La fiesta del emir
La afici¨®n espa?ola contratada por Qatar acapara cr¨ªticas ¡°No somos mercenarios¡±, dicen
¡°Cuando llegu¨¦ aqu¨ª, esto era un pueblecito. Y ahora, ya ves. Hay riqueza por todos sitios, hacen todo a lo grande. Pero no os equivoqu¨¦is, porque esto no ha hecho m¨¢s que comenzar¡±. Habla Abdullah, un joven de 25 a?os nacido en M¨¢laga, aunque de ra¨ªces catar¨ªes. Lo hace mientras contempla una enorme l¨¢mpara de oro de la que cuelgan no menos de un centenar de piedras preciosas. Esto es Doha, el coraz¨®n de Qatar. Esto es Doha, la ciudad del aroma a perfume y los Ferraris, de la arena y los turbantes, de las perlas y los rascacielos de colores. Tambi¨¦n, del dominio del emir Tamim bin Hamad Al Zani, amo y se?or de Qatar. Soberano.
A partir de las cuatro de la tarde la urbe se paraliza. El Mundial de balonmano, uno de los acontecimientos deportivos que ha ca¨ªdo en el peque?o emirato del Golfo ¡ªa medio plazo acoger¨¢ las Copas del Mundo de ciclismo (2016), gimnasia (2018), atletismo (2019) y f¨²tbol (2022)¡ª, est¨¢ a punto de comenzar. Las calles se vac¨ªan y la metr¨®poli se blinda. Al Zani abandona sus aposentos y se dirige al espectacular Lusail Multipurpose Hall, una joya arquitect¨®nica cubierta por una membrana escamada, como la piel de una serpiente.
El recinto, con capacidad para 15.000 espectadores, al norte de la ciudad, ya en el desierto, agasaja a su pr¨ªncipe con honores. Cuando ¨¦l irrumpe en el gigantesco videomarcador, todo el mundo le aplaude en pie; cuando ¨¦l saluda, suben los decibelios; y cuando ¨¦l se sienta, el p¨²blico ya dispone de la venia para ocupar sus butacas de nuevo. En Qatar, donde el 85% de sus dos millones de habitantes proceden del extranjero, a modo de mano de obra barata, las cosas funcionan as¨ª. Primero, la fiesta del pr¨ªncipe; despu¨¦s, la pirotecnia deportiva. Un magn¨ªfico escaparate para demostrar su ambici¨®n al mundo.
Y, en mitad del sarao, un grito: ¡°?Torero, torero!¡±, escupi¨® con fuerza un grupo de hinchas con camisetas granates. Son los 60 pe?istas espa?oles que Qatar ha contratado para que animen a su selecci¨®n, rival de Espa?a el d¨ªa 21, a cambio de un viaje y una estancia de lujo a gastos pagados. Proceden de Cuenca, Valladolid, Toledo, Puerto de Sagunto, Valencia y Vigo. Despu¨¦s, nada m¨¢s comenzar el duelo inaugural entre la anfitriona y Brasil (28-23), los tambores, las bocinas y los meg¨¢fonos que portaban retumbaron por todo el pabell¨®n. El ?T¨ªrate de la moto!, El carrito del helao, Paquito el chocolatero y otros temas del repertorio popular hicieron las delicias del emir.
¡°?Cr¨ªticas por animar a Qatar? Eso es porque le gente tiene envidia¡±, explica Alfonso, estudiante de ingenier¨ªa valenciano; ¡°es un pa¨ªs en desarrollo. En Europa tambi¨¦n muere mucha gente. Es algo que lamentablemente tiene que pasar¡±. ¡°En Espa?a las condiciones de trabajo est¨¢n a¨²n peor. No hay trabajo¡±, argumenta su amigo Carlos. Interviene Beatriz: ¡°No somos unos mercenarios. S¨®lo venimos para disfrutar de este deporte, no podemos costearnos un Mundial. Nos est¨¢n cayendo muchos palos...¡±. Y prolonga Bel¨¦n, de la Pe?a Patata de Aranda de Duero: ¡°No nos obligan a ponernos el burka ni nada de eso. Cualquiera har¨ªa lo mismo. Hay cosas del Gobierno de Espa?a con las que tampoco estamos de acuerdo¡±.
En la grada de enfrente, el pr¨ªncipe se lo pasaba bomba junto a su s¨¦quito contemplando el bullicio. Era su fiesta, claro.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.