El Ni?o se crece en el Bernab¨¦u
El Atl¨¦tico elimina al Madrid con dos goles de Torres, sus primeros tantos en Chamart¨ªn
Tan sibilino es el f¨²tbol, que a Mandzukic, que iba a ser titular, le tumb¨® una gripe y Fernando Torres, su relevo, el Ni?o que jam¨¢s hab¨ªa logrado marcar en Chamart¨ªn en seis visitas, lo hizo, ya de adulto, en dos parpadeos. Tard¨® cincuenta segundos en el primer tiempo y 32 en el segundo. Un vaticinio impensable hasta para el parroquiano colchonero m¨¢s devoto. Torres convirti¨® el partido en una misi¨®n a Marte para el Madrid, que entre gol y gol aplast¨® al Atl¨¦tico contra su porter¨ªa. Los de Simeone bajaron la capota y no se quitaron los grilletes hasta el doblete del Ni?o, que dej¨® el Bernab¨¦u antes de que se cumpliera la hora de partido. El Madrid ya estaba fulminado y el Atl¨¦tico, como ya casi es costumbre en los ¨²ltimos a?os, en pantuflos en casa del vecino, con Torres entronizado en su vuelta al nido y Arda, su sustituto, de nana con la pelota, tan despreciada por los suyos hasta entonces.
MADRID, 2-ATL?TICO, 2
Real Madrid: Navas; Carvajal, Pepe (Varane, m. 58), Ramos, Marcelo; Isco, Kroos, James Rodr¨ªguez (Jes¨¦, m. 72); Bale, Benzema y Ronaldo. No utilizados: Casillas, Coentr?o, Khedira, Illarramendi y Chicharito.
Atl¨¦tico: Oblak; Juanfran, Miranda, God¨ªn, Siquiera; Mar¨ªo Su¨¢rez, Tiago; Ra¨²l Garc¨ªa (Ra¨²l Jim¨¦nez, m. 81), Griezmann (Gabi, m. 73), Koke; y Torres (Arda Turan, m. 57). No utilizados: Moy¨¢, Gim¨¦nez, Sa¨²l y G¨¢mez.
Goles. M. 1. 0-1. Torres. M. 20. 1-1. Sergio Ramos. M. 46. 1-2. Torres. M. 54. 2-2. Cristiano.
?rbitro: Mateu Lahoz. Amonest¨® a los locales Sergio Ramos, Carvajal, Isco y Marcelo, y a los visitantes God¨ªn, Tiago, Koke y Ra¨²l Garc¨ªa.
Estadio Santiago Bernab¨¦u. Unos 90.000 espectadores. Partido de vuelta de los octavos de final de la Copa del Rey.
Mientras los rojiblancos se frotaban los ojos con Torres en el primer suspiro del choque, tampoco hubieran profetizado los madridistas que a Pepe, todo un centuri¨®n, le pudiera la candidez. El central disput¨® sin chicha una pelota dividida con Griezmann, el franc¨¦s meti¨® gas hacia el ¨¢rea y su servicio lo estamp¨® el Torres en la red. No fue un remate sencillo, de zurda y con Sergio Ramos a un palmo. El gol dej¨® al Madrid al pie del Himalaya, pero no se rindi¨® y con su cong¨¦nita fe durante una hora interpret¨® mejor el partido que su rival. De forma inconcebible, el Atl¨¦tico quiso bajar la persiana con m¨¢s de 90 minutos por delante. Se acoraz¨® ante Oblak y, por momentos, dio la sensaci¨®n de padecer un ataque de p¨¢nico. Con tres goles de ventaja, la leyenda blanca, toda su ¨¦pica en noches de remontada, se le vino encima. El madridismo, en combusti¨®n, hab¨ªa preparado a conciencia otra noche de miedo esc¨¦nico. En la calle, cuando casi sacan a hombros al autob¨²s del equipo, y en el grader¨ªo, con los merecid¨ªsimos honores a Cristiano y su Bal¨®n de Oro.
A Pepe, todo un centuri¨®n, le pudo su candidez en las dos dianas del delantero
Como si tanto atrezzo le hubiera hecho tiritar, no disimul¨® el Atl¨¦tico, que empotr¨® en defensa incluso a Torres y Griezmann, que, hasta el 1-2, salvo en el epis¨®dico tanto inicial, pasaron el primer acto en el balc¨®n de su ¨¢rea. El Madrid cargaba con todo el regimiento, con sus laterales, Carvajal y Marcelo, como extremos. Con Ramos y Pepe atrincherados en territorio enemigo. Era un mon¨®logo blanco, pero los de Ancelotti, anudados por la ansiedad, se empecinaron en el bombardeo permanente centros laterales al espacio a¨¦reo que tan bien controlan God¨ªn y Miranda y su tropa. Al Madrid, encomiable por su abnegaci¨®n, le falt¨® pausa y alg¨²n remate lejano que obligara a la zaga visitante a sentirse amenazada por v¨ªa terrestre. El Atl¨¦tico solo le emboscaba en el per¨ªmetro de su porter¨ªa y no jugaba, solo despejaba. No hab¨ªa futbolista rojiblanco al que le importara que el bal¨®n sufriera un esguince. Casi emboca CR, le frustr¨® Mario. Pero apareci¨® Ramos, que como saben mejor que nadie los centrales del Atl¨¦tico, no se arruga jam¨¢s. Caz¨® una pelota por el espacio, Oblak hizo un papel¨®n en su atropellada salida y tablas en el marcador.
A los blancos, encomiables por su abnegaci¨®n, les falt¨® pausa
Pese al 1-1 al descanso, el Madrid hab¨ªa logrado que nadie le diera por despachado. Desde tiempos muy remotos no hay equipo que se sienta a salvo en Chamart¨ªn, territorio tantas veces ¨¦pico. Con todo dispuesto para otro periodo de emociones, de nuevo irrumpi¨® Torres. Y, otra vez, con Griezmann como auxiliar. El franc¨¦s agradeci¨® una pifia de Ramos en el pase, se cit¨® con el Ni?o en la zona roja de Navas y Torres defini¨® como un ¨¢ngel tras sentar a Pepe. Puntual el madrile?o y notable Griezmann, al que Simeone ya ha hecho metabolizar hasta el hueso que en su f¨²tbol hay que darse palizas. Lo hizo el franc¨¦s, cuando tuvo que remar atr¨¢s y cuando el Atl¨¦tico solt¨® cuerda. El Madrid, tras su colosal esfuerzo, ya estaba en la lona. Le sobr¨® la frustraci¨®n de Isco, que se pas¨® de rosca en una fe¨ªsima tarascada a Gabi. Al equipo de Ancelotti solo le quedaba aceptar sin remedio el varapalo, por m¨¢s que la Copa no sea su trofeo favorito. Para el Madrid lo inquietante es la crecida del Atl¨¦tico, que sigue siendo un enemigo de a¨²pa, no solo el Bar?a. Tan competitivo este Atl¨¦tico que hasta un gol de Cristiano tras el en¨¦simo centro de Bale result¨® irrelevante. En la noche de Cristiano se hab¨ªa colado Torres.
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