San Mam¨¦s abuchea al Athletic
El Celta, perjudicado en un penalti no se?alado, se qued¨® a un gol de la remontada
Al Athletic le obliga San Mam¨¦s y eso es mucho obligar. Le apremia la necesidad de dar la talla ante su gente, tan incondicional como exigente, tan cercana a sus colores como vigilante para que no dejen de honrarse. Hay una historia detr¨¢s y estos leones del 2.015 no acaban de ponerse a su altura. Tan grande y vital fuera del c¨¦sped, sobre ¨¦l se ha quedado el Athletic sin faros, se le marcharon en busca de objetivos que tienen que ver con un af¨¢n competitivo que no se acaba de percibir en el equipo. Y aquellos de quienes se aguardaba que pudieran iluminarlo apenas alumbran.?
ATHLETIC, 0-CELTA, 2
Athletic: Iago Herrer¨ªn; De Marcos, Etxeita, Gurpegi, Balenziaga; Mikel Rico, Iturraspe; Muniain, Be?at (Iraola, m. 62), Ibai (Susaeta, m. 67); e I?aki Williams (Aduriz, m. 62). No utilizados: Iraizoz; Laporte, Erik Mor¨¢n e Unai L¨®pez.
Celta: Rub¨¦n Blanco; Sergi G¨®mez, Cabral, Font¨¤s, Samu; Radoja; Orellana (Hern¨¢ndez, m. 68), Augusto (Borja Fern¨¢ndez, m. 45), ?lex L¨®pez (Bongonda, m. 51), Santi Mina; y Charles. No utilizados: Sergio, Jonny, Pape y Nolito.
?rbitro: Mart¨ªnez Munuera. Amonest¨® a Be?at, Mikel Rico, Gurpegi, Hern¨¢ndez y Charles
Goles: 0-1. m. 48. Etxeita; 0-2, m. 60, Orellana
San Mam¨¦s. Unos 25.000 espectadores
Esa historia, ese coraje del grupo de futbolistas que de sus cuatro ¨²ltimos partidos en casa hab¨ªa perdido tres, dos de ellos ante C¨®rdoba y Elche, y le gan¨® por la m¨ªnima al Alcoyano; ese orgullo herido y su reparaci¨®n quedan en entredicho tras un nuevo tropiezo que pudo ser fatal, por m¨¢s que se haya sellado el pase a cuartos de final en los que espera el M¨¢laga. Lo expusieron de inicio sobre el verde los chicos de Valverde para enfocar el partido ante el Celta, un duelo de vuelta en una eliminatoria aparentemente sentenciada. El Athletic sali¨® como si no hubiese ma?ana, pujante, d¨¢ndole ritmo a una liza que el oponente esperaba m¨¢s sosegada. O al menos dio la impresi¨®n de que le cogi¨® con el paso cambiado. Mientras los chicos de Berizzo llegaban al estadio, I?aki Williams ya hab¨ªa tirado varios demarques e Iturraspe empujaba desde el eje del medio campo al equipo a una ambiciosa presi¨®n alta. Pocas bromas quer¨ªa el Athletic porque adem¨¢s la Copa siempre ha sido una competici¨®n tot¨¦mica en su casa, pero a la media hora todo ese empuje sonaba en el impresionante coliseo del Bocho como si alguien hubiese abierto una botella de gaseosa: el Celta ten¨ªa la pelota y la manejaba en el campo de su rival, que lo persegu¨ªa y lo recuperaba sin poner en pr¨¢ctica un plan. Ya nadie encontraba a Williams, no hab¨ªa noticias de Muniain o Be?at, supuestos surtidores para el delantero. Brotaban errores incomprensibles en el pase, el murmullo desde el grader¨ªo.?
El Celta estaba ah¨ª en medio, dos goles abajo (realmente tres porque el 2-4 de la ida le obligaba casi a llegar a ese list¨®n para pasar ronda), sin excesiva codicia, pero manejando la situaci¨®n. Creciendo. Lo hizo con Santi Mina, que siempre dio soluciones desde su zancada y pidi¨®, seguramente con fundamento, un penalti tras una acci¨®n suya con De Marcos en la que la pelota pareci¨® golpear la mano del zaguero rojiblanco. Emergi¨® el Celta con Orellana, que gan¨® peso en el juego desde la mediapunta y oblig¨® a que Herrer¨ªn se luciese en un libre directo que se iba hacia adentro en la recta final de la primera parte.?
Al descanso ya no quedaba rastro del Athletic fulgurante del inicio, s¨ª de un equipo adocenado por su incapacidad. Le sobran los problemas futbol¨ªsticos al Athletic y parte de ellos le cayeron encima cuando en la primera llegada del Celta tras el descanso un centro de Santi Mina lo desvi¨® a la red Etxeita. Aflor¨® el disgusto, alg¨²n silbido, tambi¨¦n la ambici¨®n celeste que le meti¨® una marcha m¨¢s al partido. Demasiado r¨¢pido para un rival paralizado, tan desquiciado como para que Muniain cometiera la imprudencia de convertir en un pase atr¨¢s hacia su ¨¢rea lo que ten¨ªa que ser un despeje tras un saque de esquina en contra. Su error vali¨® un penalti cometido por Mikel Rico sobre Charles y que transform¨® Orellana. Atrevidos por la oportunidad que ten¨ªan delante varios jugadores del Celta presentaron sus candidaturas para chutar ese bal¨®n que les dejaba al filo del milagro, pero el chileno, que ven¨ªa de fallar desde los once metros el pasado fin de semana, no tuvo dudas.
Marc¨® el Celta y Valverde trat¨® de cerrar la gaseosa. Retir¨® del campo a Williams, que se fue entre aplausos, y a Be?at, que se march¨® abroncado, incapaz como fue una vez m¨¢s de hacerse relevante en el juego de su equipo. Con Aduriz e Iraola, poco despu¨¦s con Susaeta, quiso el t¨¦cnico del Athletic recomponer a base de bagaje y oficio una situaci¨®n que avanzaba camino del desastre. Gan¨® algo de aliento porque adem¨¢s, por el camino Orellana se fue sustituido. March¨® con una leve cojera, v¨ªctima de un golpe. Muy incapacitante debi¨® de ser porque en ¨¦l parec¨ªa estar la llave del triunfo para su equipo. Casualidad o no, el Celta perdi¨® el hilo y se fue unos pasos hacia atr¨¢s. Un error de Font¨¤s en la salida del bal¨®n desde atr¨¢s le dio a Aduriz la opci¨®n de finiquitar la noche, pero Rub¨¦n Blanco estuvo firme en esa primera ocasi¨®n de exigencia. Restaban apenas doce minutos para el final. El Athletic apenas produjo algunos centros al ¨¢rea que acabaron en jaleados saques de esquina. Un magro tesoro que tampoco obtuvo mayor r¨¦plica. No acab¨® el partido dominador el Celta, s¨ª acechador. Se qued¨® a un gol del milagro y con la sensaci¨®n de que la eliminatoria no la gan¨® el Athletic, de que la perdieron ellos y no fue en San Mam¨¦s.
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