Nadal supera a Anderson
El gigante sudafricano (2,03m) desaprovecha seis bolas de 'break' en la primera manga y cede 7-5, 6-1 y 6-4 ante Nadal, que jugar¨¢ con Berdych los cuartos
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El tenis es un deporte de opuestos. Para llegar a cuartos de final del Abierto de Australia (7-5, 6-1 y 6-4 a Kevin Anderson), Rafael Nadal tiene que vivir un primer set como un martirio. Cuando llega al 6-5, su contrario ha tenido seis bolas de break y ¨¦l ninguna. Al filo del tie-break, el sudafricano ha concentrado cinco opciones de rotura en el 5-5 cuando ¨¦l solo se ha apuntado un p¨ªrrico punto al resto en todo el partido. Ocurre que en el tenis la euforia de uno es la depresi¨®n del otro, que este es un deporte de vasos comunicantes en el que se crece en la misma medida en la que el contrario mengua. Hace fr¨ªo en Melbourne. Sopla el viento. Anderson no deja de pensar en las seis ocasiones perdidas (?seis!), y con ese lastre arrastr¨¢ndole se hunde irremisiblemente, ahogado entre sus sorprendentes fallos y los aciertos de Nadal, que declara el estado de euforia: desde el 5-5 en el que se salva por los pelos, el espa?ol le endosa un 7-0 al sudafricano que le catapulta hasta los cuartos, en los que le espera Tomas Berdych. La bola del espa?ol quema y la del sudafricano se queda congelada.
En el arranque, ataca el gigante (2,03m). El aspirante percute una y otra vez. Nadal est¨¢ siendo dominado. El n¨²mero 15 encuentra el rev¨¦s del n¨²mero tres con facilidad. Eso impide que el espa?ol mande con su temible drive. Le obliga a correr. A defenderse. A ceder la iniciativa. El campe¨®n de 14 grandes, en cualquier caso, es un tenista polifac¨¦tico. No se alcanzan todos los triunfos que lucen en su curr¨ªculo, ni se puede competir de t¨² a t¨² con los mejores en tierra, cemento y hierba, sin tener la capacidad de jugar con varias barajas. Nadal tiene plan A, B, C y D. As¨ª que corre. Y se defiende. Y contraataca.
Visto que en el t¨² a t¨² Anderson le supera por potencia y le encierra en la orilla del rev¨¦s, el mallorqu¨ªn empieza a bajar la bola. El gigant¨®n sudafricano gestiona con dificultad esas pelotas, que obligan a su brazo a poner toda la fuerza sabiendo que al otro lado le espera uno de los mejores contraatacadores del planeta. A pelota frenada, Anderson sufre. Eso abre una m¨ªnima brecha en su juego, hasta entonces inabordable. Cuando entra una gota por esa herida, sin embargo, empieza a desmoronarse el edificio. A veces, para que caiga un muro basta con quitarle un ladrillo. Primero, Nadal inyecta la duda con el cortado: ya el partido no es solo pegar, pegar y pegar, porque hay que correr, hay que frenar y hay que pensar. Luego, niega una bola de break tras otra: Anderson ya no duda, simplemente deja de creer, porque con solo cinco puntos al resto su contrario le birla la primera manga. Finalmente, el n¨²mero tres mundial acelera, tira y pega: restando cada vez m¨¢s atr¨¢s, no deja nunca que Anderson vuelva al duelo. Eso tambi¨¦n hay que saberlo hacer: el ogro del inicio acaba convertido en bonach¨®n amigo.
Todav¨ªa sin alcanzar su mejor versi¨®n, como es l¨®gico tras un 2014 tan discontinuo, Nadal crece a cada encuentro. Los contrarios siguen teniendo firma en el guion de los partidos, pero cada cap¨ªtulo ve al mallorqu¨ªn empe?ado en buscar argumentos que sirvan para el examen final, y no solo para los parciales: en la pista gesticula conmin¨¢ndose a ganar metros; busca ser m¨¢s agresivo; y poco a poco va recuperando las virtudes que siempre le distinguieron al resto. Para empezar, suma dos encuentros sin ceder un break. Dos partidos cortos con los que compensar el marat¨®n de 4h 12m que se zamp¨® en segunda ronda. Desde entonces, el n¨²mero tres mundial juega con esperanzas renovadas: Nadal tiene una segunda oportunidad para ser Nadal.
Cuatro espa?oles en busca de los cuartos
Cuatro tenistas de La Armada buscan unirse a Rafael Nadal en los cuartos de final del Abierto de Australia: David Ferrer, Feliciano L¨®pez, Guillermo Garc¨ªa L¨®pez y Garbi?e Muguruza, citados, respectivamente, con Kei Nishikori, Milos Raonic, Stan Wawrinka y Serena Williams. De todos ellos Ferrer, Feliciano y Muguruza han pisado alguna vez esa ronda en los grandes.
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