦s, capacidad, oportunidad y suerte son los tres argumentos que se necesitan.
Maradona era m¨¢s constante en su mentalidad que Messi. Est¨¢ en un escal¨®n superior
P. ?Est¨¢ en crisis la cantera argentina?
R. No. Las situaciones sociales de los pa¨ªses son cambiantes. Los holandeses de Cruyff fueron insuperables y pas¨® su tiempo. Al Barcelona le cost¨® mucho sacrificio ense?ar ese modelo.
P. Es usted un gran valedor de Marcelo Bielsa...
R. Fue alumno m¨ªo y trabaj¨® conmigo mucho tiempo, desde que era un jugador regular a querer meterse a director t¨¦cnico. Es el espejo del triunfador.
P. ?Messi o Maradona?
R. Maradona ten¨ªa unas condiciones superlativas. Era m¨¢s constante en su mentalidad que Messi. Messi es sorpresivo, instintivo, hace jugadas distintas. Maradona est¨¢ en un escal¨®n superior. Tambi¨¦n es cierto que se transform¨® en eso a lo largo de los a?os, y Messi [27 a?os] sale de la etapa media hasta los 30, que es el momento sublime del jugador.
P. ?C¨®mo ve la pr¨®xima Copa Am¨¦rica?
R. Antes Brasil o Argentina iban a Ecuador y le met¨ªan una goleada. Ahora las cosas se han equiparado. El uruguayo no tiene tanta t¨¦cnica como el argentino pero tiene m¨¢s garra. El brasile?o tiene un poco de todo, pero es un poco deca¨ªdo en los esfuerzos del f¨²tbol. Los colombianos tienen una gran t¨¦cnica pero a veces salen del rol que les toca jugar dentro de lo que exige el f¨²tbol. Cada pa¨ªs tiene su estilo.
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