Un juego de extremos

Con nada en juego m¨¢s que la honra y el ¨²nico objetivo de afinar la puesta a punto dado que la eliminatoria se resolvi¨® en el Camp Nou (5-0), el Bar?a se plant¨® en Elche con un equipo cargado de suplentes y salpicado por jugadores del filial que, aunque no dan pie con bola en Segunda, reclaman su sitio en la ¨¦lite. Y, extra?amente, todos ellos tuvieron m¨¢s gazuza que los futbolistas del Elche, an¨¦micos y destensados desde inicio. Jug¨® Ter Stegen a lo Neuer, m¨¢s de l¨ªbero que de portero; Montoya se comi¨® a bocados la banda; Gumbau no evidenci¨® que en el curso anterior jugara en Primera Preferente (Girona B); Rafinha expres¨® que encaja como un guante en las idas y venidas de Luis Enrique; y Adama, un torbellino de dif¨ªcil detenci¨®n, descont¨® a cuantos rivales le salieron al paso; alegr¨ªa para la vista porque siempre tiene la finta a punto y el quiebro en la chistera, hasta el punto que la hinchada le despidi¨® con aplausos.

No confi¨® el Elche en el remonte ¡ªnunca se dio prisa en lanzar los saques de banda, en poner en juego el bal¨®n¡ª, por lo que el duelo careci¨® de gasolina, s¨®lo agitado por las bandas azulgrana. Resulta que Luis Enrique cambi¨® hace un tiempo su idea original de f¨²tbol; si bien al principio obligaba a los extremos a anudarse en el centro, ahora juegan pegados a la l¨ªnea de cal y s¨®lo dejan el pasillo libre cuando los laterales act¨²an de carrileros. El ejemplo fueron Pedro, que se resiste a su condici¨®n de segund¨®n aunque la titularidad de Neymar, Luis Su¨¢rez y Messi sea innegociable, y tambi¨¦n Adama, futbolista que tiene cohetes por pies. Quiso el atacante del filial el bal¨®n y el protagonismo, convencido de que al espr¨ªn siempre saldr¨ªa airoso. Y as¨ª fue, pero para su infortunio se le torci¨® la bota a la hora del tiro y del centro, quiz¨¢ porque Munir no estuvo en su sitio, descolocado desde que perdiera su silla en el primer equipo. Se cobr¨®, sin embargo, un penalti que no fue y que materializ¨® el propio Pedro.

No confi¨® el conjunto local en la remontada y el duelo careci¨® de gasolina

Antes, en cualquier caso, el Bar?a ya hab¨ªa descifrado el partido. Ocurri¨® que la presi¨®n del Elche no fue ni de lejos asfixiante, sobre todo porque no era raro que varios jugadores se descolgaran arriba. Miel sobre hojuelas para el Bar?a, que aprovech¨® la coyuntura para lanzar contras con espacios que exprimieron los medios Sergi Roberto y Rafinha, palancas alborotadoras en los ¨²ltimos metros. As¨ª, Rafinha conect¨® con Adama, que, en una de sus arrancadas, se dio de bruces con el suelo por una patada de Albacar. La falta, desde unos 25 metros, la ejecut¨® de f¨¢bula Mathieu para abrir el marcador. Y en esa desidia defensiva del Elche tambi¨¦n lleg¨® el tanto de Sergi Roberto, que complet¨® una danza azulgrana del bal¨®n de lado a lado con un zapatazo con la zurda que le hizo cosquillas al palo antes de alojarse en la red.

La r¨¦plica s¨®lo lleg¨® por Cristian Herrera, el ¨²nico que baj¨® el bal¨®n al tapete y trat¨® de jugarlo, que ejecut¨® los dos remates que definieron las dos jugadas mejor trenzadas del Elche: uno lo desbarat¨® Ter Stegen; el otro lo cruz¨® en exceso. Nada m¨¢s del Elche, que apenas pudo contener la llegada de Halilovic (un tiro al palo) y que ni se preocup¨® de Douglas, que sigue sin explicar el porqu¨¦ de su llegada. Ba?o y masaje para el Barcelona, en definitiva, que se las ver¨¢ ahora en cuartos contra el Atl¨¦tico.